Foto: Sebastião Salgado. Éxodos. Ed. Amazonas Images, ISBN 84-87607-07-1. Edición española de Fundación Retevisión (2000) P. 193

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Junto a la oruga hay apenas

una gran pila de cosas.

Parecen las formas de unas cosas.

Pero sus raíces retorcidas como ropas

brillan,

y la tierra les llena y me habla.

Porque la tierra no suele llenar a las personas.

Hay pinceladas aquí y allá, un pie,

Una cara, una rodilla.

Y así, aunque no quiero,

finalmente entiendo que son muertos,

junto a la oruga.

Mas arriba hay unos dientes.

En el aire.

Muy grandes,

Y negros contra el cielo polvoriento.

Son de acero.

Y miran

Todo lo que no se puede ver,

Pero están quietos.

Los hombres que movían las maquinas se han ido por las bombas.

Y hay gente que corre al fondo por el monte.

Y yo me escondo por la ruedas

De la oruga

De la maquina

Con dientes

Que enterraba

A la pila de los muertos.

Igual mi rodilla

También asomará si muero,

Brillando,

Entre la tierra

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(Una explicación a estos poemas)

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192 y 193 En el campo de Kibumba, miles de refugiados ruandeses mueren a diario por culpa del cólera, la disentería, el hambre y la desesperación, víctimas de una de las tragedias más horribles de la historia reciente. Estas fotografías muestran los funerales de más de 4.000 personas, demasiadas para que puedan celebrar honras fúnebres. Los tractores del ejército francés apilan los cuerpos sobre montones de lava volcánica y después los cubren con tierra. La muerte se ha convertido en un problema logístico. Zaire. 1994.

–Éxodos (Separata). Sebastião Salgado