Hoy es día de caminar de puntillas,
y andar bajo la lluvia explorando la vida de las gotas;
de leer versos solamente y, luego de leer,
buscar minuciosamente una palabra
-en algún libro recóndito y precioso-
a la que dar forma a la medida de tu cuerpo.
Y después de haber medido en sueños tu cintura,
andar por las calles buscando las montañas
que un día darán talla a nuestra vida,
los trozos de roca silenciosa venidos de muy lejos
que a gritos viven conmigo esta aventura.
Y después de escuchar las voces de las cosas,
con la ciudad y el cielo de bufanda,
andar de vuelta a casa, aún mojado,
para abrazar las formas de aquella
mujer palabra, historia o sueño
que empezó, que sigue, que no acaba.
