No escribas palabras sino piernas
y con ellas zambúllete
y bucea
mojada la piel desnudo verde
en la humana marea.
En la de piedra holla el esqueleto mismo
del planeta
sigue las varas de la noche
sus puntas cortadas relucen, son estrellas.
Mejor, no escribas palabras, ni las leas.
Estudia las bacterias, sociología, física, algo bonito
o escucha el odio, la radio, la voz que cuenta
lo que subieron los tomates, la diarrea,
las enormes sorpresas de las hembras, la gran guerra.
El amor vacío, lo que hizo dios, la muerte,
o lo que sucedió sobre esa tierra.
Serán siempre mejor que tu mejor poema.
No escribas.
O si escribes, dí claro lo que quieres.
Joder. ¡No describas! Se breve.
Síntesis, la virgen. O si describes,
selecciona, haz algo por lo menos,
¡no divagues!
O si divagas, bueno, no pontifiques,
no sermonees, no des cátedra.
So majadero.
Y sobre todo
¡No escribas sobre la escritura,
por favor!
Qué cruz de hombre…
.
.
.
(Desde siempre he andado a vueltas conmigo mismo en todos los frentes… )