Futuro de los virus y otras cosas transmisibles

            Según el Equipo de Respuesta al Covid-19 del Imperial College de Londres, muy posiblemente la evolución de la pandemia en un futuro a medio plazo tenga que cursar con alternancia de periodos de 3 meses de supresión social como la actual (cierre educativo, aislamiento de casos en casa, distanciamiento social), con períodos de 2 meses de levantamiento de estas medidas, hasta que la inmunidad esté suficientemente establecida en la población (>60%), cosa que ocurrirá posiblemente (teniendo en cuenta los modelos matemáticos) no antes que la consecución de una vacuna. Al menos 18 meses (otoño-invierno 2021), señalan. En los períodos sin medidas, el brote repuntará nuevamente de forma importante, una segunda, tercera, cuarta vez, y las medidas conseguirán volver a bajarlo y que el desbordamiento de  los sistemas sanitarios (que ocurrirá) no sea mas dramático.

            Su estudio se ha hecho pensando en GB y EEUU, y especula también con la conveniencia de adoptar las decisiones de supresión adaptadas a un ámbito más local que el nacional, ya que la evolución de la enfermedad no es perfectamente sincrónica en todas partes: a nivel estatal (en EEUU), a nivel regional en GB. Este estudio (inglés), publicado el 16 de marzo, es el que ha hecho cambiar la política de mitigación de Boris Johnson por otra mucho más dura, ya que predecía más de 250.000 muertes en GB (66 M. hab.) y entre 1 y 1,2 millones en EEUU 327 M. hab.) en seis meses, si no se abordaba una política de supresion.

            También hay que tener en cuenta, para hacer la transposición aproximada con nuestro entorno, el número de camas/1000 hab. de cada país (España 3, Italia 3,2, China 4,3, Corea del Sur 12,3; promedio OCDE 4,5 y UE 5,5 [1]); la consistencia de la política sanitaria y el estado sanitario de las residencias de mayores; así como el comportamiento espontáneo de las distintas poblaciones.

            Es un planteamiento que conviene ir haciéndose en la cabeza para saber a qué podemos estar enfrentándonos.

            Sin embargo es cierto que ese modelo matemático y ese escenario, realizado por grandes expertos y con evidente seriedad, no es seguro en un 100%. La cuestión es multivariable e impredecible aún por muchos motivos, como atestiguan también otros artículos científicos. Así, el muy recomendable artículo de la revista Science (inglés), Matemáticas de la vida y la muerte: cómo los modelos matemáticos epidemiológicos condicionan los cierres nacionales y otras políticas, del 25/3/2020, después de hacer referencia también al cambio de opinión del Imperial College inglés, señala un (controvertido) estudio de Oxford del 24/3/2020, donde sostienen que el actual patrón de mortalidad del desconocido Covid-19 puede ser compatible con una difusión anterior en más de un mes a todo lo pensado hasta ahora. Y que habría cursado infectando a bastante más población de la que se calcula, durante el mes de febrero, de modo que el porcentaje real de población que ya ha tenido contacto con él (y está, se supone, inmunizada) sería mucho mayor del que habitualmente es aceptado, lo que llevaría a una perspectiva de un brote único de 3 a 6 meses de duración.

            El mismo escrito de Science señala también el artículo de la Johns Hopkins School  of Public Health del 24/3/2020, sobre la fiebre modeladora (creación de modelos matemáticos para calcular la evolución de brotes epidémicos) que se ha  impuesto de diez años acá, haciendo notar también los pies de barro en los que muchas veces se sustenta, por la precariedad de los parámetros usados, la distancia entre políticos y científicos y las cuestiones no previsibles.

            Resumiendo: hay muchas cosas que los modelos no pueden capturar: el comportamiento de la población, el desarrollo de tests rápidos para identificar asintomáticos, el encuentro de medicamentos que reduzcan la necesidad de hospitalización, la angustia del aislamiento social a medio plazo…

            Los científicos, aún con su admirable y necesario empeño, no están aún en condiciones de asegurar muchas cosas. Y esto nos traslada a un mundo donde, desde luego, no hay certezas.

            Es decir, a nuestro mundo habitual, el mundo real que todos abandonaremos antes de tenerlas. La única certeza que tenemos es que hay dos cosas mucho más transmisibles que cualquier virus en la sociedad humana actual, que son el miedo y la esperanza. Y la ventaja es que, cada uno en nuestro entorno, sí tenemos capacidad de acción sobre ellas.

 

[1] https://elpais.com/economia/2020/03/23/alternativas/1584970716_702344.html

 

Un comentario

  1. Muchas gracias, Julio. Necesitamos siempre de observación, rigor, reflexión y honestidad para combatir la ignorancia, el miedo y todo tipo de pandemias.
    Un fuerte abrazo y salud.
    Josete.

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