Crítica de Teatro. Descargar
He podido ver el último espectáculo de Yllana en un pueblo -Paracuellos de Jarama- que hasta hace muy poco no traía espectáculos de la Red de Teatros. Afortunadamente ha comenzado a traerlos, a pesar de lo austero de la infraestructura de su centro cultural. ¿Y cuál es una de las primeras compañías que se acercan por aquí? Naturalmente: uno de los colectivos que más giran en la Comunidad de Madrid y en toda España. Una de las compañías que mejor conectan con el público y que se ha ganado a pulso en estos 30 últimos años la justa fama de ser buena y hacer un buen teatro de humor.
Y así es. Desde el primer y divertidísimo sketch, en el que una comunicativa actriz (estupenda Susana Cortés) tiene que rodar toma tras toma de una secuencia en la que se come un polvorón, hasta el exigente director (solvente Antonio de la Fuente) al que no le valen sus actores y tiene que acabar rodando con… actores locales, el espectáculo está a la altura de sus mejores creaciones, sin ser de las más gamberras.
Tiene el humor de Yllana, y siempre lo ha tenido, una cualidad cercana, directa, popular, que lo convierte en un clásico del humor. Puede haber intenciones satíricas puntuales, giros surrealistas o denuncias inesperadas, pero el objetivo último siempre es la sorpresa, el efecto, el desfase que provoca la risa, la sonrisa o la carcajada. No es un humor político. No es un humor en clave, que haya que leer desde tal o cual sitio. No es un humor interesado… en otra cosa que no sea hacer reír. Como era el humor de Buster Keaton, de los Marx, de Monthy Python y de tantos otros. Por supuesto que aparece, en sus parodias, la crítica de la arrogancia, de la estupidez, de las prisas, de la hipocresía o de lo que se ponga a tiro: de la interminable lista de nuestras debilidades, pero esa es la esencia del humor mismo, sin más. En Yllana los progresistas no se ríen de los conservadores, o viceversa, ni estos de los ecologistas, o los rojos de los azules, ni los unos de los otros. Nos reímos todos de todos. De nosotros mismos, y ya. Esto puede parecerle excesivamente naif a algunas personas. Bien está. Pero también es uno de los ejercicios más sanos que se pueden hacer en este país cada vez más tendenciosamente hipócrita, interesadamente correcto, deplorablemente partidista, de hecho, resulta un soplo de aire fresco.
Porque, junto a ese objetivo, en Yllana hay también una forma de hacer moderna, visual, rápida y sintética en la que han conseguido acuñar un sello propio, riguroso pero popular. La prueba es que llega a una gran cantidad de gente de hoy. Y ha sido el teatro popular, decía un señor que se llamaba Peter Brook, el que siempre salva el teatro de cada época.
El espectáculo, por lo demás, se beneficia también de un ritmo veloz y de una simplicidad en el hacer: un trabajo basado en la presencia, la complicidad y el rigor del actor con el público, más que en sofisticados efectos de tramoya. Así como de una media aceptable en el nivel de todos los sketches, aunque haya alguno más destacable, como el de la fan (divertido Rubén Hernández como actor guaperas), el del foley (eficaz César Maroto, en todos), o el dedicado a los momentos estelares de las películas que cualquiera (que haya cumplido los cuarenta, eso sí) puede recordar.
Vayan a verlo si pueden.
Julio Salvatierra
Gag Movie. Ficha Artística:
Yllana son: Marcos Ottone, Juan F. Ramos, Joe O ́Curneen, Fidel Fernández y David Ottone
Idea Original Yllana
Dirección Artística Joe O‘Curneen
Intérpretes César Maroto Rubén Hernández Susana Cortés Antonio de la Fuente
Espacio escénico Joe O’Curneen Tatiana de Sarabia Ismael García Vinuesa
Diseño de iluminación Pedro Pablo Melendo
Diseño de sonido Alberto Fernández
Diseño de Vestuario Tatiana de Sarabia
Audiovisuales Lighuen Desanto Paco Rapado
Composición musical Sergio de la puente
Atrecista Gonzalo Gatica
Comunicación y Prensa Rosa Arroyo Esther Pascual
Diseño Gráfico Daniel Vilaplana
Foto Julio Moya
Producción Mabel Caínzos Fran Álvarez Isabel Sánchez
Logística en gira Mónica González
Productor Ejecutivo Marcos Ottone
Visto en el Centro Cultural de Paracuellos, el 17 de febrero de 2019