Crítica de teatro, descargar.
Basada en el segundo relato de Los girasoles ciegos (Premio Nacional de Narrativa 2004), de Alberto Méndez, estamos ante una obra en la que, al contrario de lo que suele suceder, la versión teatral apoya y proyecta la literaria sin estorbarla, consiguiendo un resultado que -luego matizaré- supera al original.
Apuesta dura y fiel a la narración que la inspira, se convierte en una puesta en escena firme y transparente que fluye sin tremendismos dramáticos innecesarios, dando espacio para que lo tremendo que describe el relato en sí, se haga visible a los ojos de un público enmudecido por una historia que le atrapa.
Es un lugar común que una imagen vale más que mil palabras, y habría mucho que cortar en esa tela, pero sí es cierto que tratándose de situaciones extremas, como la que reproduce el cuento, hay que tener un cuidado exquisito para que la imagen escénica, recibida por el espectador en una situación de convenciónabsoluta como es el teatro, no exceda los límites de esta convención, convirtiéndose en excesiva, gratuita o incluso en una especie de pornografía espectacular, que juega con lo terrible o lo morboso desde la barrera, arrojando sobre el espectador que vive su realidad otra realidad escénica (falsa pero visible, palpable, audible) que en vez de provocar la identificación produce el distanciamiento.
Nada de esto ocurre en este montaje. Con calculada inteligencia teatral, similar a la que el autor del cuento utiliza para distanciarse lo justo de la narración, permitiendo que el lector se identifique con los personajes de los padres, este montaje halla un camino que le permite, a la vez, respetar lo literario que le da origen y construir un universo escénico delicado y descarnado capaz de transmitir la poética de esa situación extrema.
Una pareja de jóvenes republicanos de dieciocho años intenta huir por las montañas hacia Francia recién perdida la guerra. Ella, embarazada, muere en el parto sobrevenido en una cabaña de pastores en la alta montaña cántabra, al inicio del invierno. Aquí arranca la acción. El joven padre, idealista, pero hundido, tiene que enfrentar la realidad de la muerte, presente en la cabaña en el cadáver de su pareja, y la realidad de la vida, presente en ese ser desconocido recién nacido que se aferra a la existencia, con el telón de fondo de la pérdida de una guerra. Y debe tomar partido, dentro de sus circunstancias de derrotado y huido… En la construcción narrativa de Alberto Méndez los hechos se narran como algo ya sucedido y de lo que tenemos noticia por un cuaderno-diario escrito por el padre a lo largo de ese duro invierno, a partir del atestado de la Guardia Civil que encuentra en la cabaña, un año después, unos restos humanos.
La poética teatral se basa en la alternancia de un narrador, que lee las páginas del diario, con una reproducción escénica, casi sin palabras o, mejor, con las palabras justas, de la situación dentro de la cabaña, en la que un actor y una actriz dan vida al padre vivo y a la madre muerta. Y dos manipuladores mueven las representaciones escénicas del niño y de dos vacas que, como en un trasunto simbólicamente negro de un portal belén, contemplan el destino de los salvadoresniños nacidos de las guerras.
El acierto del movimiento escénico y del tono de la narración contribuyen a que el espectador entre en este universo que se convierte en poético al enfrentar de forma directa vida y muerte, con los matices justos para contextualizar el enfrentamiento en unas circunstancias históricas determinadas. La adscripción política pierde importancia frente al drama humano y el peso del miedo y de la guerra, aunque justo es que los vencidos construyan sus relatos y justo es que nos paremos a pensarlos, hasta que seamos capaces, algún día, de excluir el pensamiento y la ideología como causas asumibles de una guerra.
En suma: excepcionalmente recomendable.
Julio Salvatierra. 4/2/2019
TÍTULO: “1940 Manuscrito encontrado en el olvido (Los girasoles ciegos)”
AUTOR: Alberto Méndez
VERSIÓN: Tolo Ferrà/Nuria Hernando
DIRECCIÓN: Tolo Ferrà
ESCENOGRAFÍA: Susana de Uña
ILUMINACIÓN: Roberto Cerdá
COMPOSICIÓN MUSICAL: Iván Palomares
ESPACIO SONORO DIRECTO: Odin Kaban
COREOGRAFÍA: Marta Gómez
VESTUARIO: Marta Alonso
REPARTO:
Leticia Alejos
Miguel Álvarez
Patxi Freytez
Xisca Ferrà / Marta Gómez
Vera González
Vista en el Teatro del Barrio el 31 enero 2019
👍👍
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