de Julio Salvatierra
Version libre adaptada a España a partir de «To be or not to be», de Ernst Lubischt.
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(La producción comercial, aunque se intentó realizar con la versión adaptada a España, finalmente se hizo con la versión en Polonia, por exigencia de la productora americana poseedora del copyright)
ACTO UNICO
- Ensayos de la obra «Il Fascio»
Interior del Teatro Lope de Vega, en Sevilla. 1936.
Al iniciarse la representación el autor, Castaño, quizás en platea delante de una mesa de dirección, o en una butaca con una mesita portátil, con alguna luz sobre él, o en algún rincón del escenario. Miguel Miranda, joven aviador, ¿vestido de uniforme?, discretamente sentado entre el público, en la segunda fila.
En el escenario, uno de los decorados del próximo estreno de la compañía, la obra «Il Fascio»: el despacho de un Coronel del ejército de la República española. Sentado en la mesa, José Torres, primer actor de la compañía, en el papel de Coronel, revisa, algo adormilado, unos papeles.
Antes de encenderse la luz sobre el escenario, una voz en off o una videproyección, si finalmente la hay nos sitúa: «Teatro Lope de Vega, Sevilla, Julio de 1936. Una paz relativa reina aún sobre la república española.»
GUTIÉRREZ
(Actor rellenito, vestido de capitán. Entrando y saludando)
Mi coronel: Arriba, España…
JOSÉ TORRES
¿Cómo dice, capitán?
GUTIÉRREZ
¡Arriba, España…!
JOSÉ TORRES
¿Seguro?
GUTIÉRREZ
Sí, y entonces usted responde: ¡una, indivisible y eterna!
JOSÉ TORRES
Madre mía. ¿No pueden buscar algo más sencillo!?
GUTIÉRREZ
Bueno: también se ha propuesto «¡Arriba los valores hispánicos…!»
JOSÉ TORRES
(Gesto de fastidio)
Al acabar de gritar ya te han matado.
GUTIÉRREZ
La verdad es que aún no hay nada decidido: hay una docena más de propuestas pero parece que sobre el saludo no se han puesto de acuerdo.
JOSÉ TORRES
Si fuera eso sólo…
GUTIÉRREZ
Pero ha venido a verle el Coronel Rivera.
JOSÉ TORRES
¿Sigue tan falangistizado?
GUTIÉRREZ
(Confidencial)
Él es el que propone este saludo…
JOSÉ TORRES
(Gesto de fastidio) Hazlo pasar.
Gutiérrez hace pasar a Hernández, vestido de Coronel.
HERNÁNDEZ
¡Arriba España…!
Los dos responden a la vez.
GUTIÉRREZ
¡Una, indivisible y eterna!
JOSÉ TORRES
¡Una, inmarcesíble y moderna…!? Bueno, lo que sea.
En su mesa Castaño levanta los brazos y mueve la cabeza indignado, pero no se atreve a decir nada.
¿Qué pasa, camarada?
HERNÁNDEZ
He hablado con las fuerzas políticas afines.
JOSÉ TORRES
Muy bien, ¿y?
HERNÁNDEZ
No son afines.
JOSÉ TORRES
¡¿Ah, no?
HERNÁNDEZ
Bueno, sí lo son, o en parte, pero no del todo… algunas…
JOSÉ TORRES
Ya…
HERNÁNDEZ
Es decir…
JOSÉ TORRES
¿Qué?
HERNÁNDEZ
A ver si te lo resumo: los jóvenes de la CEDA quieren imperio, los mayores socialcatolicismo, nuestro Primo nacionalsindicalismo, Robles nacionalconservadurismo, Calvo Sotelo su fascismo, la Iglesia el dinero y los monárquicos al rey.
JOSÉ TORRES
¿A cuál de los dos?
HERNÁNDEZ
Eso ya se vería. Pero todos ven bien un levantamiento.
JOSÉ TORRES
Claro… unidad de destino. ¿Y en nuestras filas?
HERNÁNDEZ
La unión militar republicana odia a la unión militar española, y a su vez dentro de cada una se odian un poco entre todos.
JOSÉ TORRES
Buen ambiente, nada que envidiar a la izquierda. ¿Y nuestros amigos italianos?
HERNÁNDEZ
Felices están, Mussolini no para: acaban de inventarse un himno estupendo, para nosotros.
JOSÉ TORRES
¿En serio?
HERNÁNDEZ
¿Quieres oírlo? Te lo canto…
JOSÉ TORRES
Realmente no hace…
HERNÁNDEZ
(Canta)
All’armi Ispania, all’armi per l’ideal Fino alla meta trionfal.
Sterminio a chi rinnega la civiltà Vinci nel grido FA-LA-LA.
Il grido del Fascismo e del cor
Dell’odio al Bolscevismo distruttor,
Segnal poi di vittoria, di libertà Il tuo vessillo garrirà…
JOSÉ TORRES
¡Muy bonito!, muy bonito, sin duda habrá que copiarlo, pero a la española, claro.
HERNÁNDEZ
La segunda parte es mejor, escucha…
JOSÉ TORRES
Cuando nos levantemos me lo cantas, coronel, gracias.
¿Y los alemanes?
HERNÁNDEZ
Nos apoyan, por supuesto. Y ahora están poniendo de moda un saludo muy bueno: ¡Hail, Hitler!
JOSÉ TORRES
¡Muy bueno! Si, señor, ¡Hail, Hitler!, muy bueno… (A Gutiérrez)
¿ve, capitán? Eso es un saludo. ¡Conciso, breve, con fuerza! Con un líder! Deberíamos tener algo así. Aquí sería ¡Viva…! y el nombre del jefe, ¿no…? ¡Viva…!
¡Sanjurjo!
GUTIÉRREZ
(Los tres gritan nombres diferentes a la vez)
¡El General Mola!
HERNÁNDEZ
¡José Antonio!
JOSÉ TORRES
(Tras una diminuta pausa embarazosa) Bueno, señores, lo mejor es dar algo de tiempo a los acontecimientos, ¿no?, porque los acontecimientos siempre acontecen… como han de acontecer… generalmente.
GUTIÉRREZ
Según el general que sea, quiere usted decir?
VOCES OFF
¡Arriba, España! ¡Arriba, España!
Gutiérrez se asoma, y vuelve muy excitado:
GUTIÉRREZ
¡Es el General!
Todos se cuadran militarmente. El General (interpretado por Fernández) aparece en la puerta.
GUTIÉRREZ
¡Arriba, España!
Fernández y José Torres, a la vez, pero diferentes:
HERNÁNDEZ
¡Una, indivisible y eterna!
JOSÉ TORRES
¡Una, invisible y estupenda! Bueno lo que sea…
FERNÁNDEZ
(Encogiéndose de hombros, haciendo un chiste)
¡Arriba mi menda lerenda!
Castaño se levanta de la mesa y sube al escenario.
CASTAÑO
¡Eso no está en el guión!
FERNÁNDEZ
¡Pero señor Castaño, por favor!
CASTAÑO
¡Eso no está en el guión!
FERNÁNDEZ
¡Pero seguro que es una carcajada!
CASTAÑO
¡No quiero más carcajadas aquí! ¡Bastante tengo con… otras cosas!
(Hace un gesto vago que se refiere a José Torres)
¡Y cuantas veces tengo que decirles que no metan morcillas en el texto!
FERNÁNDEZ
(Por Torres)
¡No soy el único!
CASTAÑO
¡Fernández, no me replique! Quiero…
HERNÁNDEZ
¿Quiere usted mi opinión, señor Castaño?
CASTAÑO
No quiero su opinión.
HERNÁNDEZ
Entonces le doy mi percepción: no debemos tomar a risa la risa, ¿sabe?
CASTAÑO
Hernández, le hemos contratado como actor, no como escritor, ¿me entiende?
(A Fernández)
A ver: ¿qué dice el guión?
FERNÁNDEZ
Hago mi entrada.
CASTAÑO
¿Y qué dices?
FERNÁNDEZ
¡Nada!
CASTAÑO
¡Entonces dí eso mismo!
FERNÁNDEZ
¿Pero por qué no podemos cambiar…!
CASTAÑO
¡Porque no!
HERNÁNDEZ
¡Pero eso es dictadura!
CASTAÑO
Hernández, no me toques las narices.
FERNÁNDEZ
Es verdad, Castaño, si eres tan demócrata tienes que escucharme.
CASTAÑO
Para eso hay que ser santo, no demócrata. Y yo de eso nada.
Discuten.
GUTIÉRREZ
¡Pero bueno, dejadlo ya…! ¡Es muy tarde y quiero pasar mi segunda escena antes de que llegue la función! No quiero perder tiempo porque dos actorcillos secundarios quieren engordar su papel!
HERNÁNDEZ
Gutiérrez, tú no deberías hablar de gordura.
GUTIÉRREZ
¡¿Pero cómo te atreves?!
CASTAÑO
¡Amigos! Quiero que todo el mundo entienda que esta es una comedia seria. Es irónica pero no una comedieta barata, ¡por favor! Es también un drama realista…
Entra María Torres.
MARÍA TORRES
Hola, Castaño.
CASTAÑO
Buenas tardes…
MARÍA TORRES
¿Qué te parece mi vestido?
CASTAÑO
Bien, muy bien… y sobre todo es un documento acerca del universo fascist…
(A María Torres)
¿Es para la escena del frente de batalla?!
MARÍA TORRES
¡Sí! ¿No te parece bonito?
CASTAÑO
Precísamente por eso.
MARÍA TORRES
A mí me encanta, será un contraste tremendo. Piensa en mi personaje oculto en la oscuridad, de repente grito y las luces me descubren con este hermoso vestido.
HERNÁNDEZ
La carjada será estruendosa.
CASTAÑO
¡Así es, pero tú no te metas!
(A María Torres)
¡Pues vaya con la gran estrella! ¡¿No tienes sensibilidad! ¡¿O es que te has vuelto loca!?
José Torres se acerca.
JOSÉ TORRES
¿Pero cómo le hablas a mi esposa de ese modo? ¿Cómo te atreves!?
CASTAÑO
Lo siento, estoy nervioso.
Castaño se aleja y se pone a hablar con Fernández.
JOSÉ TORRES
María, cambia el traje.
MARÍA TORRES
Ya. Lo que te preocupa es que te robe la escena.
JOSÉ TORRES
¿Y por qué me iba a preocupar?
MARÍA TORRES
Porque eres el mejor actor del mundo, como sabe todo el mundo, incluído tú.
JOSÉ TORRES
No te hagas la diva.
MARÍA TORRES
En cuanto puedes me quitas protagonismo, José, ¡es increíble! Si empiezo una historia, tú la terminas, si me pongo a dieta, tú adelgazas, si me constipo, tú toses! ¡Si alguna vez tengo un hijo no se si seré la madre!
JOSÉ TORRES
Yo me conformo con creerme el padre.
FERNÁNDEZ
Señor Castaño, deme una oportunidad…
Castaño se ha quedado mirándolo.
CASTAÑO
¿Quién le maquilló?
HERNÁNDEZ
Yo, señor Castaño. Aunque no debería porque sólo me contrataron como actor, ¿no?!
JOSÉ TORRES
(A Castaño, aparte)
El maquillador se ha ido, y la planchadora, y los tramoyistas: están todos muertos de miedo.
Todos se acercan a Fernández.
MARÍA TORRES
Yo lo veo bien: ¿hay algo que no le gusta?
CASTAÑO
No se, no me resulta convincente.
GUTIÉRREZ
Es cierto, nada convincente.
CASTAÑO
No parece un general golpista.
GUTIÉRREZ
En absoluto.
HERNÁNDEZ
Pues yo creo que si.
CASTAÑO
¡Tiene cara de ingénuo!
HERNÁNDEZ
Yo le veo más bien cara de obtuso, y eso le pega.
CASTAÑO
¡No, no le pega! Tiene que tener otra cosa…
GUTIÉRREZ
Es verdad, es otra cosa…
HERNÁNDEZ
¿Pero qué cara tienen los generales golpistas?
Todos discuten.
CASTAÑO
(Saca una hoja de periódico de su bolsillo)
Miren… ¡este retrato!
(Señala una foto en el periódico)
¡A esto es a lo que debería parecerse!
GUTIÉRREZ
¡Exacto! Tiene razón.
FERNÁNDEZ
¿Quién es?
GUTIÉRREZ
Ah, no se, no lo he visto en mi vida, pero es esa cara.
CASTAÑO
Es el General Franco, un desconocido para el gran público, pero bastante golpista. ¿Le parece a usted ingénuo, u obtuso?
HERNÁNDEZ
No se, a mí me parece un señor con bigote.
FERNÁNDEZ
Yo puedo parecer un señor con bigote.
CASTAÑO
!No es sólo eso! ¡La mirada, el porte!
HERNÁNDEZ
(Mirando el periódico)
¿Qué porte?
FERNÁNDEZ
Todos discuten.
Señor Castaño, se que soy un secundario de los que no pueden meter morcillas, pero sé que parezco un general golpista -¡qué le voy a hacer!, no es que me guste- y si quiere que me parezca a ese fulano, le aseguro que le voy a sorprender.
Le coge la hoja de periódico y se la guarda, muy digno. Torres mira su reloj.
JOSÉ TORRES
¡Eh, eh, eh! ¡¿Sabeis la hora que es?! ¡Vamos! Hay que preparar el escenario.
GUTIÉRREZ
(A Fernández y Hernández)
Ya sabía yo que no daría tiempo a pasar la escena. ¡Y es culpa vuestra, actorcillos! ¡Yo necesito ensayar!
FERNÁNDEZ
(A Gutiérrez)
¿No sabes que la improvisación es la madre del teatro?
GUTIÉRREZ
¿Y el padre?
FERNÁNDEZ
Eh…
GUTIÉRREZ
Tú desde luego no.
JOSÉ TORRES
¡Vamos, vamos, es muy tarde!
La compañía recoge el escenario de «Il Fascio» y prepara el de «La República de Hamlet». A lo largo del diálogo unos meten y sacan cosas, otros se van vistiendo. El escenario se transforma, sucintamente, en el espacio escénico de Elsinor, con un rincón para el camerino de la señora Torres.
HERNÁNDEZ
No te preocupes, Fernández, tú vales mucho. ¡Valemos mucho! ¡Vivan los secundarios! ¡Somos mejores que los primarios! ¡Primates! ¡Monos! ¡Divos!
FERNÁNDEZ
No se. Cuando Castaño me dijo «Tu interpretarás al General» pensé que sería el comienzo de mi carrera…
HERNÁNDEZ
Sabes que no podrán ignorar siempre un talento como el nuestro.
FERNÁNDEZ
¿Por qué no?
HERNÁNDEZ
(Pausa) Yo tampoco soy bueno improvisando…
Hernández se queda un poco abatido.
FERNÁNDEZ
¡No te preocupes, Hernández, algún día tú interpretarás a Shylock!
HERNÁNDEZ
¡Ojalá! Esa obra está escrita para mi, en serio: «¿pero es que no tenemos ojos? ¿Ni manos? ¿Organos ¿Sentidos? ¿Dimensiones, afectos, pasiones? Nos alimenta la misma comida, nos hieren las mismas armas, nos enferman los mismos males. ¡Si nos pinchan, ¿no sangramos?! ¡Si nos hacen cosquillas, ¿no nos reímos?! ¡Si nos envenenan, ¿no morimos?!
FERNÁNDEZ
Casi me haces llorar.
Cogen las lanzas.
HERNÁNDEZ
Pero en vez de eso aquí estamos, en Zevilla, una ciudad de provincias, ¡sacando la lanza en una obra que se llama «La República de Hamlet»!
FERNÁNDEZ
Si: sacamos la lanza en el primer acto, sacamos la lanza en el segundo acto…
HERNÁNDEZ
Y nos llevamos a Gutiérrez en el tercer acto.
FERNÁNDEZ
Me encantaría pincharle en el culo, con la lanza, en cualquier acto.
HERNÁNDEZ
La carcajada sería enorme.
Se miran, atraídos por la idea, y miran rápidamente cómo de aguzada está la punta de la lanza. María Torres, medio vestida de Ofelia, cruza el escenario. José Torres se dirige hacia ella.
MARÍA TORRES
Hernández, ¿has visto mi bata de Ofelia?
HERNÁNDEZ
Sí, María, la cogí yo, para plancharla.
MARÍA TORRES
¿Tú? ¿Por qué?
HERNÁNDEZ
Porque la planchadora se ha ido, su hermano es falangista.
MARÍA TORRES
Están todos locos: ¡si es sólo una comedia!
HERNÁNDEZ
Ya, pero roja. Te la llevo a tu camerino ahora mismo.
Hernández sale a por la bata y Fernández hará lo que le diga el director (el de verdad). María y José entran en el camerino de ella. En el resto del escenario se hace el oscuro.
CASTAÑO
¡Entra el público! ¡Cinco minutos!
JOSÉ TORRES
María, perdóname, sabes que no puedo actuar cuando discutimos. Dime algo bonito…
MARÍA TORRES
¡Cariño, eres el mejor Hamlet del mundo! Te daría un beso ahora mismo, pero no quiero estropear mi maquillaje.
JOSÉ TORRES
¿Sabes?, tenías razón antes, lo siento. Me sentía tan mal que le acabo de pedir a Castaño que en el cartel de la nueva obra figure tu nombre delante.
MARÍA TORRES
¡¿En serio?! ¡Mi amor, es un gesto precioso! Pero sabes que realmente a mí me da igual…
JOSÉ TORRES
Eso es lo que dijo Castaño, así que al final lo dejamos como estaba.
MARÍA TORRES
Ah.
JOSÉ TORRES
(Decepcionada, se da la vuelta)
Cariño, sabes lo que siento por ti, y además…
Entra Hernández con la bata y un ramo de flores. Le da la flores a María, como en la canción.
JOSÉ TORRES
¿Y esas flores?
HERNÁNDEZ
Me las ha dado un acomodador, de parte de alguien del público, para María.
Se pone a arreglarle algo de la bata.
MARÍA TORRES
¿A que son preciosas?
JOSÉ TORRES
No te hagas la tonta, ¿quién te las manda?
MARÍA TORRES
(Mirando entre el ramo) No lo se, no tienen tarjeta.
JOSÉ TORRES
¿Otra vez sin tarjeta? ¡Tres noches seguidas¡? ¿Quién es?
MARÍA TORRES
Estoy segura que no es nada personal conmigo. Será un amante del teatro, un fanático de los que se sientan todas las noches en el gallinero.
JOSÉ TORRES
Ya, un pobre muchacho que no tiene para la entrada,
¡pero que ha heredado una floristería, no?!
¡Ni Shakespeare aguantaría Hamlet tres noches seguidas!
MARÍA TORRES
Pero si eres tú el que hace de Hamlet…
JOSÉ TORRES
Ya, bueno… si… no se…
VOZ OFF
¡Señor Torres, al escenario!
JOSÉ TORRES
María, comenzamos, cariño, es mi gran papel…
MARÍA TORRES
José, mi vida, te juro que no se quién es.
Se abrazan.
JOSÉ TORRES
Gracias, mi amor.
José sale. Hernández le ayuda a ponerse la bata a María Torres.
MARÍA TORRES
(A Hernández)
Es verdad que no se quién es, pero sí quién podría ser.
HERNÁNDEZ
A lo mejor es ese aviador, ¿no? Ese tan jovencito…
MARÍA TORRES
¡Sí, estoy segura! Y realmente es muy joven, siempre se sienta en la segunda fila, y cada noche me parece más guapo. ¡Tú me conoces, Hernández! Quiero a mi marido, y mucho, -¡es el mejor actor del mundo!- Pero a veces se pone insoportable por tonterías.
HERNÁNDEZ
Tonterías de segunda fila. Ah, casi se me olvida, esta vez sí que había dejado una nota, estoy tonto.
Saca la cartita de su bolsillo y se la entrega a María. María le da un beso.
MARÍA TORRES
Eres el mejor, Hernández.
(Leyendo)
Teniente Miguel Miranda. ¿Ves como era él?
HERNÁNDEZ
Es guapo.
(Suspira)
¿Sufre mucho?
MARÍA TORRES
Si, tenía que romper su silencio…
HERNÁNDEZ
Ya no podía soportarlo más…
MARÍA TORRES
No, ni un sólo instante…
HERNÁNDEZ
¡Pobrecito!
MARÍA TORRES
Es sólo un niño…
(sigue leyendo, encantada)
oh, no…
HERNÁNDEZ
¿Quiere que lo adoptes?
MARÍA TORRES
Se muere por verme, aunque sea un minuto. Por supuesto que no lo veré, eso está claro. Aunque tampoco quiero ser maleducada, creo que es un error ignorar a las personas que te adoran y que después de todo pagan su entrada, además…
HERNÁNDEZ
María, no pierdas el tiempo: si quieres verlo, aprovecha.
MARÍA TORRES
Si, creo que me debo a mi público.
María empieza a escribirle una respuesta.
MARÍA TORRES
(Mientras escribe)
Querido teniente… por desgracia estoy terriblemente ocupada, pero si insiste en verme venga a mi camerino cuando Hamlet comience su monólogo de «Ser o no ser».
¿Qué te parece, Hernández?
HERNÁNDEZ
Un poco aburrido, ¿no?
MARÍA TORRES
¡No digo el monólogo, idiota, la nota!
HERNÁNDEZ
Ah, bien pensada: tendréis mucho tiempo.
MARÍA TORRES
(Le da la nota a Hernández)
¡Toma! Date prisa, falta poco.
Hernández sale.
- Ser o no ser 1-María y Miguel
La luz del camerino baja y sube en el «escenario», donde el Rey (Gutiérrez) y Polonio (Castaño) hacen su parte. Durante su diálogo Hernández baja a la platea, y le pide al primer espectador de la segunda fila que le pase la nota al aviador de uniforme que está en el centro de la misma. El público le pasa la nota a Miguel, que la lee en el momento.
POLONIO
Ofelia ya está en su puesto, camarada Majestad, podemos escondernos. Le ha dado un libro para que su lectura dismule su soledad, ¡cuántas veces un semblante beato no enmascara al diablo mismo que nos habita!
REY
(Aparte)
Muy cierto… Esa reflexión golpea mis conciencias, incluída la de clase. El verdadero rostro de una vieja prostituta bajo sus pinturas no es más capitalista que mis actos, ocultos tras mis hermosas palabras… ¡una carga muy pesada!
POLONIO
Le oigo acercarse. Retirémonos, señor.
Polonio y el Rey salen entre patas. Entra Hamlet, con un librito. Mira al público.
HAMLET-TORRES
Ser o no ser, he ahí…
El teniente se levanta en la segunda fila y, pidiendo excusas en voz baja, sale. José Torres lo mira, y mientras Miguel se abre paso por toda la fila, sigue.
HAMLET-TORRES
He ahí… el problema. ¿Qué es mas elevado para el espíritu del hombre? ¿Sufrir los golpes y las afrentas del mercado, o tomar las armas…?
Luz sobre el escenario baja y sube el camerino de María Torres. Hernández sale y Miguel entra
MIGUEL
Gracias por recibirme, señora Torres. No sabe cuánto he esperado este momento.
MARÍA TORRES
Gracias, pero lo que se espera mucho al final desilusiona…
MIGUEL
En absoluto.
MARÍA TORRES
Siéntese, por favor.
MIGUEL
Gracias.
MARÍA TORRES
¿Así que es usted el que me envía esas preciosas flores? Muchas gracias, pero creí que sería un digno y anciano caballero. Y ahora viéndolo no se si ha sido lo correcto pedirle que viniera, jamás recibo a extraños en mi camerino.
MIGUEL
Pero usted no es una extraña para mí, señora Torres.
¡La he visto en todas las obras que ha interpretado! Y nunca olvidaré cómo me reí en La Princesita.
MARÍA TORRES
Sí, creo que allí estaba graciosa.
MIGUEL
Pero no lo estaba en Lady Macbeth.
MARÍA TORRES
Gracias.
MIGUEL
Me asustó de verdad aquella noche.
MARÍA TORRES
¿En serio!? Si yo no le haría daño a una mosca.
MIGUEL
Ni a un periquito: ¿cómo está?
MARÍA TORRES
¿Quién?
MIGUEL
El periquito.
MARÍA TORRES
¿Qué periquito?
MIGUEL
El suyo que usted quiere tanto. Es que yo leo todas sus entrevistas.
MARÍA TORRES
Ah… ¡ah, sí, claro! Mi periquito. ¡Qué memoria!
MIGUEL
¿Tiene mucha memoria su periquito?
MARÍA TORRES
No, usted.
MIGUEL
¡Ah…! Sí: también recuerdo una foto suya, entre muchas flores, ¿dónde fue…?
MARÍA TORRES
En El Imparcial.
MIGUEL
No, donde fue la foto, ¿donde está su finca…?
MARÍA TORRES
Ah, no, no, no, creo que estamos hablando demasiado de mi. Cuénteme algo de usted.
MIGUEL
Bueno, no hay mucho que contar. Soy piloto y vivo en Madrid, pero ahora estoy de permiso y he venido a Sevilla sólo porque sabía que su compañía estaba aquí.
MARÍA TORRES
¿Y qué pilota cuando está en Madrid?
MIGUEL
Un bombardero.
MARÍA TORRES
Eso suena muy interesante.
MIGUEL
¡Interesante no se, pero es grande! Aunque no se lo crea puedo soltar 3 toneladas de dinamita en 2 minutos.
MARÍA TORRES
¿En serio?
MIGUEL
La estoy aburriendo…
MARÍA TORRES
Desde luego que no.
MIGUEL
No quiero pasarme, pero me arriesgaré, conozco al capitán a cargo del aeródromo de aquí: ¿me permitiría invitarla a volar?
MARÍA TORRES
¿A volar?! Quizás.
MIGUEL
¿Cuándo puedo venir a buscarla?
MARÍA TORRES
Mañana a las dos en mi cama, ¡en mi casa, perdón! No, mejor me encontraré con usted en el aeródromo.
Miguel le besa la mano.
MIGUEL
Adiós. Espero que me perdone si me he comportado un poco torpemente, pero es la primera vez que hablo con una actriz.
MARÍA TORRES
Y yo con un hombre que puede soltar tres toneladas de dinamita en dos minutos. Adiós.
MIGUEL
Adiós.
El teniente sale. Entra Hernández.
MARÍA TORRES
Mañana a las dos voy ver la ciudad a más de 3000 metros de altura. ¿No creo que haya nada de malo en eso, verdad?
HERNÁNDEZ
No, a esa distancia José no te distinguirá.
Entra el señor Torres, muy abatido. Se desploma sobre una silla. Hernández sale.
JOSÉ TORRES
Me ha sucedido lo peor para un actor.
MARÍA TORRES
¿Qué ha pasado?
JOSÉ TORRES
Alquien se fue cuando empecé mi monólogo. María:
¿estoy perdiendo fuerza?
MARÍA TORRES
Claro que no, mi amor. Lo siento muchísimo.
JOSÉ TORRES
En cuanto empecé, se levantó y se fue.
MARÍA TORRES
A lo mejor no se sintió bien. O tenía que irse, o le dió un ataque al corazón.
JOSÉ TORRES
Ojalá.
MARÍA TORRES
A lo mejor si se quedaba ahora estaría muerto.
JOSÉ TORRES
¡A lo mejor ya está muerto! ¡Ojalá! Cariño: tú sabes cómo animarme…
Entran Castaño, Fernández y Hernández, este último con un papel en la mano.
CASTAÑO
¡Es increíble! ¡Es aberrante! ¡Es inmoral!
JOSÉ TORRES
¿Qué ha pasado?
CASTAÑO
¡Están asustados! ¡Les tienen miedo!
JOSÉ TORRES
¡¿Quién le tiene miedo y a qué?!
CASTAÑO
¿Además del maquillador, la planchadora, los tramoyistas, la sastra, Polonio y la mitad del país?
¡Pues el gobierno! ¡El gobierno también tiene miedo!
MARÍA TORRES
¿A qué?!
CASTAÑO
¡Al fascio, a los militares, a las derechas!
JOSÉ TORRES
Es normal, yo también les tengo miedo. ¿Pero qué ha pasado?
CASTAÑO
¡Es indignante!
FERNÁNDEZ
No nos dejan estrenar.
HERNÁNDEZ
Han enviado una nota del Gobierno Civil.
FERNÁNDEZ
Prohíben el estreno.
HERNÁNDEZ
Por razones de interés nacional...
Le enseña la nota a los Torres.
CASTAÑO
Temen que esta obra ofenda al estamento militar. Y aunque no lo dicen también a las derechas.
JOSÉ TORRES
¡Pero esto es absurdo! ¡Es una comedia inocente! ¿Es que no han visto lo que escriben los de la falange?
¡Quieren tomar el estado por la fuerza! ¡Aniquilar a los que no piensan como ellos!
CASTAÑO
Sí… Pero dicen que la situación es muy delicada porque hay ruído de sables. Están deteniendo a falangistas y a anarquistas, dando una de cal y una de arena y nos ha tocado. Acabo de hablar con el ministro por teléfono y no hay nada que hacer… Voy a avisar al resto de la compañia, bueno, a lo que queda de ella…
MARÍA TORRES
Pero y entonces, ¿qué vamos a hacer? No podemos volvernos a Madrid todavía…
CASTAÑO
Teníamos previstas seis semanas más aquí en Sevilla,
¿no? Así que creo que lo mejor será prorrogar, ¿no te parece, José?
JOSÉ TORRES
(Moviendo negativamente la cabeza)
Sí. Es lo mejor, es lo mejor. Seguiremos con la obra actual. A los sevillanos parece que les está gustando La República de Hamlet…
(Henández y Fernández le miran)
¿No? Salvo a algún imbécil que se levanta en medio de un gran monólogo…
Oscuro.
- Ser o no ser 2: estalla la guerra
Video: «Unos días más tarde.»
HAMLET-TORRES (OFF)
Ser o no ser, he ahí…
(Con súbito enfado)
¡…el problema! ¡Pero qué demonios es mas elevado para el espíritu del hombre, por dios…!? ¿Sufrir las miserables afrentas del mercado, o de la fortuna, o de lo que sea, o tomar las malditas armas…?
Se enciende la luz sobre el camerino y vemos a Miguel que entra. Dentro, María Torres.
MIGUEL
María, por fín puedo verte a solas… En el avión no podemos hablar, y en el café es lo único que podemos hacer…
La agarra por los hombros, ella se escurre.
MARÍA TORRES
Y en mi camerino tenemos que tener cuidado con mi maquillaje.
MIGUEL
Y con tu marido, creo que no le gusta que me levante en su monólogo.
MARÍA TORRES
Claro, pobre, es muy duro para un actor, aunque sea el mejor del mundo.
MIGUEL
¿Sabes, María? La otra tarde en el avión, tú creías que no te veía, pero vi como me mirabas. Era una mirada… llena de simpatia. Tuve la sensación de que te gustaba. ¿Me equivoco?
MARÍA TORRES
No, en absoluto, Miguel.
MIGUEL
Y, dime la verdad: ¿todavía te gusto?
MARÍA TORRES
Pues, ¡claro!
MIGUEL
¡Sí!?… Pero ¿crees que te gustaré mas tiempo, mucho tiempo?
MARÍA TORRES
No veo por qué no.
MIGUEL
¡Eso es maravilloso, María…! ¿Qué vamos a hacer con tu marido?
MARÍA TORRES
¿Qué?
MIGUEL
Que tenemos que decírselo, claro.
MARÍA TORRES
Decirle, ¿qué?
MIGUEL
Que nos amamos, que estamos locos el uno por el otro. No tiene derecho a interponerse. Seguro que comprenderá la situación, y también el señor Castaño.
MARÍA TORRES
¡Castaño! ¿Qué tiene que ver Castaño en esto?
MIGUEL
¡No querrás seguir en el escenario! Y con esta vida, de un lado para otro… No, no, además de que yo no lo permitiría, tu ya estás harta, lo se. Aspiras a una vida tranquila, lo dijiste en la entrevista.
Ahora podrás disfrutar de la granja, no tendrás que aprenderte más papeles, ¡te compraré un tractor! ¡Y una periquita también! ¿Sabes si hay periquitas rubias?
MARÍA TORRES
Miguel, eres encantador, pero olvidas que soy una mujer casada.
MIGUEL
Por eso quiero hablar con tu marido.
MARÍA TORRES
Pero yo amo a mi marido.
MIGUEL
(Sonriendo)
No, no lo amas, lo que pasa es que eres muy correcta y muy amable y lo sientes por él, pero no te preocupes, es una cuestión entre hombres.
(Se sienta)
MIGUEL
Le esperaré aquí.
MARÍA TORRES
Miguel, tienes que escucharme: posiblemente es todo culpa mía, pero tienes que comprender…
(Se abre la puerta y entra Hernández muy asustado con un periódico en las manos.)
¡Ahora no, Hernández!
HERNÁNDEZ
¡María, un golpe de estado!
Ambos se levantan y leen el periódico.
MIGUEL
(Leyendo)
El ejército de África se ha levantado y muchas Capitanías han declarado el estado de Guerra, los sindicatos, que exigen armas al Gobierno, han convocado la Huelga General y se lucha ya en las calles de Madrid, Barcelona y otras ciudades. El Gobierno ha movilizado a todas las unidades militares leales…
MARÍA TORRES
¡Pero esto es la guerra!
MIGUEL
Lucharemos. No vencerán a la república.
MARÍA TORRES
Dios mío, la gente se va a matar unos a otros, o van a morir. Miguel…
MIGUEL
Tengo que volver a Madrid. Adiós, María.
MARÍA TORRES
Miguel: vuelve.
MIGUEL
Lo haré. Tengo que verte otra vez.
Se abrazan. Miguel sale, y Castaño y Fernández entran en el camerino.
FERNÁNDEZ
(A María)
¿Te has enterado?
MARÍA TORRES
Sí.
CASTAÑO
Parece imposible, pero no te preocupes, no creo que dure mucho.
MARÍA TORRES
¿Qué va a pasar?
CASTAÑO
No lo se, pero parece que no ha sido general, esperemos que el Gobierno pueda controlarlos.
MARÍA TORRES
¿Y aquí?
CASTAÑO
Dicen que se lucha en varios barrios, y que el General Llánez de la Quijada ha sublevado a la guarnición, pero no a toda.
FERNÁNDEZ
¿El público lo sabe?
CASTAÑO
No, tenemos que anunciarlo.
Entra José Torres, muy enfadado.
JOSÉ TORRES
¡Es una conspiración! ¡Una maldita conspiración!
CASTAÑO
Es peor que eso: es un crimen.
JOSÉ TORRES
¡Gracias! ¡Tienes toda la razón! ¡Levantarse y salir por segunda vez!
CASTAÑO
¡¿Pero de qué demonios hablas!?
MARÍA TORRES
¡Estamos en guerra!
FERNÁNDEZ
¡Están dando un golpe de estado! ¡Una sublevación!
¡Un alzamiento! ¡Una asonada! ¡Una insurrección!
Se oyen disparos y ruído de ventanas rotas. Todos gritan. Empieza a escucharse un cañoneo cercano.
CASTAÑO
¡Hay que ponerse a cubierto!
Hernández y Gutiérrez entran también en el camerino.
GUTIÉRREZ
¡Están cañoneando el Gobierno Civil y el Ayuntamiento!
HERNÁNDEZ
¡Y el teatro está en medio!
CASTAÑO
¡Al sótano!
JOSÉ TORRES
¡No, es mejor salir e ir al…
(Explosión. La luz se va. Grito general.)
¡Al sótano, al sótano!
A la luz de fogonazos lejanos y parpadeos del alumbrado, entre el ruído de los cañones, la compañía corre buscando la bajada al sótano. Las paredes parecen moverse. (Cambio escenario?)
FERNÁNDEZ
¡Es por aquí!
JOSÉ TORRES
¡Vamos!
HERNÁNDEZ
¡Por aquí no es!
GUTIÉRREZ
¡Maldita sea!
CASTAÑO
Es por aquí, seguidme.
GUTIÉRREZ
¡No te veo!
CASTAÑO
Estoy aquí.
JOSÉ TORRES
¡Vamos!
CASTAÑO
Cuidado con…
(Oímos cómo José Torres se cae por la escalera.)
…la escalera.
MARÍA TORRES
¡Cariño, estás bien!?
JOSÉ TORRES
¡No!
Etc. Finalmente la compañía se reúne en un ricón de algún sitio. Castaño enciende una pequeña linterna o farol.
JOSÉ TORRES
(A Castaño)
Ahora ya no tienes que preocuparte por tu comedia sobre el fascismo.
CASTAÑO
Era un drama, pero no lo sabíamos.
Los disparos arrecian.
HERNÁNDEZ
Da igual, ellos prefieren un gran musical.
MARÍA TORRES
A mi no me gustan los musicales.
FERNÁNDEZ
Ahora vamos a ver para qué nos sirve a todos tanto teatro…
La luz baja. Los disparos se alejan…
- Sevilla en guerra
Video con imágenes de archivo del inicio de la guerra.
VOZ OFF
¡Pobre España, sumida en una guerra civil desencadenada precísamente por algunos de aquellos que debían defender a sus gentes! En Sevilla se lucha por las calles. El centro ya ha caído en manos de los sublevados y en los barrios la resistencia se hace cada vez más débil.
Hernández y María Torres contemplan la proyección. Se van sumando a ellos José Torres, Gutiérrez y Castaño.
HERNÁNDEZ
Y no había ningún censor que pudiera detener esto.
Siguen las imágenes de archivo. Planos de casas destruidas, incendios, bandos en Sevilla firmados por el General Llánez.
VOZ OFF
(Del discurso de Queipo del Llano del 23/7/1936, a sintetizar-buscar mejor)
«Buenas noches, señoras y señores, soy el General Llánez de la Quijada informando al pueblo de Sevilla de que en este glorioso trance estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: desde ahora
VOZ OFF
faculto a todos los ciudadanos a que, cuando se
tropiecen a uno de esos frentepopulistas, lo callen de un tiro. O me lo traigan a mí, que yo se lo pegaré. Por cada uno de orden que caiga, yo mataré a diez extremistas por lo menos, y a los dirigentes que huyan, no crean que se librarán con ello: les sacaré de debajo de la tierra si hace falta, y si están muertos los volveré a matar. Id preparando sepulturas. En dos meses nos desharemos de toda esa canalla libertaria.»
HERNÁNDEZ
¡Si nos pinchan, ¿no sangramos?! ¡Si nos hacen cosquillas, ¿no nos reímos?! ¡Si nos envenenan, ¿no morimos?!
MARÍA TORRES
¡Qué gran Shyloc hubieras sido!
Video: siguen imágenes de archivo del curso de la guerra, e indicando el paso del tiempo (fechas de periódicos, etc).
VOZ OFF
Pero de dos meses nada. La resistencia del gobierno republicano se organiza. Los batallones de las milicias de izquierda surgen por todos lados. Una mitad del país no quiere dejar que la otra mitad imponga por la fuerza su santa voluntad. ¿Santa? Así parece, viendo el claro partido que adopta el clero. La guerra se generaliza. En Sevilla los generales sublevados se han hecho con el poder, pero fuerzas de la resistencia aún luchan en la clandestinidad. Sin embargo, la verdadera defensa se ha organizado desde Madrid, donde los militares leales al gobierno elegido en las urnas luchan en el Ejército, en la Armada y en las FARE: las Fuerza Aéreas de la República Española.
- Miguel da mensaje a Mansilla
Letrero en video aclara: «F.A.R.E. Fuerza aéreas de la República Española. Madrid.»
Miguel, un poco borracho, y Silverio Mansilla, no tanto, a las puertas de la cantina del cuartel, con vasos en la mano. Al otro lado se oye ruído de aviadores cantando una canción satírica contra el fascio, risas y copas.
MIGUEL
¡Viva la república! Profesor Mansilla, para los muchachos de nuestra escuadrilla ha sido un honor haber contado con su presencia en nuestra fiesta.
MANSILLA
Muchas gracias, me gustaría ser joven para hacer por nuestro país lo que ustedes están haciendo.
MIGUEL
¡Vamos, profesor! Seguro que cualquier discurso suyo por la radio vale más que mil bombas. Por cierto, ¿de dónde es usted? Tiene un acento poco familiar.
MANSILLA
He vivido fuera mucho tiempo.
MIGUEL
¿…Alemania?
MANSILLA
Parecido, pero no igual: Polonia. Diplomacia.
MIGUEL
¿Y ahora ha venido a España para quedarse?
MANSILLA
Sí, volví hace un año a Madrid, aunque me temo que muy pronto tendré que hacer un viaje por el interior. Y el que hoy día compra billete de vuelta es un optimista.
MIGUEL
¿Va en una misión secreta?
MANSILLA
Veo que el alcohol no ha nublado del todo su inteligencia.
MIGUEL
No: seguro que se va a Burgos a visitar a Franco. (Rien)
MANSILLA
No, exactamente, algo más al sur. Sólo espero que Franco, o el Virrey de Andalucía, no me visiten a mí.
(Nuevas risas)
Bueno, gracias por esta excelente fiesta…
MIGUEL
(Interrumpiéndole)
Profesor, ¿no irá, por alguna razón, a Sevilla? Sería muy arriesgado…
MANSILLA
Y ustedes, ¿no arriesgan su vida todos los días?
MIGUEL
¡Así que es cierto que va a hacer de espía en Sevilla?!
MANSILLA
Por favor, no puedo decir más. Y siento haberlo mencionado.
MIGUEL
Pero no lo hizo, este (por el vaso) y yo se lo sacamos.
MANSILLA
Bueno, a fin de cuentas, si no puedo confiar en cualquiera de ustedes, ¿en quién podría confiar? Sé que no saldrá de aquí.
MIGUEL
Por supuesto, pero…
MANSILLA
¿Sí?
MIGUEL
Hay una persona en Sevilla de la que no he vuelto a saber nada y es muy importante para mí…
MANSILLA
Teniente, debe comprender que no puedo comprometer en absoluto el propósito de mi viaje.
MIGUEL
Por supuesto, no le pido que haga nada, pero tal vez su viaje le permita ponerse en contacto con ella, y, sólo en ese caso, si pudiera darle un mensaje…
MANSILLA
No me comprometo absolutamente a nada, pero dígame:
¿quién es?
MIGUEL
Es un asunto muy confidencial…
MANSILLA
Ah… ¿una mujer?
MIGUEL
Si. Y… Apreciaría mucho si usted pudiera… bueno, no debe decirle nada a su marido…
MANSILLA
¿Ni siquiera buenas tardes? …es una broma, tranquilo. Tendré cuidado.
MIGUEL
Dígale sólo: «Ser o no ser». Ella entenderá.
MANSILLA
Ah, un mensaje en clave, ¿no?
MIGUEL
Si.
MANSILLA
¿Cómo se llama la dama?
(Saca una libretita para apuntar)
MIGUEL
Es… María Torres. Lo último que supe es que su compañía de teatro estaba bloqueada allí.
MANSILLA
¿María Torres!? ¡¿La actriz!?
(Miguel confirma con la cabeza)
¡Vuela usted muy alto, teniente!
MIGUEL
Soy piloto.
MANSILLA
Me han dicho que de cerca es aún más guapa que sobre el escenario.
MIGUEL
De cerca es una diosa.
MANSILLA
¡Quizás al verla me replantee lo de ser agnóstico! Es una broma! Si la veo, le daré su mensaje.
MIGUEL
No sabe cómo se lo agradezco.
MANSILLA
Pero no me comprometo a nada. Teniente, debo irme ya. De nuevo gracias por todo.
MIGUEL
Igualmente… Buena suerte, profesor…
MANSILLA
Buena suerte a la República…
Mansilla sale. Baja la luz y volvemos al teatro de Sevilla.
- Miguel llega a Sevilla
Video: «Dos días más tarde, en Sevilla.»
El camerino de la señora Torres, ahora convertido en dormitorio semi-clandestino. María
-sóla y casi a oscuras, junto a a una ventana, es casi de noche- lee o hace lo que se le ocurra al director, que seguro será apropiado. Se oye un ruido de alguien tropezando con algo.
MARÍA TORRES
¿Quién está ahí?
(Silencio)
¿Quién está ahí…?
María coge un palo, y apaga la pequeña luz que hay en la habitación.
MIGUEL
¿María?!
María vuelve a encender la luz.
MARÍA TORRES
¿Miguel!?
MIGUEL
(Apareciendo. Viene vestido de civil, con la ropa sucia y rasguños en las manos.)
¡María! Soy yo. Apaga.
Miguel apaga la luz.
MARÍA TORRES
¡Miguel! ¿Qué haces aquí?! Creía que estabas en Madrid! Deja que te vea.
María vuelve a encender la luz.
MIGUEL
¡No, es peligroso!
Miguel vuelve a apagar la luz
Hasta hace unas horas lo estaba. He saltado en paracaidas a las afueras de Sevilla y he venido sorteando los controles. ¡María!
(Se abrazan)
Menos mal que estás bien. Pero ¿qué haces aquí, en el teatro? He visto los carteles clausurándolo.
MARÍA TORRES
Tenemos que vivir aquí, no podemos volver porque están pensandose qué hacen con nosotros, registraron el teatro y requisaron todos los papeles: parece que la República de Hamlet no les gustó mucho a éstos.
Pero ¿y tú? ¿estás herido? Deja que lo vea.
Vuelve a encender la luz.
MIGUEL
Nadie debe saber que estoy aquí.
(Apaga de nuevo)
He venido en una misión secreta y tienes que ayudarme. El teatro me parecía un buen sitio para esconderme…
HERNÁNDEZ
Entra Hernández con una bombilla en la mano. Enciende una luz.
¿María, le pasa algo a tu luz, o estás haciendo morse?
MIGUEL
¡Apaga!
Miguel vuelve a apagar la luz.
HERNÁNDEZ
(A María)
¡¿No es el aviador!?
MIGUEL
¿Quién es este?
María vuelve a encender la luz.
MARÍA TORRES
Es Hernández.
Miguel vuelve a apagar la luz.
HERNÁNDEZ
¡Deja ya en paz a la luz, hombre, que se va a fundir!
Hernández enciende la luz.
MARÍA
(A Miguel)
Tranquilo. Saben que estamos viviendo aquí
MIGUEL
Pero me pueden ver por la ventana.
MARÍA
(Lo lleva a otro lado)
Aquí no nos ven, y deja que te vea esas heridas.
María le cura las heridas.
MIGUEL
No es nada.
(A Hernández)
¿Tú eras uno de los que sacaba la lanza, no?
HERNÁNDEZ
Qué memoria.
MIGUEL
Eras muy gracioso, y me la vi seis veces.
HERNÁNDEZ
Qué valor.
MIGUEL
La veía por María.
HERNÁNDEZ
Qué romántico.
Miguel mira a María.
MARÍA TORRES
Hernández es de fiar.
HERNÁNDEZ
Qué bien.
MIGUEL
María, tienes que ayudarme…
Gutiérrez, entrando.
GUTIÉRREZ
¡Policía militar! ¿Quién está ahí?
Miguel de un salto apaga la luz. Gutiérrez ríe.
HERNÁNDEZ
Qué cretino.
MARÍA TORRES
Es Gutiérrez, tiene un sentido del humor muy especial.
María enciende la luz.
GUTIÉRREZ
¡Os he asustado, eh?! ¿Quién es este?
MARÍA TORRES
Un amigo.
(A Gutiérrez, por Miguel)
(A Miguel, por Gutiérrez)
Él también es de fiar.
HERNÁNDEZ
Qué exagerada.
GUTIÉRREZ
Tú cállate, actorcillo.
MIGUEL
Soy el teniente Miguel Miranda, de las Fuerzas Aéreas de la República.
GUTIÉRREZ
Encantado, Hermínio Gutiérrez, actor primer antagonista de la compañía de José Torres.
(María le mira)
De María y José Torres, con perdón.
MIGUEL
¿Y usted estaba también en la República de Hamlet…? No le recuerdo…
HERNÁNDEZ
Qué felicidad.
MARÍA TORRES
Y se la vió seis veces…
GUTIÉRREZ
A los buenos actores no se les ve tras sus grandes interpretaciones. Yo era el rey.
MIGUEL
¿El rey…? ¡Ah, sí, el rey, claro, el camarada majestad!
GUTIÉRREZ
Exacto.
MIGUEL
La verdad es que con la barba blanca no parecía usted.
HENÁNDEZ
(Riendo)
¡Qué éxtasis!
MARÍA TORRES
(A Miguel, explicandole) El de la barba blanca era Polonio…
GUTIÉRREZ
¡Bah! ¿Y qué hace un teniente de la República en esta ciudad de facciosos?
MIGUEL
Es una misión confidencial.
MARÍA TORRES
Puedes hablar con tranquilidad, y más si necesitas ayuda: quizás entre todos podamos dártela más fácilmente. Si no confías en ellos no confías en mí.
HERNÁNDEZ
Qué mujer.
GUTIÉRREZ
¡Para ya con el qué qué qué qué! Me estás poniendo nervioso.
HERNÁNDEZ
Qué raro.
MIGUEL
Está bien. Hay que avisar a una célula de milicianos del sindicato para que neutralicen a una persona que llegará a esta ciudad en tren dentro de pocas horas. Hay que impedir que vea al General Llánez ni a nigún otro mando. Trae informaciones que pueden comprometer muy seriamente la organización de una resistencia republicana en el sur.
MARÍA TORRES
¡Un espía!
MIGUEL
Sí. Su nombre es Mansilla, profesor Silverio Mansilla.
MARÍA TORRES
¿Y por qué te han enviado precísamente a tí a esta misión?
MIGUEL
Era el único disponible y con conocimientos de Sevilla, conozco a Mansilla y además, yo me ofrecí.
¡Pensar hace dos días le dí un mensaje para tí!
MARÍA TORRES
¿Le diste a ese espía un mensaje para mí?
MIGUEL
¡Venía a Sevilla y entonces nadie sabía que era su espía, creíamos que era nuestro!
GUTIÉRREZ
¿Y qué mensaje era ese?
MIGUEL
Nada, recuerdos.
GUTIÉRREZ
Bueno, al menos eso no puede comprometer el curso de la guerra.
HERNÁNDEZ
Depende de cuál.
MIGUEL
Cada minuto cuenta. Tenemos siete horas. Hay que encontrar a la resistencia.
MARÍA TORRES
Castaño. El sabe dónde encontrarlos.
HERNÁNDEZ
Tú ve al café de Sierpes, yo iré al Ateneo.
MARÍA TORRES
Y yo a casa de su tía. Tiene una tía en Sevilla, es el único que no duerme aquí.
MIGUEL
¿Y yo qué hago?
MARÍA TORRES
Descansa un par de horas, es mejor que no te vean. Y tienes pinta de estar muy cansado.
Miguel asiente.
HERNÁNDEZ
En marcha, Gutiérrez.
GUTIÉRREZ
El deber nos llama, y en esta hora crucial, amigos, creo que puedo, e incluso debo, deciros…
HERNÁNDEZ
Adiós.
Se lo lleva a empujones. Salen.
MIGUEL
María, también he venido porque teneis que salir de aquí, las cosas se están poniendo muy feas en todas partes.
MARÍA TORRES
¿Y cómo? Nos han quitado los papeles y aún no se han atrevido a más, pero yo no me fío: estoy asustada…
Miguel se acerca y la abraza.
MIGUEL
María…
MARÍA TORRES
Me alegra verte de nuevo, Miguel, pero es mejor que me de prisa.
MIGUEL
Sí, es mejor que te des prisa… pero me alegra verte de nuevo.
MARÍA TORRES
Me voy. Descansa.
Miguel se tumba en la cama.
MIGUEL
Ten mucho cuidado.
MARÍA TORRES
Lo tendré.
María apaga la luz y sale. Afuera un soldado nacional (A.2 Fernandez) la detiene.
SOLDADO 1
¿La señora María Torres?
MARÍA TORRES
Soy yo.
SOLDADO 1
Tiene que acompañarme.
MARÍA TORRES
¿Yo? ¿Por qué? Yo no he hecho nada.
SOLDADO 1
Claro que no, señora, pero esas son mis órdenes. Venga conmigo, y no se preocupe, será sólo un momento.
MARÍA TORRES
¿Pero a dónde vamos?
SOLDADO 1
Tiene que entrevistarse con el profesor Mansilla.
MARÍA TORRES
¿Mansilla?
SOLDADO 1
Si, en el hotel Las Águilas, es el nuevo cuartel de Falange. Y creo que él es un jefazo…
María es conducida por el soldado 1. Cambio de luz a…
- Hotel 1: Mansilla da mensaje a
maría
MANSILLA
María entra en la habitación, Mansilla aparece por otra puerta.
Buenas noches, señora Torres.
MARÍA TORRES
Buenas noches.
MANSILLA
Soy el profesor Silverio Mansilla. (Le besa la mano)
Es un gran placer conocerla, señora Torres. ¿Quiere sentarse?
(Se sientan)
¿Un cigarrillo?
MARÍA TORRES
Gracias.
MANSILLA
Primero debo pedirle disculpas por la forma en que la han traído hasta aquí.
MARÍA TORRES
Nunca me habían traído a una cita a punta de bayoneta… en cierta forma es halagador.
MANSILLA
(Sonriendo)
Muy bien expresado. A decir verdad, no soy el responsable de que la hallan traído hasta aquí. Hay un joven encantador en Madrid que me dió un mensaje para usted. Un mensaje un tanto extraño: «ser o no ser», usted debe conocer su significado.
MARÍA TORRES
Si, tengo una vaga idea.
MANSILLA
Diría que no tan vaga…
(Suena el teléfono)
¿Me disculpa, por favor?
(Al teléfono)
¿Hola? Soy yo. ¡Ah, cómo está General Llánez!?… Bien, el viaje fue un poco accidentado, desde luego le agradezco el avión que me mandó a Toledo, porque si no… Como usted diga… Mañana a las 10 de la mañana en la capitanía general, a no ser que me avise esta misma noche, de acuerdo. No, no conozco Sevilla… sí, mejor… Muy bien, tengo muchos deseos de conocerlo, me han hablado mucho de su buen humor… Adiós… ¡y viva José Antonio…!
(Riendo)
¡Y Franco también, claro, claro…! Adiós, adiós. (Cuelga y se vuelve a María)
Disculpe.
MARÍA TORRES
No quiero entretenerlo más…
MANSILLA
Señora Torres: en la vida real es aún más importante que en el escenario escoger el mejor papel…
MARÍA TORRES
¿El mejor papel? ¿Cuál es el mejor papel?
MANSILLA
El de los vencedores.
MARÍA TORRES
No le entiendo muy bien.
MANSILLA
Bueno, aquí en esta ciudad hay personas a las que conocemos muy bien, y otras a las que no conocemos tanto pero nos gustaría mucho conocer. Y usted nos puede ayudar en eso, señora Torres.
MARÍA TORRES
(Ríe)
¿Quiere que haga de espía?
MANSILLA
Bueno, bueno, bueno, esa palabra es un poco excesiva.
MARÍA TORRES
¿Sabe que una vez interpreté a una espía y tuve un gran éxito y disfruté mucho? ¡Era muy excitante!
MANSILLA
¿No sería más excitante en la vida real?
MARÍA TORRES
Pero las espías suelen acabar mal.
MANSILLA
También las actrices de compañías que atacan a la nación y al progreso.
MARÍA TORRES
¿Quiere decir que nuestra compañia es de esas?
MANSILLA
Usted sabe que hay gente que no les mira con buenos ojos.
MARÍA TORRES
Parece que haga lo que haga estoy destinada a acabar mal.
MANSILLA
Por favor, señora Torres, ¡nosotros somos caballeros españoles! Nunca pondríamos en peligro a una dama tan encantadora. Todo lo que tendría que hacer es dar banquetes, es usted una actriz famosa… invitar a ciertas personas…
MARÍA TORRES
No puedo imaginarme dando banquetes en el pequeño camerino donde ahora vivo -ya que nos echaron del hotel.
MANSILLA
Le aseguro que eso tiene remedio si me ayuda. La vida podría volver a ser muy agradable… ¿Qué me dice?
MARÍA TORRES
Realmente suena muy atractivo y tentador, pero no estoy segura de que mi conciencia lo apruebe.
MANSILLA
Piense que estará sirviendo a la causa correcta. Somos el futuro. ¿No se ha preguntado qué significa la Falange?
MARÍA TORRES
¿La Falange? Tengo una ligera idea.
MANSILLA
En el fondo lo único que queremos es hacer un país más feliz.
MARÍA TORRES
Y la gente que no quiera ser feliz en este país no tiene lugar en él, ¿no? Tiene su lógica.
MANSILLA
No somos brutales, no somos monstruos, ni locos. Míreme: ¿parezco un monstruo?
MARÍA TORRES
¡Por supuesto que no, profesor!
MANSILLA
¿Ve? En el fondo no somos tan diferentes.
MARÍA TORRES
Tal vez.
MANSILLA
Somos como el resto de la gente: nos gusta cantar, nos gusta bailar, admiramos a las mujeres hermosas. Somos humanos, y a veces, muy humanos…
(Le coge la mano)
MARÍA TORRES
Eso no lo dudo.
MANSILLA
¿Por qué no se queda a cenar? No puedo imaginar nada más interesante. Y quizás antes de que la noche acabe dirá: «¡Arriba España, viva Franco!»
MARÍA TORRES
¿No era José Antonio?
MANSILLA
Lo será. Pero hay que ir subiendo escalones, y ya puestos mejor que los primeros sean bajitos.
MARÍA TORRES
Me gustaría aceptar su invitación, pero igual que usted desea representar bien a los suyos, a mí me gustaría representar mi papel vestida de mejor manera…
MANSILLA
Lo comprendo perfectamente. Pero por favor no me haga esperar mucho.
MARÍA TORRES
No lo haré.
(Se encamina a la puerta)
MANSILLA
Un momento.
(Coje el teléfono y marca un número) Ya estoy deseando que vuelva.
MARÍA TORRES
Yo también.
MANSILLA
(Al teléfono)
La señora Torres puede salir. (Cuelga)
En este lugar resulta muy difícil entrar, pero más aún salir. Tenemos un sistema de seguridad muy sofisticado: es alemán.
MARÍA TORRES
Estoy muy asustada y muy excitada. Adios.
MANSILLA
Adiós.
Cambio de luz a…
- El camerino: encuentro José y
Miguel
El camerino de los Torres, Miguel duerme. Entra el señor Torres. Se quita el abrigo y hace lo que tenga que hacer. Entonces descubre al durmiente en su cama, lo mira, duda, vuelve a mirarlo y piensa.
JOSÉ TORRES
Ser o no ser…
MIGUEL
Miguel medio dormido se levanta automáticamente, se pone la bata y las zapatillas del señor Torres. Lo ve.
(Bostezando)
Uau, ahora me siento mucho mejor.
JOSÉ TORRES
Ah, me alegro. ¿Quién es usted y cómo ha llegado aquí?
MIGUEL
Salté en paracaídas.
JOSÉ TORRES
¿Justo dentro de mi cama? ¡Qué puntería! ¡¿Cómo ha entrado en el teatro?!
MIGUEL
Su esposa me… ¿aún no ha vuelto?! ¡Eso me preocupa!
JOSÉ TORRES
¡Eso me preocupará a mí, en todo caso!!
MIGUEL
¡Shh! ¡No grite! Estamos en el mismo barco.
JOSÉ TORRES
Ah, ya. Entonces, de marinero a marinero: ¿por qué se ha puesto mis pantuflas?!
Entra corriendo la señora Torres. Mientras el diálogo siguiente tiene lugar, María se irá cambiando de vestuario, arreglándose para la cena de gala.
MARÍA TORRES
¡Mansilla está aquí, en el hotel Las Águilas, que ahora es de la Falange! Justo cuando te dejé aquí me llevaron ante él!
JOSÉ TORRES
¡¿Tú le dejaste aquí!?
MARÍA TORRES
Claro, estaba muy cansado. Iba a buscar a Castaño.
JOSÉ TORRES
¡¿Por qué estaba cansao y por qué a Castaño?! ¡Yo soy el jefe de esta compañía!
MARÍA TORRES
Pero Castaño nos puede ayudar a contactar con la resistencia de Sevilla, ya sabes lo rojo que es. Tengo que cambiarme de ropa.
JOSÉ TORRES
¿Por qué tienes que cambiarte de ropa!?
MARÍA TORRES
Para cenar con él.
JOSÉ TORRES
¿¡Con quién?!
MARÍA TORRES
Con Mansilla.
MIGUEL
Si Mansilla está aquí todo se ha acabado.
MARÍA TORRES
No, tenemos una oportunidad, Mansilla no verá al General Llánez hasta mañana por la mañana.
MIGUEL
Entonces tenemos que atacarle en el hotel.
MARÍA TORRES
Es imposible, está lleno de camisas azules.
MIGUEL
¿Sabe que estoy aquí?
MARÍA TORRES
No, pero quiere que me convierta en una espía falangista.
JOSÉ TORRES
¿¡Quién quiere que te conviertas en una espía falangista!?
MARÍA TORRES
¡Mansilla!
JOSÉ TORRES
¡Y dale con Mansilla!¡¿Quién es Mansilla?!
MARÍA TORRES
¡Un espía falangista!
JOSÉ TORRES
¡¿Y quién es él?!
MIGUEL
Teniente Miguel Miranda, republicano.
JOSÉ TORRES
¡¿Y qué está haciendo aquí!?
MARÍA
¡Y qué importa eso!? ¡¿No ves que Mansilla está aquí!?
JOSÉ TORRES
(Por Miguel)
¡No!¡Veo que él está aquí! ¡Es increíble! Vuelvo a mi casa y en mi cama hay un hombre con mi pijame, entregado por mi mujer y dice que va en mi barco: ¡el sentido de la propiedad está en peligro, realmente!
MIGUEL
¡Pero señor Torres, no hay tiempo para eso!
MARÍA TORRES
¿Quieres que perdamos un tiempo vital contándote toda la historia!?
JOSÉ TORRES
¡No, pero agradecería un resumen!
MARÍA TORRES
¡De acuerdo! Mansilla quiere que cene con él y si no se nos ocurre otra cosa creo que tendré que ir, y tal vez matarlo yo misma, porque soy la única que puede llegar hasta él, y por eso me estoy cambiando. Todo esto no hubiera pasado si el teniente hubiera llegado antes que Mansilla, pero le pusieron un avión y Mansilla llegó antes que el teniente, ¿está claro?
JOSÉ TORRES
No.
HERNÁNDEZ
Entran Hernández y Gutiérrez.
No hemos encontrado a Castaño.
JOSÉ TORRES
Claro que no: se ha quedado en casa de Enriqueta, la Duquesa.
GUTIÉRREZ
¿Y qué hace allí?
JOSÉ TORRES
Jugar al mus e intentar que no nos fusilen.
HERNÁNDEZ
Espero que lo segundo se le dé mejor que lo primero.
GUTIÉRREZ
He oído que han fusilado a Alonso del Río y a García Granda, los sindicalistas.
JOSÉ TORRES
Es cierto.
MARÍA
¡Bueno, Mansilla está aquí! ¿qué hacemos?
MIGUEL
Tienes que cenar con él: es nuestra única oportunidad.
JOSÉ TORRES
Un momento. Yo decido con quién cena y sobre todo a quién mata mi esposa.
HERNÁNDEZ
¡Pero no te das cuenta que la república y todo el país está en peligro!?
MIGUEL
¿No tiene usted patriotismo?
JOSÉ TORRES
¡Claro que sí! ¡Soy un buen español, amo a mi país, a mi esposa, a mis monólogos y también a mis pantuflas!
MARÍA TORRES
Pero en el orden inverso, me temo.
MIGUEL
¡Estamos en guerra!
(María y Miguel hablan a la vez)
JOSÉ TORRES
¡Eh, eh, eh! No sé mucho de todo este asunto, pero
¿es Mansilla un peligro real para la república?
MIGUEL
¡Una catástrofe!
MARÍA TORRES
¡Hay que eliminarlo!
JOSÉ TORRES
Pues lo eliminaremos.
GUTIÉRREZ
A ver si nos vamos a meter en un lío…
HERNÁNDEZ
¡Cállate!
MARÍA TORRES
¿Quién lo hará!?
JOSÉ TORRES
Yo lo haré.
MIGUEL
¿Pero cómo?
MARÍA TORRES
¿Dónde?
JOSÉ TORRES
Me encontraré con Mansilla en la mismísima Capitanía General ¡Y después de que le mate espero que seais tan amables de explicarme de qué va todo esto! Vamos, hay que prepararlo todo!
GUTIÉRREZ
¿Pero qué vamos a hacer?
JOSÉ TORRES
(A María)
Tú irás a reunirte nuevamente con Mansilla y ganarás tiempo hasta que lleguemos nosotros, ¿de acuerdo?
Confía en mí. En cinco minutos estaremos allí. Andando.
MARÍA TORRES
Muy bien. (Sale)
JOSÉ TORRES
(A los otros)
Y a vosotros voy a explicaros mi plan…
Cambio de luz a…
- Hotel 2: Citan a Mansilla en la falsa Capitanía
Habitación de Mansilla en el hotel.
¿Video: «Unos minutos depués…»?
Mansilla canturrea una cancioncilla y acaba de prepararse para salir a cenar. Tal vez en otro rincón del escenario vemos cómo Hernández se va disfrazando de Capitán 1, José Torres de General Llánez y Gutiérrez de Coronel.
MANSILLA
Cara al pí, pirí pirí pirí, pipi que tú pirí, pirí, pipí
Poporró la muerte po porró popó porró po vuelvo a ver…
(etc. («Cara al sol») o bien el himno italiano inicial ya traducido y españolizado…)
María, tras escuchar la canción un segundo con cara de espanto, entra, quizás quitándose un abrigo.
MARÍA TORRES
He tardado algo más de lo que creía, y me pregunto si el efecto ha valido la pena.
MANSILLA
Estoy preparado para morir por la Cruzada, por la Causa, por el Cuerpo, por el Movimiento o por lo que sea en cualquier momento! …excepto en las próximas horas.
MARÍA TORRES
Gracias, profesor. Hace siglos desde la última vez en que me pude poner este vestido.
MANSILLA
Entonces he tenido suerte! ¡Vamonos!
MARÍA TORRES
(Preocupada)
¿¡Irnos?! ¿A dónde!?
MANSILLA
He reservado una mesa en el María Cristina, y he pedido champagne bien frío.
MARÍA TORRES
Ah… ¿Aún existe el champagne?
MANSILLA
Para los vencedores, sí.
(Intentando ponerle el abrigo) Pero debemos irnos ya, es muy tarde, ¡vamos!
MARÍA TORRES
(Ganando tiempo)
Tiene usted una voz preciosa, profesor.
MANSILLA
¿Cómo dice?
MARÍA TORRES
Le he oído cantar antes de entrar, a mí también me gusta cantar cuando estoy contenta…
MANSILLA
(Afirmando, galante)
Es que hay personas, como usted, a las que alegra esperar.
Vuelve a intentar ponerle el abrigo.
MARÍA TORRES
(Canta (esta canción u otra igual de absurda))
Paseábase el rey moro
por la ciudad de Granada, desde la puerta de Elvira hasta la de Bibarrámbla.
Cartas le fueron venidas
de que Alhama era ganada…
MANSILLA
Bonita voz, pero…
(Intenta ponerle el abrigo)
MARÍA TORRES
¡Ay, ay, ay de mi Alhama!!
MANSILLA
¡Caramba!
MARÍA TORRES
Por el Zacatin arriba subido había a la Alhambra mandó tocar sus trompetas sus añafiles de plata porque lo oyesen los moros de la vega y de Granada…
MANSILLA
(Intentando ponerle el abrigo) Los añafiles dicen que nos vayam…
MARÍA TORRES
¡Ay, ay, ay de mi Alhama! ¡Ay de mi Alhama!
MANSILLA
Impresionante, querida, pero es realmente tard…
MARÍA TORRES
(Arrancando con otra canción, más movida y provocadora)
Y todo a media luz,
que es un brujo el amor, a media luz los besos,
a media luz los dos. Y todo a media luz crepúsculo interior.
¡Qué suave terciopelo la media luz de amor!
Mansilla se desespera. María intenta bailar con él. En el otro lado del escenario, los actores acaba de vestirse de oficiales del ejército Nacional.
MANSILLA
(Tapándole la boca)
Lo siento, pero este maravillos recital se ha terminado: tenemos que irnos.
MARÍA TORRES
¡Pero si aún no he acabado!
MANSILLA
(Poniéndole el abrigo) Has acabado del todo, vamos.
MARÍA TORRES
(Revolviéndose, dramática)
¡¿Pero qué estamos haciendo, Silverio? ¿Nos hemos vuelto locos?
MANSILLA
¿Cómo?
MARÍA TORRES
¿Realmente quieres ir a un restaurante ruidoso y lleno de gente cuando podríamos cenar aquí los dos sólos en esta suite maravillosa?
MANSILLA
Pero querida, ahora esto es el cuartel general de la Falange, ya no hay servicio de habitaciones.
MARÍA TORRES
Ah…
(Abrazándole)
¿Y entonces por qué no nos saltamos la cena?
MANSILLA
(Tirando el abrigo y comenzando a besarla)
Si, será lo mejor.
En ese momento llega, por fin, Hernández, disfrazado de capitán 1 del ejército nacional. Llama y entra.
HERNÁNDEZ-CAPITÁN 1
¡Arriba España!
MANSILLA
¡Viva Jose Ant… ¡viva Franco!
HERNÁNDEZ-CAPITÁN 1
Soy el capitán Hernández, del cuartel del General Llánez: ha habido un cambio de planes, y quiere verle inmediatamente.
MANSILLA
Ah… muy bien, déjeme coger mis papeles. (Cogiendo sus papeles. Aparte a María)
MANSILLA
Lo siento en el alma.
MARÍA TORRES
¡Oh! ¿¡No me diga que tiene que irse!?
MANSILLA
Sí, pero volveré lo más rápido posible, se lo prometo. Sólo hay una cosa que encienda más el corazón de un caballero falangista que la guerra: el amor.
MARÍA TORRES
Contaré cada segundo, caballero. Uno, dos…
Mansilla y Hernández-Capitán 1 salen.
MARÍA TORRES
(Recogiendo su abrigo para irse y acelerando la cuenta)
Tres, cuatro, cinco, seis…
Mansilla vuelve a entrar
MANSILLA
Por cierto, recuerde que no puede salir de este edificio, no la dejarán…
MARÍA TORRES
Pero…
MANSILLA
No se preocupe, volveré en seguida.
Sale. Gesto de desesperación de María. Cambio de luz a…
- Falsa Capitanía, muere Mansilla
El mismo decorado de la escena 1ª. Los actores vestidos con los uniformes de su fracasada producción, preparan a toda prisa el decorado de su obra «Il Fascio» (el de la primera escena).
Son Fernández-Soldado Telefonista,
Gutiérrez-CORONEL, Torres-Llánez, y Miguel, sin disfrazar.
GUTIÉRREZ-CORONEL
¡La mesa ahí no! ¡Ahí!
FERNÁNDEZ-SOLDADO TELEFONISTA
No estoy de acuerdo…
TORRES-LLÁNEZ
¡Vamos, vamos, vamos…!
MIGUEL
¿Qué hago con esto?
(Por un retrato de Franco)
TORRES-LLÁNEZ
Ponlo ahí.
Etc. Fernández-soldado avisa que ya llegan. Los tres pasan a la habitación despacho y
Fernández-soldado, en la otra, finge que habla por teléfono. Entran Mansilla y
Hernández-Capitán.
FERNÁNDEZ-SOLDADO TELEFONISTA
…los traeremos al cuartel general desde el polvorín… por supuesto, capitán… mañana estarán aquí… sí, el General Llánez está enterado. Adiós.
MANSILLA
¡Arriba España!
FERNÁNDEZ-SOLDADO TELEFONISTA
¡Viva Franco!
Gutiérrez-CORONEL hace como que sale del despacho en ese momento, de hablar con
Torres-Llánez, y se encuentra frente a frente con ellos.
GUTIÉRREZ-CORONEL
¡Hasta luego, Coronel!
(Viendo a Mansilla)
¡Arriba España
TODOS
¡Viva Franco!
GUTIÉRREZ-CORONEL
(Riendo)
¡Ah! ¿No es este nuestro hombre de Madrid, Capitán Hernández?
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
Sí, general.
GUTIÉRREZ-CORONEL
(Riendo)
¡Es un placer conocerle, profesor! ¡Un grandísimo placer! ¡Usted sí que engañó a esos frentepopulistas,
¿verdad?! ¡Bien, bien, esos malditos bolcheviques morderán el polvo bajo las botas del glorioso ejército nacional!
(Ríe como un general malo de película b)
Se dirige hacia el fondo para salir, allí se vuelve y vuelve a reír. Fernández, espantado, le hace gestos de que se calle de una vez. Al verlo se interrumpe.
GUTIÉRREZ-CORONEL
¡Arriba España!
TODOS
¡Viva Franco!
Gutiérrez-coronel sale por el fondo, da la vuelta al decorado y entra de nuevo en el despacho por la puerta de la derecha.
MANSILLA
(Por lo bajo, a Hernández-capitán)
¿Cómo demonios habrá llegado ese hombre a coronel?
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
(Inventando)
Eh… bueno, creo que es cuñado del General Mola.
MANSILLA
Ah…
(Sonriendo)
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
Le anunciaré al General.
MANSILLA
Gracias.
Actor-capitán entra en el despacho. En él, Torres, disfrazado de General Llánez, escucha las últimas instrucciones de Miguel.
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
¡Ha traído los papeles!
MIGUEL
Bien, y recuerde: ¿quiénes son sus contactos en Madrid? Descubra eso y yo me encargaré del resto.
TORRES-LLÁNEZ
Muy bien.
GUTIÉRREZ-CORONEL
Torres: de su actuación dependen nuestras vidas.
TORRES-LLÁNEZ
No hace falta que usted me lo recuerde, Gutiérrez:
¡hoy me voy a superar a mí mismo!
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
¡No! …quiero decir que yo creo que es mejor que se lo tome con calma, sin exageramientos… y recuerde:
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
Mansilla es un falangista, y el General no se fía
mucho de ellos.
MIGUEL
Vámonos.
GUTIÉRREZ-CORONEL
(Mientras salen, por la derecha, a Miguel)
Es odioso dejar el destino de nuestro país en manos de un divo como este, ¿no le parece?
TORRES-LLÁNEZ
(A Gutiérrez-Coronel)
¡Te he oído!
(A Hernández-Capitán)
¡Hagale entrar!
Hernández-Capitán abre la puerta izquierda y llama.
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
Por favor, profesor.
MANSILLA
Gracias.
(A Torres-Llánez)
¡Arriba España!
TORRES-LLÁNEZ
¡Viva Franco! Encantado de conocerle, profesor Mansilla.
MANSILLA
Lo mismo digo, General.
TORRES-LLÁNEZ
Siéntese, por favor.
MANSILLA
Gracias
Torres-Llánez le recoge el abrigo. Luego se sientan.
TORRES-LLÁNEZ
No se cómo decirle lo contentos que estamos de tenerle aquí entre nosotros.
MANSILLA
Pues yo debo confesarle que me encanta respirar de nuevo el aire de un ejército de verdad.
(Mientras abre su maletín)
Y ¿sabe?, es usted muy famoso en Madrid. Allí le llaman El virrey de Andalucía.
TORRES-LLÁNEZ
¡¿En serio?! ¡Pero si yo soy republicano!
Ambos ríen.
MANSILLA
Veo que es cierto lo que se dice sobre su buen humor… Camarada General.
TORRES-LLÁNEZ
Sí, me gusta bromear, y parece que a usted también, aunque a mí hay cosas que no me hacen gracia.
MANSILLA
Bueno: aquí está el informe.
(Le pasa una carpeta a Torres-Llánez) El listado completo de dirigentes, sindicatos, partidos de izquierda, organizaciones agrarias…
todo. El final de la resistencia en su retaguardia.
TORRES-LLÁNEZ
Hmmm, veamos… muy bien, muy bien, pueden considerarse muertos… Realmente ha hecho una buena labor. Supongo que no hay otros documentos complementarios aún en el hotel.
MANSILLA
No, no, ahí está todo.
TORRES-LLÁNEZ
Bien, bien.
MANSILLA
Y enviaré la copia a Burgos mañana a primera hora.
TORRES-LLÁNEZ
¿La copia…? ¡Ah, sí, por supuesto…! La copia…
MANSILLA
Ustedes me lo pidieron y es mucho más trabajo, pero si es así como lo quiere la burocracia castrense, por mí de acuerdo.
TORRES-LLÁNEZ
El ejército es burocrático, pero al menos se levanta… Mansilla, esta ciudad es aún un poquito peligrosa: supongo que habrá dejado ese documento en la caja fuerte de ese hotel.
MANSILLA
¿Del cuartel de la Falange, quiere decir? Pues no, está bajo llave en mi maleta… pero todo el cuartel es una caja fuerte! La Falange es un bloque sin fisuras.
TORRES-LLÁNEZ
Ya. Ya, ya… Quiero poner este informe en marcha inmediatamente. Volveré en un momento.
MANSILLA
Muy bien.
Torres-Llánez sale con el informe por donde salieron los otros (puerta derecha): es la platea del teatro. Miguel, Hernández-Capitán y Gutiérrez-CORONEL se le acercan corriendo (Fernández ya puede estar preparándose de Capitán Díaz real)
MIGUEL
(Viendo el informe en las manos de Torres-Llánez)
¡Bien, ahora me encargaré de esa rata!
TORRES-LLÁNEZ
(Deteniéndolo)
¡No puedes! Tiene una copia en su maleta, en el hotel.
MIGUEL
Igual lo mato.
Todos lo retienen.
TORRES-LLÁNEZ
¡No! Hay que pensar cómo podemos llegar hasta esa maleta.
GUTIÉRREZ-CORONEL
(Cogiéndole en informe)
Vuelva dentro y gane tiempo, pensaremos en algo.
TORRES-LLÁNEZ
(Mirándole)
¿Vosotros? De acuerdo, pero dáos prisa.
Torres-Llánez vuelve junto a Mansilla. Entra riéndo desenfadadamente.
TORRES-LLÁNEZ
¡Así que me llaman El Virrey de Andalucía en serio! (Ríe)
MANSILLA
General, a menos que haya algo urgente, me gustaría poder relajarme un poco.
TORRES-LLÁNEZ
¡Ah… la señora Torres!? Dígame: ¿cómo está la señora Torres? Siéntese, por favor, profesor, mis hombres de información son muy eficientes…
MANSILLA
Símplemente pensé que tal vez pudiera sernos útil como agente y, además, he de decir que es una compañía estupenda.
TORRES-LLÁNEZ
¿¡En serio!?
MANSILLA
(Haciendo un gesto de admiración)
Si usted quisiera conocerla, yo estaría encantado de presentársela.
TORRES-LLÁNEZ
¡Muchas gracias!
MANSILLA
Y si sucediera que usted simpatizara con ella…
TORRES-LLÁNEZ
Usted incluso la animaría con una palabrita…
MANSILLA
¡Claro! ¡Estaría realmente encantado de hacerlo!
TORRES-LLÁNEZ
Muchas gracias, muchas gracias. Pero dígame: ¿ella no tiene un marido?
MANSILLA
Si, pero eso no es grave.
TORRES-LLÁNEZ
Si, es verdad, gravedad cero… además rojo…
MANSILLA
¿Ah, es rojo su marido? Lo sospechábamos, daré via libre a mi gente para que les den un susto… entre nosotros: lo están deseando!
TORRES-LLÁNEZ
¡No…! Bueno, es decir, no, no se, no se si es rojo, ya sabe, en estos tiempos cualquiera acusa a cualquiera de cualquier cosa…
MANSILLA
¿Ah, si? ¿Usted cree?
TORRES-LLÁNEZ
!No…! no, yo no, es lo que dicen, algunos, los rojos, claro, je, je, yo no. Sin embargo creo que es mejor dejarlos tranquilos, ¿no le parece? No hacen mal a nadie…
MANSILLA
Los actores siempre son sospechosos, siempre lo han sido y lo serán. ¿Cómo va a ser una persona de bien alguien que pretende ser lo que no es?
TORRES-LLÁNEZ
Ya… Pero José Torres es un gran actor -famoso- y es mejor evitar escándalos, usted mismo habrá oído hablar de él.
MANSILLA
Nunca en mi vida.
TORRES-LLÁNEZ
Ah.
MANSILLA
De hecho si no hubiera sido por su amante tampoco habría oído hablar antes de María Torres.
TORRES-LLÁNEZ
Su… ¿su amante?
MANSILLA
(Ríe)
Bueno, es una historia delicada. Hay un joven aviador en Madrid, su nombre es… Miranda, y él me pidió que le entregara un mensaje a ella.
TORRES-LLÁNEZ
Ah, es una historia muy interesante. ¿Y cuál era el mensaje?
MANSILLA
Tuve que jurarle al joven Romeo que no le diría nada a su marido, eso le dará una idea…
TORRES-LLÁNEZ
Sí. Aproximada…
MANSILLA
Parece que tienen un código de amor… Pero, perdón:
¿le estoy aburriendo?
TORRES-LLÁNEZ
¡No, no, no! Lo encuentro… divertido! ¡Cuente, cuente!
MANSILLA
Bien, pues este aviador me dió un mensaje sin pies ni cabeza, ¡pero la señora Torres parece que lo entendió perfectamente!
TORRES-LLÁNEZ
Y ¿cuál era el mensaje?
MANSILLA
«Ser o no ser»
TORRES-LLÁNEZ
Ser o… ¡Ser o no ser!!
(Se levanta muy enfadado)
MANSILLA
Sí, Shakespeare, yo también prefiero a Galdós, pero estos rojos ya se sabe…
TORRES-LLÁNEZ
(Disimulando)
¡Eso es lo que parece! Mansilla, ¡me sorprende! Usted, un hombre de Falange, sin fisuras, trayendo a los rojos mensajes del enemigo!
MANSILLA
Pero estoy seguro que ese mensaje es exclusivamente personal entre ellos.
TORRES-LLÁNEZ
¿Ah, si? ¿Y que significa?!
MANSILLA
Para mí está claro que tienen un romance a espaldas del marido, que no debe ser muy listo, pero es el único que tiene algo de qué preocuparse.
TORRES-LLÁNEZ
¡No se! ¡Por si acaso voy a mandar arrestar a esa María Torres!
Va a salir por la puerta pero se equivoca de lado. Mansilla lo mira empezando a sospechar. Torres se da cuenta de que ha metido la pata.
TORRES-LLÁNEZ
(Disimulando)
Creo que tiene razón, profesor. Tanta guerra me tiene tan preocupado que ya sospecho de todo el mundo.
MANSILLA
Yo también.
Se miran.
TORRES-LLÁNEZ
Asi que… allí me llaman El Virrey de Andalucía,
¿no? ¡Tiene gracia…!
(Ríe él sólo)
MANSILLA
Volviendo a la señora Torres…
TORRES-LLÁNEZ
No, no, mejor olvidemosla.
MANSILLA
A fin de cuentas yo creo que se trata sólo de una pequeña, promiscua y barata…
TORRES-LLÁNEZ
(Lo detiene con un gesto)
Creo que se a lo que se refiere.
MANSILLA
(Sacando una pistola y apuntándole)
Por supuesto que lo sabe, señor Torres. Arriba las manos, rápido. ¿Ha representado alguna vez a un muerto?
TORRES-LLÁNEZ
¿Qué?
MANSILLA
Puede convertirse en uno si no hace lo que le digo. Dígale a sus amigos que se vayan.
TORRES-LLÁNEZ
¡No lo haré!
MANSILLA
Dese la vuelta. De cara a esa pared. Quédese ahí.
¿Seguro que no cambiará de idea? Le daré otra oportunidad…
(Abre la puerta del teatro) Muy bien: ¡adiós, señor Torres!
Sale amenazando con la pistola por la puerta derecha, se zafa de Miguel, Gutiérrez y Hernández y salta a la platea.
TORRES-LLÁNEZ
¡Viva la república!
Viendo que Mansilla se ha ido sin dispararle, se asoma a la puerta de la derecha.
TORRES-LLÁNEZ
¿Dónde está?
GUTIÉRREZ-CORONEL
¡Intenta escapar! ¡Va por ahí!
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
(A Miguel, que si lleva pistola) No dispares, atraerías a los soldados.
Miguel, Gutiérrez y Hernández se lanzan a la platea, a buscarlo, entre el público. (Torres desaparece discretamente para cambiarse a Mansilla). Lo buscan por todos lados, los focos móviles lo siguen, hasta que al final Miguel lo ve, lo persigue escenario arriba (mueven decorados?). Mansilla se esconde tras una cortina. Miguel lo ve y con la espada de Hamlet atraviesa la cortina. Se escucha un grito. Al apartar la cortina vemos a Mansilla que, herido de muerte, se va derrumbando…
HERNÁNDEZ-CAPITÁN
Esto también lo escribió Shakespeare…
Cambio de luz a…
- Hotel 3: Torres-Mansilla ha de ir a la Capitanía.
En la habitación, junto al equipaje cerrado María Torres espera. Llaman a la puerta. Abre y es el Capitán Díaz.
CAPITÁN DÍAZ
¡Arriba España!
MARÍA TORRES
¡Viva Franco!
CAPITÁN DÍAZ
¿El profesor Mansilla?
MARÍA TORRES
No está aquí.
CAPITÁN DÍAZ
¿Espera usted que vuelva?
MARÍA TORRES
Sí, desde luego.
CAPITÁN DÍAZ
¿Le importa si le espero aquí?
MARÍA TORRES
No, en absoluto.
CAPITÁN DÍAZ
Gracias.
El Capitán Díaz entra y cierra la puerta. Ambos esperan en silencio.
MARÍA TORRES
¿No le parece, Capitán, que este está siendo uno de los inviernos más fríos que se recuerdan en Sevilla?
CAPITÁN DÍAZ
No se.
MARÍA TORRES
A mí sí me lo parece, y supongo que el frío debe dificultar mucho las labores militares, ¿no…?
CAPITÁN DÍAZ
No se.
MARÍA TORRES
Agnóstico.
(Para sí)
Torres, disfrazado de Mansilla entra en la habitación.
CAPITÁN DÍAZ
¿Profesor Mansilla?
TORRES-MANSILLA
Eh… si.
CAPITÁN DÍAZ
¡Arriba España!
TORRES-MANSILLA
¡Viva Franco!
CAPITÁN DÍAZ
Soy el Capitán Díaz, ayudante del General Llánez.
TORRES-MANSILLA
Me alegra conocerlo, Capitán.
(Mirando a María Torres)
¡Ah, señora Torres!
(Le besa la mano) Pensé que se habría ido, madame.
MARÍA TORRES
No me dejaron salir, pero ahora me alegro de haberme quedado. ¿Y cómo está el profesor Mansilla?
TORRES-MANSILLA
Muerto. Absolutamente muerto.
(Al Capitán Díaz)
Hs sido un día muy largo. Tuve que salir a ocuparme de algunos asuntos. ¿Una copa de champagne?
CAPITÁN DÍAZ
No, gracias, no bebo.
TORRES-MANSILLA
¿Un cigarrillo?
CAPITÁN DÍAZ
No, gracias, no fumo.
TORRES-MANSILLA
¡Igual que nuestro Caudillo, muy bien! Capitán, siento mucho haberlo hecho esperar.
MARÍA TORRES
Intenté entretener al Capitán, pero parece ser de los que sospechan de todo.
CAPITÁN DÍAZ
Me sorprendió un poco verla cuando entré.
TORRES-MANSILLA
Y no le culpo. El ejército lleva trabajando aquí mucho tiempo, intentando averiguar todo de todos, y llego yo, y en pocas horas encuentro a la dama más atractiva de la ciudad.
CAPITÁN DÍAZ
¿Ah, no conocía a la dama de antes?
TORRES-MANSILLA
Bueno, no, no exactamente. Pero la explicación es muy sencilla. Símplemente le pedí a la señora Torres que viniera para darle un mensaje que me habían encomendado, ¿no es así?
MARÍA TORRES
Sí, sí.
TORRES-MANSILLA
(Sonriendo)
Verá, hay un joven aviador, un buen amigo de los Torres, en particular de la señora Torres, ¿no es así?
MARÍA TORRES
Bueno, sí, pero no es particularmente amigo mío.
TORRES-MANSILLA
Aún así un amigo. Y se trata de un especie de mensaje en clave.
CAPITÁN DÍAZ
¿¡Un mensaje en clave!?
TORRES-MANSILLA
Pero la señora Torres no tiene nada que esconder! Aunque sí que tiene un secretito muy pequeñito…
(La mira sonriendo. Luego se acerca a Díaz, sin dejar de mirarla)
Si algún día su marido lo descubre, la matará. Por cierto, su marido es ese gran, gran actor -famoso-, José Torres. Probablemente habrá oído hablar de él.
CAPITÁN DÍAZ
No, nunca.
TORRES-MANSILLA
Ah.
CAPITÁN DÍAZ
Eh, profesor, el General Llánez…
TORRES-MANSILLA
Ah, sí, me reuniré con él mañana por la mañana a las diez.
CAPITÁN DÍAZ
Ha habido un cambio de planes.
MARÍA TORRES
¿No se lo irá a llevar de nuevo?
CAPITÁN DÍAZ
Lo siento, pero el Coronel espera al profesor ahora. Esas son mis órdenes.
TORRES-MANSILLA
Ah… bueno, eh, parece que tendré que ir. ¿Nos disculpa un momento?
CAPITÁN DÍAZ
Por supuesto.
Díaz sale por la puerta. Cuando ha salido, los Torres se abrazan. Diálogo en voz baja.
MARÍA TORRES
¡Cariño…!
TORRES-MANSILLA
Querida.
(La aparta a un lado, y se pone a buscar la llave de la maleta. Se las da a ella.)
Abre la maleta y quema los papeles.
MARÍA TORRES
¿Qué has hecho con Mansilla?
TORRES-MANSILLA
¿Y tú con Miranda?
MARÍA TORRES
Eso no es importante. ¡No te das cuenta de que te llevan a la Capitanía a hablar con el General Llánez fingiendo ser un espía falangista!
TORRES-MANSILLA
Si, vaya comedia. Un paso en falso y me abuchean. Cariño: tú sabes que nada me sale bien si no estoy tranquilo… sé sincera, tengo que saberlo… ¿le dijiste que se levantara en mi monólogo?
MARÍA TORRES
¡Cariño, mi cielo! Te quiero. ¿No lo sabes? ¿No te das cuenta? Si algo te pasara…
TORRES-MANSILLA
Tengo que asustar al General Llánez… ¿Crees que puedo hacerlo?
MARÍA TORRES
¡Claro que sí! Eres un gran actor. No hay nadie como tú. Puedes hacerlo y lo harás. Adiós, cariño.
TORRES-MANSILLA
Adiós. Dejaré dicho que puedes salir y… Maria, si no volviera… te perdono lo que haya pasado entre tú y Miranda… ¡pero si vuelvo, será otra historia!
Sale.
Cambio de luz a…
- Capitanía 1: Torres-Mansilla
engaña a Llánez
Despacho del General Llánez en los verdaderos cuarteles de la Capitanía. El General Llánez al teléfono. Entra el Capitán Díaz.
GENERAL LLÁNEZ
¿Si?
CAPITÁN DÍAZ
¡Arriba España!
GENERAL LLÁNEZ
(Sin mucha energía)
¡Viva Paco!
CAPITÁN DÍAZ
El profesor Mansilla está aquí.
GENERAL LLÁNEZ
Hágalo entrar.
Díaz sale para llamar a Torres-Mansilla. Mientras Llánez habla por teléfono, entra.
GENERAL LLÁNEZ
(Hablando por teléfono)
¿No has entendido lo que te he dicho?! ¿Lo has arrestado!? ¡¿Por qué no?!! ¡No tiene pruebas!!?
¡Bonita excusa! ¡Arréstalo a él también!! ¿Cuántas veces te lo tengo que decir!? ¡Arréstalo, arréstalo, arriba España!!
Al ver a Torres-Mansilla se levanta.
¡Arriba España!
TORRES-MANSILLA
¡Viva Franco!
GENERAL LLÁNEZ
Que viva. Está usted en su casa, profesor Mansilla. Póngase cómodo.
TORRES-MANSILLA
Gracias. General Llánez, no sabe lo feliz que estoy de volver a respirar el aire del glorioso ejército nacional.
GENERAL LLÁNEZ
Bueno, en ello estamos. ¿Un cigarrillo, un puro, un poco de orujo?
TORRES-MANSILLA
No, no, gracias.
GENERAL LLÁNEZ
Ha habido unos cambios en mi agenda, y, confidencialmente, son buenas noticias: un gran amigo suyo llega mañana a Sevilla: ¡el Caudillo! Yo también le conozco, pero hace mucho que no le veo, desde Zaragoza. Imagino que le encantará volver a verlo.
TORRES-MANSILLA
(Muy serio)
¿Y a quién no?
GENERAL LLÁNEZ
¡Ja! A más de uno, supongo. ¿Hace cuanto que no lo ve, profesor?
TORRES-MANSILLA
(Muy serio) Mucho tiempo, demasiado.
GENERAL LLÁNEZ
Ya. Dígame usted que ha estado en Burgos: ¿su cuartel general es realmente tan eficiente como dicen?
TORRES-MANSILLA
Sí, creo que eso puedo decirlo sin riesgo. Pero no se trata sólo de la disposición de los elementos, o la energía que contagia a su personal. Es la presencia misma del Caudillo la que magnetiza todo el entorno.
GENERAL LLÁNEZ
Ya… ¿Usted es falangista o franquista?
TORRES-MANSILLA
Eh… hoy día para mí son lo mismo.
GENERAL LLÁNEZ
¡Já! ¡Que se lo digan a José Antonio! (Ríe) Pero bueno, ¿qué noticias trae de Madrid?
TORRES-MANSILLA
¿Madrid…? ¡Ah, sí, Madrid, claro! Coronel: usted es bastante famoso allí. ¿Sabe cómo le llaman? ¡El Virrey de Andalucía!
GENERAL LLÁNEZ
¿Sí!? ¿¡Qué me dice!? ¿En serio!?
(Ríe)
¿¡Así que me llaman El Virrey de Andalucía!? ¡Yo solía ser republicano!
(Ambos ríen)
TORRES-MANSILLA
¡Sabía que iba a reaccionar de esta manera!
GENERAL LLÁNEZ
Bien, profesor, veamos su información.
TORRES-MANSILLA
Eh… creo que, después de todo, me tomaré esa copa de orujo.
GENERAL LLÁNEZ
Por supuesto. ¡Orujo gallego! A propósito de gallegos, ¿sabe cómo le llama a Franco un compañero suyo de promoción?
TORRES-MANSILLA
No.
GENERAL LLÁNEZ
¡¡Paca la culona!! Por lo visto en la Academia ya lo tenía muy grande!
(Ríe a carcajadas. Mansilla lo contempla muy serio. La risa se le congela)
¿No le hace gracia…?
TORRES-MANSILLA
No. Y tampoco se la haría al Caudillo. (Levantándose, extremadamente serio)
Y tampoco creo que Francisco Franco pase a la historia por el tamaño de su trasero.
GENERAL LLÁNEZ
¡Pero Mansilla, hombre, siéntese y no haga el imbécil! Cómo sois los falangistas. Sólo estaba bromeando, repetía lo que oí. A mi Franco me parece un buen tipo… y poco más, pero si todos están de acuerdo, pues que sea Generalísimo, Caudillo, o lo que le de la gana… ¿no…? …tch: ¡viva Franco!
TORRES-MANSILLA
¡Arriba España!
GENERAL LLÁNEZ
De todas formas esta conversación tampoco hace falta contársela a él, ¿no le parece?
TORRES-MANSILLA
Claro… ¿por qué le iba a hacer a usted esa faena?
GENERAL LLÁNEZ
¡No, hombre…! faena no -¡Franco es un colega!-, pero seguramente no tiene tanto sentido del humor como nosotros.
TORRES-MANSILLA
Seguro que no. Pero le aseguro que el Caudillo no lo oirá de mis labios.
Se dan la mano.
GENERAL LLÁNEZ
Se lo agradezco…
TORRES-MANSILLA
¡Se lo daré por escrito!! (Ríe)
¡Es una broma, es una broma…!
GENERAL LLÁNEZ
¿En la falange sois todos tan simpáticos?
TORRES-MANSILLA
¡Bah! ¡Tenemos el espíritu joven!
GENERAL LLÁNEZ
¡Y tanto! Tendré que revisar mi actitud hacia ella. En fin, y ahora, si es tan amable, ¿qué hay de los rojos que tenemos por aquí? ¿qué ha averiguado exactamente?
TORRES-MANSILLA
¿Quiere saberlo?
GENERAL LLÁNEZ
Pues claro.
TORRES-MANSILLA
Muy bien… tengo la llave… pero no la cerradura. Pero claro, siempre es mejor buscar la cerradura que encontrar la llave, pues no siempre se busca la llave para la cerradura que no se encontró primero, ¿me entiende?
GENERAL LLÁNEZ
No se me vaya por las ramas, Mansilla. ¿Exactamente qué ha averiguado?
TORRES-MANSILLA
Bien, entremos en detalles.
GENERAL LLÁNEZ
Muy bien.
TORRES-MANSILLA
No hay detalles. Al menos no todavía. Pero lo más importante es que tengo el nombre del principal cabecilla en esta ciudad. Y si jugamos nuestra cartas con cuidado…
GENERAL LLÁNEZ
…el pastor nos llevará a las ovejas, ya, ya, ya… Muy hábil, profesor… ¿Cómo se llama?
TORRES-MANSILLA
¡…Soy Mansilla…!
GENERAL LLÁNEZ
No hombre, digo el pastor.
TORRES-MANSILLA
¡Ah, el pastor…! Alfredo Alonso del Río.
Llánez coge el teléfono.
GENERAL LLÁNEZ
Que venga el Capitán Díaz.
(Mira a Torres-Mansilla y ríe.)
¿Así que me llaman El Virrey de Andalucía?!
Torres ríe con él. Entra Díaz.
CAPITÁN DÍAZ
¿Sí, señor?
GENERAL LLÁNEZ
Capitán, hay un hombre en la ciudad… ¿cómo se llamaba?
TORRES-MANSILLA
Alonso del Río.
CAPITÁN DÍAZ
¿Se refiere a Alfredo Alonso del Río?
GENERAL LLÁNEZ
Sí.
CAPITÁN DÍAZ
No hay por qué preocuparse de él.
GENERAL LLÁNEZ
¿Qué quiere decir?
CAPITÁN DÍAZ
Lo fusilamos ayer.
TORRES-MANSILLA
¿Fusilaron a Alonso del Río? ¡No puedo creerlo!
GENERAL LLÁNEZ
Llega usted tarde, Mansilla. Los boy-scou… la Falange, quiero decir, debe de madrugar más! ¡Los jóvenes se duermen!
TORRES-MANSILLA
¡General! ¡Arriesgo mi vida para capturar al hombre clave, y cuando lo tenemos…! ¡Parece sabotaje!
CAPITÁN DÍAZ
Lo siento, profesor.
GENERAL LLÁNEZ
¿Y por qué le fusilamos, Díaz?
CAPITÁN DÍAZ
Tuvimos pruebas de que iba contando unos repugnantes chistes, supuestamente divertidos, sobre el trasero del Caudillo.
TORRES-MANSILLA
¡Esa no es razón para fusilar a un hombre!
GENERAL LLÁNEZ
Ahí estoy de acuerdo.
TORRES-MANSILLA
Al menos no tan rápido. Después, tal vez… ¿Y no se le ocurrió la idea de interrogarlo antes?
GENERAL LLÁNEZ
(Gesto de duda)
¿Antes de fusilarlo…?
CAPITÁN DÍAZ
No tenemos tiempo para eso, y además el general firmó personalmente la orden de ejecución.
GENERAL LLÁNEZ
¡Figúrese! ¡Firmo tantas a lo largo del día! (A Torres-Mansilla)
¿Y eso era todo lo que tenía?
TORRES-MANSILLA
¡No! Hay otro hombre que también es una posibilidad, una buena posibilidad. Manuel García Granda.
CAPITÁN DÍAZ
(Preocupado)
¿Manuel García Granda?
TORRES-MANSILLA
¿No me diga que también…?
CAPITÁN DÍAZ
Si.
TORRES-MANSILLA
¡Bueno, General, usted se lo guisa y usted se lo come! ¡Así no hacemos nada!
(A Díaz)
Si se enteran de esto en Madrid, les darán la cruz de la Victoria republicana.
CAPITÁN DÍAZ
Siento que diga usted eso, profesor.
GENERAL LLÁNEZ
Bueno, eso es todo, Díaz.
CAPITÁN DÍAZ
Sí, señor.
Díaz sale.
GENERAL LLÁNEZ
Bien, Mansilla, supongo que esos dos nombres eran lo único que traía, ¿verdad?
TORRES-MANSILLA
¡Eran los hombres clave! ¡Pero ustedes van muy rápido! Por cierto, no me ha gustado la manera en que ha intentado hacerle aparecer a usted como responsable…
GENERAL LLÁNEZ
¿Díaz? ¡Qué va! ¡Es de una rectitud a toda prueba: no bebe, no fuma, no tiene vicios…!
(Confidencial)
¡Un pobre hombre, vamos…!
TORRES-MANSILLA
¿Como el Caudillo, quiere decir?
GENERAL LLÁNEZ
¡Por favor, profesor! Es usted más papista que el papa…
TORRES-MANSILLA
Bueno, supongo que tampoco le hablaré de esto.
GENERAL LLÁNEZ
Supongo que gracias, entonces. ¡Pero bueno…! (El coronel le empieza a poner el abrigo a Torres-Mansilla.)
…seguro que querrá volver a Madrid cuanto antes. A ver si la próxima vez nos trae información algo más interesante…
TORRES-MANSILLA
¿A Madrid!? Ah, sí, claro.
GENERAL LLÁNEZ
¿Cuándo tiene pensado salir?
TORRES-MANSILLA
La verdad es que me gustaría salir de aquí lo antes posible.
GENERAL LLÁNEZ
En estas circunstancias es lo mejor. Hay un transporte que sale el Jueves. Le reservaré un lugar.
TORRES-MANSILLA
Estupendo, pero mejor reserve dos.
GENERAL LLÁNEZ
¿Dos?
TORRES-MANSILLA
Sí. Mi viaje ha tenido éxito al menos en un punto. He hecho un descubrimiento, María Torres. Será una ayudante de gran valor en Madrid.
GENERAL LLÁNEZ
¿Torres? ¿La de esos rojos del teatro?
TORRES-MANSILLA
…Yo no creo que sean rojos-rojos…
GENERAL LLÁNEZ
Estamos a punto de fusilarlos.
TORRES-MANSILLA
¿¡Qué?!! Quiero decir, ¿por qué?
GENERAL LLÁNEZ
No lo se muy bien, el expediente está por ahí, pero falta la confirmación desde Burgos, porque tienen algún pez gordo que los defiende, pero es sólo cuestión de tiempo.
TORRES-MANSILLA Ah…
GENERAL LLÁNEZ
¿Pero usted cree que esa María es recuperable para la Causa?
TORRES-MANSILLA
¡Sí! ¡Sin ninguna duda! ¡Sería una verdadera barbaridad fusilarla…!
GENERAL LLÁNEZ
Interesante…
TORRES-MANSILLA
Y por lo que le he oído, el resto de la compañía tampoc…
GENERAL LLÁNEZ
¡No, no, el resto no nos interesa! Pero un agente femenino podría ser útil… ¡los tiempos están cambiando! Además, he oído que es muy guapa…¿no?
TORRES-MANSILLA
Así es.
GENERAL LLÁNEZ
Pero tendría que conocerla, claro, tengo que formarme mi propia opinión.
TORRES-MANSILLA
Claro…
GENERAL LLÁNEZ
Dígale que venga mañana por la mañana. A las diez. Y si me convence, adelante.
TORRES-MANSILLA
Se lo dire.
GENERAL LLÁNEZ
¿Por cierto, su marido no es ese actor madrileño, nosequé Torres?
TORRES-MANSILLA
Sí, José, creo… ¿lo conoce?
GENERAL LLÁNEZ
Sí. De hecho lo vi actuar cuando estuve en Madrid, antes de la guerra.
TORRES-MANSILLA
¿En serio?
GENERAL LLÁNEZ
¡Él le hace a Shakespeare lo mismo que nosotros a los rojos! (Ríe) ¡Y acabará con él! (Ríe) ¡Como nosotros! (Ríe)
TORRES-MANSILLA
Adiós, General.
GENERAL LLÁNEZ
Adiós, profesor.
Torres-Mansilla sale muy digno. En cuanto está fuera echa a correr hasta el teatro.
- Camerino: ¡hay que salir de aquí!
José Torres entra a toda prisa en el camerino, donde están reunidos María, Hernández y Miguel.
JOSÉ TORRES
(Aún vestido, claro, de Mansilla. Mientras habla en empieza a recoger sus cosas a toda prisa)
¡Hay que salir de aquí como sea!
MARÍA TORRES
¡José! ¡Lo has conseguido!
JOSÉ TORRES
¡Por supuesto que lo he conseguido! ¡Pero ahora hay que conseguir salir de aquí!
HERNÁNDEZ
¿Por qué? ¿Qué pasa?
JOSÉ TORRES
¡Nos van a fusilar!
MARÍA TORRES Y TODOS
¿¡Qué!?
JOSÉ TORRES
El General Llánez me lo ha dicho -bueno se lo ha dicho a Mansilla cuando Mansilla era yo. Nos fusilarán en cuanto llegue el permiso de Burgos.
MIGUEL
¿Qué permiso?
JOSÉ TORRES
¡El permiso de fusilamiento!
HERNÁNDEZ
¿Desde cuándo hace falta permiso para eso en este país?
JOSÉ TORRES
Dice que hay un pez gordo que nos proteje…
MARÍA TORRES
La duquesa…
JOSÉ TORRES
…pero que es sólo cuestión de días. !Hay que irse! (Coge una maleta y se encamina a la salida)
MARÍA TORRES
¡Pero no podemos salir!
HERNÁNDEZ
¡No tenemos papeles!
MIGUEL
¡Hay controles en todas partes!
MARÍA TORRES
¡Es más peligroso lanzarse a los caminos!
HERNÁNDEZ
¡Por ahí hay gente que fusila sin permiso!
JOSÉ TORRES
¡Entonces qué hacemos?!
MIGUEL
Calmarnos y pensar un momento… ¿cómo ha ido en la Capitanía?
JOSÉ TORRES
Bien y mal: ha sido la mejor interpretación de mi vida, pero nadie la ha visto. Llánez me va reservar un lugar en un transporte que me puede llevar a Madrid el Jueves.
MARÍA TORRES
¡Pero eso ya es algo!
JOSÉ TORRES
Yo no me iré sin tí.
(Hernández le mira)
…ni sin el resto de la compañía, por supuesto.
MIGUEL
Eso le honra, pero… ¿Mansilla no le había propuesto a María que hiciera de espía también?
JOSÉ TORRES
Sí, yo también se lo he propuesto al General Llánez. Le he dicho que eras recuperable para la causa.
MARÍA TORRES
¿Qué causa?
JOSÉ TORRES
¡La suya! Para ver si podías venir conmigo.
MIGUEL
¿Y?
JOSÉ TORRES
Ha dicho que quiere conocerte y que te espera mañana a las diez en la Capitanía. Si pasas su examen, te dejará venir conmigo el Jueves, ¡pero está claro que no puedes ir!
MIGUEL
¡¿Cómo que no?! ¡Es fantástico!
JOSÉ TORRES
¡Es espantoso!
HERNÁNDEZ
¡Si conseguís el transporte, podemos disfrazarnos de falangistas y entrar, ya nos inventaremos algo!
MIGUEL
¡No puede desperdiciar esta ocasión de sacarla a ella de aquí, señor Torres!
MARÍA TORRES
¡De sacarnos a todos de aquí!
JOSÉ TORRES
¡Pero es peligrosísimo! ¡Es meterse en la cueva del lobo! ¡No me fío de ese Llánez!
MIGUEL
¡Pero usted lo ha conseguido!
JOSÉ TORRES
¡Sólo un actor de primera magnitud, con muchísimas tablas y con los nervios bien templados…
(María lo mira muy mal)
…podria… conseguirlo… ¡Está bien…! Tú irás a las diez, pero yo apareceré a las diez y media. Vamos a planearlo todo… ¡y si te fusilan serás tú la culpable!
MARÍA TORRES
¡Primera magnitud!
Cambio de luz.
- Capitanía 2: María y Llánez:
«Mansilla murió»
Voz off o video: «Al día siguiente…»
CAPITÁN DÍAZ
La señora Torres está aquí.
GENERAL LLÁNEZ
Hágala pasar, Díaz, y que no me molesten.
CAPITÁN DÍAZ
Si, señor.
María entra, Díaz sale.
GENERAL LLÁNEZ
Soy el General Llánez. Siéntese, por favor. (Se sientan)
GENERAL LLÁNEZ
¿Así que usted es la aspirante a Mata-Hari?
MARÍA TORRES
(Insinuante)
¿No cree que tenga cualidades suficientes…?
GENERAL LLÁNEZ
Mata-Hari comenzó su carrera como bailarina de stripis…
MARÍA TORRES
(Extrañada, de repente lo entiende)
¡Ah! ¿De streap-tease? Sí… pero eso fue hace mucho tiempo. Hoy también interpretamos a Shakespeare…
GENERAL LLÁNEZ
Si, ya lo se…
(Coge un libreto y lee)
Ofelia: «Tomad vuestras cartas, pues un espíritu auténticamente proletario considera viles los perversos regalos de los poderosos». Hamlet: «vete a un convento, pero no lo quemes todavía, no lo quemes por favor, (ya lo quemaré yo…)» ¿¡Esto es Hamlet!?
¡Eh?!
MARÍA TORRES
Bueno, es una versión libre y muy discutible…
GENERAL LLÁNEZ
¡Una vergüenza libre y muy escupíble, eso es lo que es…!
(María ríe.)
¡Ah, ¿le hace gracia!? Pues sepa que a mí no me parece de fiar alguien que defiende una cosa y luego hace escarnio de ella.
MARÍA TORRES
¿Como cuando usted apoyaba a la república, quiere decir?
Llánez la mira.
GENERAL LLÁNEZ
Desde luego tiene usted valor.
MARÍA TORRES
Tengo más que eso.
GENERAL LLÁNEZ
¿A qué se refiere?
MARÍA TORRES
¡Póngame a prueba, General! Este mundo se me queda pequeño: actorcillos, teatreros, farándula, adulaciones, comercio, misérias… ¡Me ahogo en esa vida! ¡Este es un momento grande en un país que puede volver a ser imperio! ¡Hoy todo comienza de nuevo!
GENERAL LLÁNEZ
Su amigo Mansilla tenía razón, parece usted recuperable…
MARÍA TORRES
Cuando vuelva de Madrid, envíeme a Valencia, ¡a Burgos!, a donde quiera… y le traeré información bastante para que gane esta guerra usted sólo!
GENERAL LLÁNEZ
Sólo no: con su amigo Mansilla, supongo…
MARÍA TORRES
General, quien quiere poder ver desde lo alto debe subir escalones. Y ya puestos mejor que los primeros sean bajitos, ¿no le parece?
GENERAL LLÁNEZ
María -¿puedo llamarla así?-
(Ella afirma)
Está usted llena de sorpresas, y de talentos.
MARÍA TORRES
Y eso que aún no me ha visto interpretando a Mata-Hari…
GENERAL LLÁNEZ
(Acercándose)
Bueno, no pierdo la esperanza…
MARÍA TORRES
Creo que es un papel que me va a encantar… (El General Llánez intenta besarla. Ella se aparta suavemente)
Aunque una buena obra en el escenario y a la hora equivocada puede ser un fracaso.
GENERAL LLÁNEZ
María, esta noche la recogeré para cenar: ahora tengo mucho trabajo, pero aún tengo que asegurarme de que es idónea para una misión tan peligrosa.
MARÍA TORRES
¡Gracias, mi general! Pero me temo que se olvida que hoy llega el Generalísimo, así que no va a ser posible, y mañana salimos, pero desde ahora le reservo la primera noche de mi vuelta.
GENERAL LLÁNEZ
¡No te preocupes por Franquito! Pienso atenderlo, de hecho cenaremos aquí en el cuartel, pero eso no durará toda la noche, y en guerra no hay horarios.
Recogeré a Mata-Hari a las once en el teatro.
MARÍA TORRES
Desgraciadamente estoy comprometida esta noche ya con Mansilla…
GENERAL LLÁNEZ
Las escaleras hay que subirlas cuando aún están en pie. Ya cenará con él en Madrid, arréglelo.
MARÍA TORRES
¿Pero cómo…!?
GENERAL LLÁNEZ
Una espía debe tener recursos. La recogeré a las once.
(María va a protestar) A las once.
(Entra Díaz. Se separan)
¡No había dicho que no me molestaran!
CAPITÁN DÍAZ
¡Perdón, señor, pero es algo que no puede esperar! (Se acerca y le dice algo al oído)
GENERAL LLÁNEZ
¡Qué!? ¿Cuándo?
CAPITÁN DÍAZ
A las diez y veinte. Hace sólo unos minutos.
GENERAL LLÁNEZ
(A María)
Me temo que tenemos malas noticias para usted, señora Torres. Muy malas… El profesor Mansilla ha muerto.
MARÍA TORRES
¡Qué!?
CAPITÁN DÍAZ
Hemos encontrado su cadaver cerca del teatro, entre unos escombros.
MARÍA TORRES
¡Diós mío…! ¿Y cómo ha sucedido?
CAPITÁN DÍAZ
Arma blanca.
GENERAL LLÁNEZ
Asesinado. Pero encontraremos al autor, y desde luego será fusilado.
MARÍA TORRES
No puedo creerlo. ¡Es imposible…! (Llora?)
GENERAL LLÁNEZ
(Pasándole un brazo por los hombros) Hay que ser fuertes, señora Torres. Este es un momento grande, pero duro.
MARÍA TORRES
Gracias, mi General, pero perdóneme, tengo que irme…
GENERAL LLÁNEZ
Claro, pero anímese. La llamaré mañana, a fin de cuentas ya no salen el jueves, y habrá tiempo para hablar de nuestros asuntos oficiales…
Suena el teléfono. El General Llánez indica por un gesto a Díaz que atienda. Díaz atiende.
CAPITÁN DÍAZ
Dígame.
MARÍA TORRES
Lo que usted diga, mi general, pero perdóneme, es mejor que me vaya…
CAPITÁN DÍAZ
(Al teléfono) Un momento, por favor.
(Al General Llánez)
¡Mi general!!
GENERAL LLÁNEZ
¡¿Qué pasa ahora, Díaz!?
CAPITÁN DÍAZ
Es… es el profesor Mansilla…!
Sorpresa general. Llánez con un gesto pide que nadie diga nada. Piensa un instante y se pone al teléfono.
GENERAL LLÁNEZ
¿Si? … ¡¿Cómo está, mi querido Mansilla?! … ¡Por supuesto que tengo un minuto para usted! ¡Y más de uno!… Sí, en este momento es perfecto … venga inmediátamente, le esperamos… adios, adiós.
MARÍA TORRES
¿Pero entonces está vivo…?
GENERAL LLÁNEZ
No, querida, este es un impostor, está claro que lo han matado para esto, pero no contaban con que lo encontráramos.
MARÍA TORRES
¡Dios mío! Es mejor que me vaya.
GENERAL LLÁNEZ
Yo la llamaré. ¡Y ánimo!
(Sale María. )
Díaz, ¿por qué no le preparamos una sorpresa a nuestro querido profesor…?
Cambio de luz. María llega corriendo, como José Torres antes, hasta el camerino del teatro donde están Miguel y Hernández.
MARÍA TORRES
¿¡Dónde está José?!
HERNÁNDEZ
Ya está todo arreglado. Acaba de salir.
MARÍA TORRES
¡Arreglado! ¿De qué hablas?!
HERNÁNDEZ
Había perdido la barba, pero le puse otra y además le dí una extra y todo lo necesario por si acaso, nunca se sabe lo que Torres…
MARÍA TORRES
¡Está perdido! ¡Han encontrado el cadáver de Mansilla!
HERNÁNDEZ Y MIGUEL
¡Qué!? ¡Gutiérrez dijo que se desharía de él sin dejar rastro!
MARÍA TORRES
¡Lo saben todo! ¡Le van a matar! ¡Tenemos que hacer algo…!
HERNÁNDEZ
Ya es tarde: ya estará allí…
MIGUEL
María, José es el mejor actor del mundo, ¿no? Puede que lo consiga…
MARÍA TORRES
¡Pero hay que hacer algo…!!
HERNÁNDEZ
Espera, se me ocurre una cosa, aunque es un posibilidad algo desesperada…
Cambio de luz a…
- Capitanía 3: escena con el muerto
Aparece Díaz, que anuncia:
CAPITÁN DÍAZ
El profesor está aquí.
GENERAL LLÁNEZ
Será un placer recibirle, ¿verdad, Díaz?
Díaz hace pasar a Torres-Mansilla
CAPITÁN DÍAZ
Profesor, por favor.
TORRES-MANSILLA
¡Arriba España!
GENERAL LLÁNEZ
¡Viva Franco! ¿Cómo está el profesor?
TORRES-MANSILLA
Muy bien, gracias. ¿Y el coronel?
GENERAL LLÁNEZ
Excelente.
TORRES-MANSILLA
Dígame, coronel, ¿qué impresión le causó la señora Torres?
GENERAL LLÁNEZ
Maravillosa.
TORRES-MANSILLA
Me alegro mucho, ¿entonces puedo contar que viajará conmigo mañana?
GENERAL LLÁNEZ
Profesor, tenemos que hablar de eso, pero antes debo arreglar unos asuntos urgentes con Díaz, ¿le importaría esperarme en la habitación de al lado?
El coronel le indica una habitación.
TORRES-MANSILLA
No tengo mucho tiempo, pero…
GENERAL LLÁNEZ
Por favor, profesor, sólo será un momento…
TORRES-MANSILLA
De acuerdo, de acuerdo.
Torres entra en la habitación. Dentro está el cadaver del verdadero Mansilla sentado en un sillón. Torres finalmente lo ve, se acerca y lo mira espantado. Piensa. Se saca del bolsillo la barba de repuesto y el pegamento. Piensa, rebusca el otro bolsillo y saca una navaja de afeitar, y se dispone a afeitarlo.
Cambio de luz a la antesala del despacho, donde Llánez hace tiempo fumando placidamente.
CAPITÁN DÍAZ
A estas horas ya debe haberse derrumbado, ¿no cree?
GENERAL LLÁNEZ
Dale un poco más de tiempo. Que disfrute de su sufrimiento.
CAPITÁN DÍAZ
General, ¿realmente prefiere este método a los habituales?
GENERAL LLÁNEZ
Bueno, yo creo que con los intelectuales este método acaba siendo más efectivo.
CAPITÁN DÍAZ
¿Pero y si resulta que al final no es un intelectual, si no un rojo?
GENERAL LLÁNEZ
Entonces probaremos algo más físico.
Se abre la puerta y Torres-Mansilla asoma la cabeza.
TORRES-MANSILLA
General, no quiero meterles prisa, pero ¿cree que tardarán aún mucho?
GENERAL LLÁNEZ
Oh, ¿es que se está aburriendo?
TORRES-MANSILLA
No, no, pero intenté entablar conversación con su amigo, ¡y parece estar muerto!
GENERAL LLÁNEZ
¿¡Qué me dice!? Vamos a ver.
Entran los tres al despacho y se detienen frente al muerto.
GENERAL LLÁNEZ
Parece un asesinato.
TORRES-MANSILLA
Mmh… Corríjame si me equivoco, Coronel, por favor, pero me parece notar un ligero parecido entre su amigo y yo.
GENERAL LLÁNEZ
¿Usted también se ha dado cuenta!?
TORRES-MANSILLA
Por supuesto, por supuesto. Y tengo una terríble sospecha, y es que uno de los dos debe ser un impostor.
GENERAL LLÁNEZ
No lo había pensado, pero ahora que lo dice, creo que tiene razón.
TORRES-MANSILLA
Y dígame, entre nosotros, ¿quién cree usted que es el impostor?
GENERAL LLÁNEZ
No quiero parecer poco educado, pero hay un sentimiento general en esta habitación de que es usted. Perdóneme…
TORRES-MANSILLA
Le perdono, le perdono, pero, ¿puedo hacer de detective?
GENERAL LLÁNEZ
Por supuesto, profesor Mansilla.
TORRES-MANSILLA
Gracias, gracias.
(Revisa las ropas del cadáver. Lee la etiqueta del traje)
Prieto García, Madrid.
GENERAL LLÁNEZ
El verdadero Mansilla vino de Madrid, y este traje se compro allí.
TORRES-MANSILLA
Qué mal visten los republicanos, ¿verdad?
GENERAL LLÁNEZ
Fatal.
Torres-Mansilla mira la hora del reloj del muerto.
TORRES-MANSILLA
Este reloj aún funciona. Significa que lo asesinaron después de que el verdadero profesor Mansilla llegara a la ciudad… realmente pinta mal para mí, ¿verdad?
¿Cree que me fusilarán?
GENERAL LLÁNEZ
Sí, es lo más probable.
TORRES-MANSILLA
No hay duda de que ese es su propósito. ¡Es genial!
¡Conseguir que el enemigo se mate entre sí! Veo la mano del propio Stalin en esto. Apuesto a que a sus soldados no les fue muy difícil descubrir a este muerto, ¿verdad, General? Y por eso querían que se pareciera a mí…
CAPITÁN DÍAZ
O usted quería parecerse a él.
TORRES-MANSILLA
Es cierto, podría ser… Realmente nuestro corte de pelo es el mismo y nuestra barba es mas o menos parecida.
GENERAL LLÁNEZ
¡Parecida no, es idéntica!
CAPITÁN DÍAZ
¿Desde cuando se conocían?
TORRES-MANSILLA
Lo acabo de conocer aquí.
CAPITÁN DÍAZ
Miente. Seguro que lo ha observado durante meses para poder tener acceso a nuestro Caudillo! ¡Lleva tiempo dejarse una barba como esa!
GENERAL LLÁNEZ
¡Muy bien, Díaz! ¡Muy bien!
TORRES-MANSILLA
¡Excelente, Díaz! Sólo que no tiene en cuenta que yo podría llevar una barba postiza.
Los dos rompen a reír como si fuera imposible.
GENERAL LLÁNEZ
¡Un espía profesional, con esta sangre fría, seguramente soviético y con postizos, no? ¡Muy gracioso! Pero ya puestos, a lo mejor es él quien lleva una barba postiza.
TORRES-MANSILLA
(Dudoso)
Bueno… podría ser, claro, pero…
GENERAL LLÁNEZ
¿Y por qué no se convence? ¿Por qué no le tira de la barba?!
Hace ademán de ir a tirarle de la barba, dudoso, como si tirarle de la barba a un muerto le pareciera grosero. En el último momento se detiene.
TORRES-MANSILLA
No puedo.
GENERAL LLÁNEZ
¿Demasiado sensible, no? Cómo son estos bolcheviques. Es capaz de asesinar a un hombre a sangre fría, pero no puede tirarle de la barba!?
Mientras dice la última frase Llánez le tira de la barba al cadaver y se queda con ella en la mano. Perplejidad de todos.
TORRES-MANSILLA
¡Es increíble!
El coronel está sorprendido.
GENERAL LLÁNEZ
¡Díaz!! ¿¡Cómo es posible que no se asegurase de su identidad!!
CAPITÁN DÍAZ
General, no hubo tiempo, usted mandó traerlo…
GENERAL LLÁNEZ
¡Cómo!?
TORRES-MANSILLA
El Generalísimo se reirá mucho con esta historia…
GENERAL LLÁNEZ
¡Eso es todo, Díaz! ¡Eso es todo!
Sale Díaz.
GENERAL LLÁNEZ
Profesor, la verdad es que todo este asunto es muy incómodo…
TORRES-MANSILLA
No se preocupe, General, estamos en guerra. Y si tiene aún alguna duda tal vez quiera darme un buen tirón de barbas!
GENERAL LLÁNEZ
No, no es necesario, gracias…
TORRES-MANSILLA
¿Seguro? ¿Ni un tironcito del bigote? Así podría tirarle también del bigote a Franco cuando le cuente la historia…! (Ríe)
GENERAL LLÁNEZ
Muy simpático, Mansilla. Pero sin duda estará deseando volver a Madrid, ¿no?
TORRES-MANSILLA
¡Sí, sí, por supuesto! Y perdóneme la broma, General, tampoco le hablaré al Caudillo de esto! Me gustaría salir mañana.
GENERAL LLÁNEZ
Perfecto, saldrá mañana.
TORRES-MANSILLA
¿Señora Torres incluída?
GENERAL LLÁNEZ
Lo que usted diga, bajo su responsabilidad…
- Capitanía 4: Final
Se oyen voces y escándalo fuera.
HERNÁNDEZ-CORONEL
(Off)
¡¿Dónde está el General Llánez!?
Se abre la puerta, y entran Hernández, vestido de Coronel y Miguel, de capitán. Torres y Llánez lo miran asombrados, aunque por distintos motivos.
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Arriba España!
TODOS
¡Viva Franco!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡General Llánez, soy Martínez de Cienfuegos, a cargo del Cuerpo Especial de Seguridad del Caudillo! ¡Acabo de llegar y ya he descubierto un complot contra su vida! ¡Hay un impostor entre nosotros! ¿¡Es que no puedo confiar en nadie en esta ciudad!?
TORRES-MANSILLA
(Se lanza sobre Hernández-Coronel y le abraza, haciéndole gestos para que le siga la corriente)
¡Martínez, qué eficiéncia, pero ya está todo aclarado! ¡El General Llánez ya sabe que yo soy el auténtico Mansilla! ¡El impostor está ahí al lado, pero un poco muerto! ¿Verdad, General?
GENERAL LLÁNEZ
Así es…
TORRES-MANSILLA
(Al General Llánez)
Martínez es muy apasionado, nos conocemos desde hace mucho, ¿verdad, Martínez?, pero no tienes nada de que preocuparte, esos rojos han querido engañarnos, pero figúrate que el impostor llevaba una barba postiza para parecerse a mí! ¡Es increíble!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Ah…¡
TORRES-MANSILLA
¿No es increíble?
HERNÁNDEZ-CORONEL
…¡Sí, sí! ¡Absolutamente increíble!
TORRES-MANSILLA
Pero afortunadamente ya está todo aclarado, y mañana
saldré para Madrid con una nueva ayudante, ¿verdad?
GENERAL LLÁNEZ
Así es…
(Pensativo)
HERNÁNDEZ-CORONEL
Discúlpeme, General, pero comprenderá que toda precaución es poca, pero si está todo bien, nos vamos.
GENERAL LLÁNEZ
¡Un momento! ¿Pero entonces el General Franco ya está aquí?
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡No! Nos hemos adelantado, él llegará… dentro de muy poco. Pero visto que todo está bajo control, si nos disculpa, General, tenemos trabajo.
GENERAL LLÁNEZ
¡Un momento! ¿Qué trabajo? ¡Acaban de llegar a mí
Capitanía!
HERNÁNDEZ-CORONEL
Eh, tenemos que comprobar que… eh, (A Miguel)
¿qué era lo que teníamos que comprobar, Capitán?
MIGUEL
Eh, las transmisiones del equipo personal del Caudillo, quiere estar en comunicación constante con… su cuartel general.
HERNÁNDEZ-CORONEL
Exacto.
GENERAL LLÁNEZ
¡Pero qué tontería es esa, Coronel! Estamos en comunicación constante, por favor. No, no, ustedes se relajan y esperan aquí conmigo, ya que el camarada Franco (ríe, guiño a Mansilla) llegará enseguida, y de paso me cuentan cómo fue lo de Toledo (pero de verdad, eh, que Paco siempre exagera…)
HERNÁNDEZ-CORONEL
Discúlpeme, General, pero tengo ordenes directas del Generalísimo…
GENERAL LLÁNEZ
¡No acepto disculpas! Y aquí el único General, de momento, soy yo. ¡Está todo controlado, Coronel, no se preocupe!
HERNÁNDEZ-CORONEL
Pero, con el debido respeto…
GENERAL LLÁNEZ
(Echando mano a su pistola)
¡De aquí no se mueve nadie, hombre! Yo asumo la responsabilidad, Martínez, pero aquí no comprueba nadie nada sin mi consentimiento, ¿está claro?
HERNÁNDEZ-CORONEL
Sí.
TORRES-MANSILLA
Bueno, General, yo sí tengo que irme…
GENERAL LLÁNEZ
¡De ninguna manera, Mansilla! ¡Usted se queda a la cena también, invitado por el ejército! El Caudillo está a punto de llegar y son ustedes grandes amigos,
¿no?
TORRES-MANSILLA
Sí, por supuesto, pero… por desgracia he quedado para cenar con la señora Torres, ya sabe cómo son las mujeres, y tengo que ultimar con ella…
GENERAL LLÁNEZ
¡Ella aún le cree muerto! (Ríe) ¡Pero la avisaremos y que venga ella también! ¡Fantástico! Así mataremos varios pájaros de un tiro, yo también quiero conocerla mejor! ¡Voy a decir que la detengan, digo:
¡que la traigan!! Deformación profesional…
TORRES-MANSILLA
¡No hace falta, yo iré al teatro! Prefiero decírselo en pers…
GENERAL LLÁNEZ
¡Ni pensarlo! A ver si ahora le van a matar de verdad ahí fuera, esta ciudad es peligrosa…
(Coge el teléfono y marca un número) Vayan al teatro y traigan a la señora Torres, inmediatamente. Diganle que el profesor vive y que viene invitada a cenar con el Caudillo.
(Cuelga)
Ya está arreglado. ¡Mi querido Mansilla, ni por un momento dudé que fuera usted quien realmente es usted, pero quería ponerle a prueba! ¡Qué sangre fría! Va a conseguir que me guste la Falange…!
TORRES-MANSILLA
Pues qué alegría me da, General…
GENERAL LLÁNEZ
Por cierto, ha oído lo de la unificación, ¿verdad?
TORRES-MANSILLA
¿La unificación…?
GENERAL LLÁNEZ
El plan de Franco de crear un partido único como el alemán fundiendo Falange con otros partidillos…
TORRES-MANSILLA
¡Ah, claro! ¡Esa unificación!
GENERAL LLÁNEZ
Pues Paquito ya ha decidido el nombre.
TORRES-MANSILLA
Ah…¡Fantástico! Seguro que es un nombre conciso, breve, con fuerza…! ¡Como el partido nazi! ¿No?
GENERAL LLÁNEZ
Sí, muy conciso: «Falange española tradicionalista y de las juntas de ofensiva nacional sindicalista». (Ríe a carcajadas) ¡Qué le parece!
TORRES-MANSILLA
Tal vez sea algo largo…
Llánez mira a Miguel y a Hernández, que ríen también.
GENERAL LLÁNEZ
(Aún riendo)
¡La fet de las jons! ¡Incluso abreviado es largo, qué jodío Paquito! Hay que risa. Pasen por aquí. Ha sido un día muy duro, y ya es hora de que nos relajemos un poco, ¿no?
(Les muestra una mesa con copas de vino y aperitivos)
Sírvanse, es el mejor fino de toda Sevilla. Disculpenme un minuto, enseguida vuelvo y entonces espero un relato largo y detallado de Toledo, Coronel.
HERNÁNDEZ-CORONEL
Sí, claro… ¡como la fet de las jons! (ríen)
Sale el General Llánez. Se cortan las risas en seco.
TORRES-MANSILLA
(A los otros, en voz baja y disimulando por si les miran)
TORRES-MANSILLA
¡Lo habeis estropeado todo! ¡Para qué habeis venido!?
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Para intentar salvarte la vida!
TORRES-MANSILLA
¡Pues me vais a matar!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Pues lo siento: no volveré a intentarlo!
TORRES-MANSILLA
¡Gracias, eso espero!
MIGUEL
¡Por favor! ¿Qué vamos a hacer…!?
TORRES-MANSILLA
Ahora no podemos irnos…
MIGUEL
¡…van a traer a María!
TORRES-MANSILLA
¡Eso lo iba a decir yo!!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Por favor! ¿Qué vamos a hacer?
MIGUEL
Eso lo he dicho yo…
TORRES-MANSILLA
¡Por favor! Hay que disimular hasta que llegue María y entonces inventar alguna excusa para irnos.
MIGUEL
Ya, pero ¿qué?
TORRES-MANSILLA
¡No lo se! Y yo creo que sospecha de nosotros. Esta cena me da mala espina.
HERNÁNDEZ-CORONEL
Y a mí, espero que no haya pescado.
MIGUEL
¿Por qué crees que sospecha?
TORRES-MANSILLA
No se, lo veo muy alegre, es raro.
HERNÁNDEZ-CORONEL
Dicen que él es alegre y bromista.
TORRES-MANSILLA
Eso es lo que me preocupa, el humor negro.
MIGUEL
Si sospechara ya nos habría detenido, no se arriesgaría a este juego.
HERNÁNDEZ-CORONEL
No se, pero por si acaso: ¿qué le cuento yo de Toledo, mientras?
TORRES-MANSILLA
¿Qué ha pasado en Toledo?
MIGUEL
Ha caído en poder de Franco, y han liberado a unos nacionalistas atrincherados en el Alcázar.
TORRES-MANSILLA
Improvisa, la literatura bélica es fácil.
MIGUEL
¡Ya tengo la excusa! Algo privado. (A Hernández-Coronel)
En cuanto venga María te acuerdas de un encargo privado de Franco, algo delicado, urgente y que tiene que ver con Falange. Y así nos vamos todos, incluída María, ya que Llánez cree que está contigo.
TORRES-MANSILLA
¡¿Cómo que cree…?! ¡Es mi mujer!
MIGUEL
¡Digo contigo cuando eres Mansilla!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Por favor! ¡Ahí llega!
Entra el General Llánez con María.
GENERAL LLÁNEZ
¡Aquí está nuestra encantadora invitada! Traída a toda velocidad y creo que preocupada…!
MARÍA TORRES
(Al ver a Torres-Mansilla) ¡Mi…! ¡Silverio! (María y Torres-Mansilla se acercan y se abrazan durante un segundo.)
Me alegra tanto volver a verte.
TORRES-MANSILLA
Hace falta algo más que la muerte para acabar conmigo.
GENERAL LLÁNEZ
(Ríe)
¡Pero Mansilla: parece usted un actor… aunque
GENERAL LLÁNEZ
aficionado! ¡A estos falangistas les gusta el teatro!
(Por María) Por favor, devuélvamela, un segundo. (Presentándola)
Querida: el Coronel Martínez de Cienfuegos, a cargo del Cuerpo especial de seguridad del Caudillo (Ríe). Perdóneme, me río recordando una broma que oí sobre una parte del cuerpo del Caudillo -de otro caudillo, naturalmente.
MARÍA TORRES
Encantada, Coronel.
HERNÁNDEZ-CORONEL
Agradezco que la ocasión me permita decirle que es usted una mujer excepcional, además de la mejor actriz que conozco.
MARÍA TORRES
Gracias, Coronel.
GENERAL LLÁNEZ
(A Hernández-Coronel)
¡Otro más en la lista de admiradores! Bienvenido. Y este es el capitán, ¿cómo se llama, Capitán?
MIGUEL
Capitán Manuel Miranda. Encantado.
MARÍA TORRES
Encantada.
GENERAL LLÁNEZ
¿Miranda? ¿No tendrá usted un hermano teniente en aviación, verdad? Me suena ese apellido…
Temor general.
MIGUEL
Sí, lo tengo, en la fuerzas aéreas republicanas. Pero para mí, ese hermano ha muerto.
GENERAL LLÁNEZ
(Sonriendo)
Buena respuesta, capitán. Así se habla. Este es un momento grande, ¿verdad, señora Torres? «Hoy todo comienza de nuevo».
(A los otros)
Ella, naturalmente, no necesita presentación, sin embargo debo decir que es posible que María Torres comience a trabajar para mí. Le he ofrecido un puesto, en inteligencia, y espero su decisión esta misma noche, ¿verdad, señora Torres?
MARÍA TORRES
(Dulce)
Mi General, es usted muy impaciente…
GENERAL LLÁNEZ
(A Torres-Mansilla)
Las guerras las ganan los rápidos, ¿verdad, Mansilla?
TORRES-MANSILLA
Pero en este caso la Falange va primero, mi General.
GENERAL LLÁNEZ
¿La fet de las jons? Tal vez, pero quien ríe último… María escogerá lo mejor para ella y para la Causa, ¿no cree?
TORRES-MANSILLA
Sin duda.
Torres-Mansilla le hace un gesto disimulado a Hernández-Coronel para que hable ya.
HERNÁNDEZ-CORONEL
General, perdone que interrumpa, pero al oir esta conversación me acabo de acordar de que tenía que resolver un encargo privado del Generalísimo en el cuartel de la Falange, antes de que él llegue. Me temo que nos tendrá que disculpar, se trata de algo personal que atañe al Caudillo y que no puedo revelar.
GENERAL LLÁNEZ
¿En el cuartel de la Falange?
HERNÁNDEZ-CORONEL
Sí. Me temo que tendré que robarle a Mansilla y también a la señora Torres durante unos minutos.
María les dice que no por gestos.
GENERAL LLÁNEZ
¿A la señora Torres por un asunto personal del Caudillo? ¡No entiendo nada!
HERNÁNDEZ-CORONEL
Lo siento, pero no puedo decir más, quizás más adelante…
TORRES-MANSILLA
Por mi parte estoy dispuesto, aunque luego podremos volver a disfrutar de la hospitalidad del general,
¿verdad, coronel?
HERNÁNDEZ-CORONEL
Seguro, no nos llevará más de veinte minutos.
TORRES-MANSILLA
Pues en marcha. Las guerras las ganan los rápidos.
MARÍA TORRES
(Interrumpiendo)
¡Querido Coronel! ¡Pero si ese asunto ya está arreglado!
(Todos la miran con espanto… Ella les hace gestos de que le sigan la corriente)
Créame, me he ocupado personalmente de este tema, y no hay ya nada que tratar… Lo único que sí querría, mi General, es mi chal, lo dejé en la entrada, ¿no le importaría ir a buscarlo? Tengo algo de frío.
GENERAL LLÁNEZ
Por supuesto, iré a buscarlo. Y espero que cuando entre en calor me explicará de qué va todo esto.
Sale el General.
TORRES-MANSILLA
(A María)
¡¿Qué demonios estás haciendo?! ¡Hay que salir de aquí!
MARÍA TORRES
¡No podemos irnos!
TODOS
(Gran revuelo)
¿Qué!? ¡Por qué no?! ¡Qué pasa ahora!? ¿De qué hablas?
MARÍA TORRES
Cuando vinieron los soldados, les pedí un minuto, llamé a Castaño y le expliqué la situación, ¡no sabía qué hacer! Me dijo que aguantáramos que él nos sacaría. ¡No podemos irnos!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¿Pero y qué va a hacer Castaño?!
MARÍA TORRES
No lo se, me dijo que tenía un plan.
TORRES-MANSILLA
¿Qué plan?!
MARÍA TORRES
¡No lo se! ¡Pero tenemos que seguir aquí, no podemos dejarlo colgado!
TORRES-MANSILLA
¡Los colgados seremos nosotros, pero por el cuello! Estoy seguro de que Llánez sospecha.
MARÍA TORRES
Si sospecha no nos dejará ir. Es mejor quedarse y convencerlo, si no, no iremos muy lejos.
TORRES-MANSILLA
¿Y cuánto tardará Castaño en hacer algo?!
MARÍA TORRES
No lo se, pero espero que poco.
TORRES-MANSILLA
¡Malditos guionistas, siempre lo lían todo!
Entra Llánez, con el chal.
GENERAL LLÁNEZ
Su chal, querida. ¿Y entonces que han decidido?
MARÍA TORRES
Nos quedamos.
GENERAL LLÁNEZ
Me alegro…
(Aparte a María)
Pero debo confesarle que me muero de curiosidad por este asunto, venga conmigo.
(A los otros)
Si nos disculpan, será sólo un instante.
Llánez y María se van a otro lugar del escenario, figurando otra habitación.
MIGUEL
¡Voy tras ellos! No me fío.
TORRES-MANSILLA
(Agarrándole)
¡Yo tampoco, pero tú la animaste a jugar a los espías! Y además, en todo caso iría yo!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Por favor! Ella ya es mayorcita.
Mientras, en la otra habitación…
GENERAL LLÁNEZ
¿Qué asunto privado de Franquito es ese, Mata-Hari?
MARÍA TORRES
No creo que le sea difícil imaginárselo, General…
GENERAL LLÁNEZ
… ¡¿Una mujer…!?
MARÍA TORRES
¿…Y por qué no? ¿Tan terríbles somos?
GENERAL LLÁNEZ
Desde luego. ¿Y quién es? ¿La conoces?
MARÍA TORRES
Puede que sí…
GENERAL LLÁNEZ
¿Cómo que puede? Dime quién es. ¿No querías trabajar para mí?
MARÍA TORRES
Quería, pero aún no trabajo para usted, ¿no…?
GENERAL LLÁNEZ
De tí depende. Dime quién es.
MARÍA TORRES
¿Y qué ganaría yo con ello?
GENERAL LLÁNEZ
(Agarrándola por la cintura)
Mi protección… mi influencia… mi bienestar… (perdiendo el control, intentado besarla)
mi cariño, mi boca… mis manos, mi lengua…
MARÍA TORRES
(Intando zafarse)
¡¡General!!
GENERAL LLÁNEZ
(Forcejeando)
¡María! ¡No puedo contenerme! ¡Es superior a mí!
Ella se escapa, la persigue.
MARÍA TORRES
¡Mi General, por favor!
GENERAL LLÁNEZ
¡María!
En la habitación de al lado, al oír los gritos los tres se miran preocupados.
MIGUEL
(Sacando su pistola)
¡Voy a matarlo!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Si es de fogueo!
TORRES-MANSILLA
¡Y además el que ha de matarlo soy yo!
HERNÁNDEZ-CORONEL
¡Por favor! ¡Vamos!
Los tres se dirigen hacia la otra habitación. Mientras tanto…
MARÍA TORRES
¡General, no! ¡Pueden vernos!
GENERAL LLÁNEZ
(Forcejeando e intentando besarla)
¿Quién, Mansilla!? (ríe) ¡Soy el virrey de Andalucía, María! ¡¿Quieres ser grande de España…!? ¡Bésame y dime quién es, susúrramelo al oído, María…!
TORRES-MANSILLA
(Apareciendo los tres en la puerta)
¡General Llánez!
En ese momento aparecen en el escenario Castaño, disfrazado de capitán nacional y Fernández, de Franco, mirándolos con severidad.
CASTAÑO-OFICIAL
¡Arriba España! ¡¡Viva Franco!!
Estupor general.
TORRES, HERNÁNDEZ Y MIGUEL
¡Viva!
MIGUEL
(Aparte, en voz baja, a Torres y Hernández)
Coño, es Franco.
TORRES-MANSILLA
(Aparte, idem, a Miguel) Es Fernández disfrazado.
MARÍA TORRES
¿De verdad quiere saber quién es ella, General Llánez…?
(Se zafa del abrazo del General, se lanza sobre Franco y lo besa apasionadamente.)
¡Soy yo! ¡La cita era conmigo! ¡Pero ahora se que no me puedo fiar de usted!
GENERAL LLÁNEZ
…Hola, Paco…
CASTAÑO-OFICIAL
(Aparte a Franco, al oído)
¡Échale una bronca y vámonos!
FERNANDEZ-FRANCO
(Algo asustado por la responsabilidad)
…¡María…!
CASTAÑO-OFICIAL
(Ídem de antes)
¡A ella no, hombre, a Llánez!
FERNÁNDEZ-FRANCO
(Un poco discursivo)
¡General Llánez: apenas holladas las tierras de la fértil Andalucía! -que con valentía y amor a la patria has levantado para nuestra Causa- descubro en ellas, con tristeza, desorden y libertinaje…
CASTAÑO-OFICIAL
(Ídem de antes)
¡Más caña, Fernández!
FERNÁNDEZ-FRANCO
¡Llánez! ¡No desearás a la mujer de tu prójimo, dice la Iglesia, pilar fundamental del edificio Hispano, ahora y siempre…!
CASTAÑO-OFICIAL
(Ídem de antes)
¡Al grano, Fernández!
FERNANDEZ-FRANCO
…Así pues, ¡cuánto menos a la de tu Caudillo! ¡En estos momentos cruciales de la historia, cuando nuestros sagrados valores libran la batalla definitiva contra el bolchevismo y por el Ser o no Ser de la Civilización…
(Los otros se miran con espanto)
…nosotros debemos luchar con el corazón caliente, sí: pero con la cabeza fría -así como el resto de nuestro cuerpo-, que debe consagrarse en cuerpo y alma -valga la redunfrancia- a nuestra santa Cruzada!
(Gestos de los demás indicando que corte ya, pero Fernández se ha crecido)
¡Esta mujer, ejemplo perfecto de la degradación moral y de la perversión de costumbres a la que esta república desviada abocaba a nuestra sana muchachada…!
(María le mira con espanto también, y luego sonríe al boquiabierto Llánez)
¡…ha encontrado en mi corazón un amor casto y puro -¡redentor!-, que no menoscaba en nada el que siento por mi querida esposa, doña Carmen, y que en nada se parece a la babeante y ruín parodia de cariño humano que acabo de ver! ¡Llánez: me has defraudado! Y me voy. Hala, María, vamos.
Con un gesto de cabeza indica a los otros que le sigan y salen ambos.
HERNÁNDEZ-CORONEL
(A Llánez)
General: requisaremos su vehículo oficial para salir de aquí. (Llánez asiente, superado) Ya le informaré.
Saluda y sale.
TORRES-MANSILLA
(Casi excusándose, a Llánez)
…él es así… (Llánez asiente) …Suerte…!
Salen todos. Llánez sólo.
GENERAL LLÁNEZ
¡Dios mío! ¡…viva la república!
Oscuro
- Epílogo
En el oscuro el video aparece mostrando un mapa de España, con Sevilla marcada. Una línea roja animada va trazando el viaje del coche hacia Madrid. (¿Tal vez en un ventanita de video se ve la imágen de la compañía, de espaldas, aún vestida de militar, dentro del coche, hablando?). Unos subtítulos explican:
SUBTÍTULOS VIDEO
Y así la compañía de teatro de María y José Torres pudo emprender por fin su viaje de vuelta hasta Madrid.
Mientras vemos la imágen, el progreso de la línea, oímos un DIÁLOGO EN OFF
FERNANDEZ-FRANCO
(Off)
«¡Españoles, yo os prometo que dirigiré con mano firme el timón de la nave del Estado…!»
TORRES-MANSILLA
(Off)
¡Déjalo ya, Fernández, qué pesado…!
HERNÁNDEZ
(Off)
¡Vivan los secundarios! ¡Y algún día yo haré Shyloc!
FERNANDEZ-FRANCO
(Off)
«¡…Tan firme, españoles, que no lo soltaré ni un momento…!»
CASTAÑO
(Off)
A mí también me cansa este Franco.
MARÍA TORRES
(Off)
Pues lo llevas claro…
FERNANDEZ-FRANCO
(Off)
«…ni para ir al baño…!»
La línea roja llega hasta Madrid.
SUBTÍTULOS VIDEO
Donde, entre bombardeos y espías de verdad repusieron, con gran éxito, La república de Hamlet.
En el oscuro oímos las voces de Hamlet. Cuando se hace la luz, en el espacio vacío, Polonio y el Rey.
POLONIO
Ofelia ya está en su puesto, camarada Majestad, podemos escondernos. Le ha dado un libro para que su lectura dismule su soledad, ¡cuántas veces un semblante beato no enmascara al diablo mismo que nos habita!
REY
(Aparte)
Muy cierto… Esa reflexión golpea mis conciencias, incluída la de clase. El verdadero rostro de una vieja prostituta bajo sus pinturas no es más capitalista que mis actos, ocultos tras mis hermosas palabras… ¡una carga muy pesada!
POLONIO
Le oigo acercarse. Retirémonos, señor.
Polonio y el Rey salen entre patas. Entra Hamlet, con un librito. Mira al público.
HAMLET-TORRES
Ser o no ser, he ahí…
Un joven del público, ¿posiblemente el regidor de la compañía?, se levanta en el centro de la segunda o tercera fila y empieza a abrirse paso ostentosamente.
Todos los actores, incluído Miguel, se asoman entre cajas para ver el prodigio, y en el centro: María.
Hamlet-Torres señala al espectador con el dedo. Todos los actores miran a María, que sonrie con un gesto de «!Qué se le va a hacer!»
HAMLET-TORRES
¡…he ahí el problema!
Oscuro. Música final.
En un hueco de la música:
FERNANDEZ-FRANCO
(Off)
«Ni así me maten lo soltaré, no, no, no…!»
Sigue música y fin.