de Julio Salvatierra, a partir de la novela de Herman Melville.
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Nota: la presente adaptación está hecha pensando en actores en vivo (3) mezclados con elementos propios del universo del teatro de objetos o de títeres.
El uso de elementos objetuales que representan la «gran escala» (barco, océano, ballena…), está pensado para ser realizado por los mismos tres actores, que pasan -sin solución de continuidad- de «vivir la acción en persona» a «mostrar» mediante manipulación lo que sucede con los grandes elementos. Igual que hacen los niños en sus juegos.
Lo aquí escrito es una propuesta: queda a la experimentación durante los ensayos el comprobar su viabilidad y, en su caso, llevar este juego hasta donde el cuerpo aguante.
Escena 01. Prólogo.
Ruido de olas contra las rocas. Ecos de una vieja canción de marineros, mezclada con un sonido extraño. De la oscuridad emerge Ismael, agarrado a una cuerda mientras se balancea. Poco a poco iremos viendo que parece estar sobre la cubierta de un barco que se mece con las olas. Otea el horizonte. Al cabo de unos momentos habla directamente al público.
ISMAEL
¿Oís? Si escucháis bien, entre la música de la canción se oye también la voz de una ballena. Las ballenas no saben cantar. Pero desde que las oí por primera vez, siempre me ha parecido que había mucho de música en su voz. Podéis llamarme Ismael, y la historia que vengo a contaros es una historia de odio. La historia de un hombre que odiaba a una ballena. Aquel hombre se llamaba Acab. El capitan Acab, un experto cazador de ballenas, y yo le conocí hace unos años…
En otro lugar del escenario vemos (objetos manipulados por los otros dos actores) un pequeño bote con dos marineros y con Acab, armados con arpones, cabeceando en un mar embravecido. Ruído de tormenta. En el agua turbulenta y oscura que les rodea nos parece adivinar de vez en cuando una gran forma viva que se mueve, rozando la superficie. Quizás intuimos en esta gran ballena varios arpones clavados sobre su cuerpo. Oímos las voces lejanas de los marineros (realizadas por los dos actores-manipuladores).
MARINERO 1
¡A estribor!
MARINERO 2
¡Está subiendo, bajo el agua!
MARINERO 1
¡Ahí viene, cuidado, capitán Acab!
ACAB
¡Dejad que venga esa maldita!
MARINERO 1
¡Nos va a embestir!
ACAB
¡No se atreverá!
El bote cabecea fuertemente como empujado desde abajo por la ballena.
MARINERO 2
¡Cuidado! ¡Nos ha empujado!
MARINERO 1
¡Está jugando con nosotros!
ACAB
¡Veremos al final quién gana este juego!
Ismael continúa hablando, desde su mundo.
ISMAEL
Me contaron que un año antes de conocerlo, el capitán Acab había intentado cazar a una gran ballena blanca. Una ballena que parecía más inteligente y astuta que las demás. Y también más malvada, según decían…
El bote parece cabecear menos que antes.
MARINERO 2
¡Ha desaparecido!
Pausa en tensión.
ACAB
Silencio… No se ha ido. Está ahí, lo se…
Todos escuchan. El bote cabecea en silencio. Ismael contempla la acción aguantando la respiración.
Súbitamente vemos como si se levantara el mar junto al bote…
MARINERO 1
¡Cuidado!
MARINERO 2
¡A su espalda, capitán!
MARINERO 1
¡Cuidado con su boca…!
ACAB
¡Hija de satanás…!
En medio de grandes gritos la erupción marina, en la que intuimos a la ballena, envuelve y aplasta al bote que zozobra y se da la vuelta, entre el estruendo de las aguas agitadas. Se hace el oscuro sobre el naufragio.
ISMAEL
Aquel día el Capitán Acab tuvo mucha suerte, y no estoy de broma: la ballena destrozó su bote, sus marineros se ahogaron y él fue herido, sí, y estuvo a punto de morir, pero no murió. Si no, yo no hubiera podido conocerlo un año después, cuando me embarqué por primera vez en un barco ballenero…
Pero será mejor que empecemos por el principio…
Escena 2. Ismael y Kikeg se conocen.
Mientras habla, Ismael va metiendo algo de ropa y sus pertenencias en un petate.
ISMAEL
Hace unos pocos años, en mil ochocientos no-sé-cuántos, tampoco hay que ser exactos, yo estaba sin dinero y algo triste, en tierra, así que decidí embarcarme. Hacerme a la mar siempre me alegra el espíritu. Pero esta vez decidí embarcarme en un barco ballenero…
En algún lado del escenario aparece la ballena de Ismael (sombras, telas, video animación…?)
Yo no había visto ninguna ballena de cerca. ¿Y vosotros? No, no me refiero en fotos, o en imágenes. Me refiero al natural, a estar cerca de ella, hasta poder tocarla, oírla respirar… Yo quería tocar a una ballena, ¿sabéis? He sido marinero muchas veces, pero siempre las había visto a distancia, desde la cubierta de los barcos mercantes… pero acercarme hasta verles los ojos, tocarlas, olerlas, oírlas… me fascinaba…
Si se optara por usar video proyección (sobre una vela, una superficie de madera, el suelo, etc.), podría trabajarse este pequeño monólogo de forma artística…
Una ballena puede llegar a medir hasta treinta metros de largo, y pesar más de ciento cincuenta toneladas, es el mayor animal que jamás haya existido, mucho mayor que cualquier dinosaurio. La mayoría no tienen dientes y sólo comen sopa -en serio, sopa de pescado, por eso son tan grandes, la sopa es lo mejor… bueno, lo retiro, donde está una buena hamburguesa que se quite la sopa… Pero también hay algunas ballenas que sí pueden comer hamburguesas y más cosas… son los cachalotes, que sí tienen dientes: así (con las manos marca unos 25 centímetros) y pesa un kilo cada diente… como los dientes de Moby Dick, la ballena que se comió la pierna del capitán Acab…
Ismael, acabado de hacer el equipaje, se pone su pesado capote de marinero, su gorro, y coge su petate.
Pero no adelantemos acontecimientos: la paciencia es fundamental para un marinero, y no te digo para un pescador…
Así que cogí mis cosas y me fuí a Nantucket, que es el puerto americano desde donde salen todos los barcos balleneros, para buscar uno que me aceptara como marinero. Pero llegué ya de noche, aquí que tuve que buscar una posada para dormir…
Ismael va buscando en varias puertas, pero en todas pone: «no hay habitaciones», «completo», «largo de aquí», etc. Hace frío, viento y llueve. Ante eso se decide a llamar a la puerta de una de ellas, la Posada del Chorro. Se abre la parte de arriba de la puerta y una cara de pocos amigos aparece en ella.
ISMAEL
Necesito una habitación para pasar la noche.
POSADERO
Está todo completo, marinero.
Se cierra la puerta. Ismael vuelve a llamar.
ISMAEL
Puedo dormir en el suelo, en un rincón…
POSADERO
Las ratas duermen en el suelo, marinero. Y en esta posada no hay ratas.
Vuelve a cerrar la puerta. Ismael se da la vuelta para irse. Una rata sale corriendo de debajo de la puerta y desaparece por otro lado. Ismael se la queda mirando. La puerta vuelve a abrirse.
POSADERO
Un momento, marinero. Si no te importa compartir la cama con un arponero que acaba de volver de matar ballenas, tengo sitio.
ISMAEL
¿Un arponero?
POSADERO
Sí, un arponero.
ISMAEL
…si acaba de volver de viaje estará cansado.
POSADERO
(Riendo a carcajadas)
Mejor para tí. Dormirá como tronco.
ISMAEL
No se… ¿es buena gente?
POSADERO
(Volviendo a reír a carcajadas)
Si, es extranjero, pero es buena gente. Creo.
ISMAEL
(Temblando de frío bajo la lluvia)
Bueno, de acuerdo.
POSADERO
Es la última habitación. Él salió después de cenar y aún no ha vuelto. Pasa y no le esperes. Está intentando vender su cabeza.
ISMAEL
¿Su cabeza?
POSADERO
Sí, la última que le queda. ¡Pero pasa ya! Mañana será otro día. A dormir. Es tarde.
El Posadero cierra la parte de arriba y luego toda la puerta se abre. Ismael entra en la habitación. Hay una cama y a sus pies un gran baúl de madera. Observa.
ISMAEL
¿Está intentando vender su última cabeza…? Creo que me he metido en una casa de locos.
Examina un gran arpón de mango de madera y afiladísima y larga cuchilla. Examina una especie de poncho de colores decorado con colmillos de foca, y una fea máscara ritual polinesia…
De locos peligrosos…
Con aprensión deja el petate, se quita su capote y su chaqueta, y se sienta en la cama. Poco a poco, sin dejar de mirarlo todo y tras acercar su petate a la cama, al alcance de su mano, se quita los zapatos y se mete en la cama.
Un extranjero… que intenta vender su cabeza… creo que no voy a pegar ojo.
La luz baja. Ismael cierra los ojos. Al poco los abre: Kikeg llega, con un pequeño farol. Sin darse cuenta de que hay alguien más en su habitación deja su bolsa, se quita sus abrigos, sus zapatos, sus pantalones y en ropa interior se dispone a meterse en la cama. Tiene el cuerpo y la cara todo tatuado. Pero antes saca de la bolsa un extraño objeto negro y peludo, vagamente asimilable a un ídolo, y poniéndolo en el suelo, junto a la máscara polinesia, se arrodilla frente a él y le reza algunas oraciones salmodiadas. Luego lo guarda, apaga su luz y se mete en la cama. Al sentir la presencia de Ismael en la cama empieza a tocarle a ver qué es.
ISMAEL
¡Eh, hola, perdón, soy, el posadero me…!
KIKEG
¡Eh! ¿Quien demonios usted? ¡Eh!
Kikeg se levanta de un salto y empuña su arpón, amenazando a Ismael.
ISMAEL
¡Eh, eh, eh, deja eso…!
KIKEG
¿¡Quíen demonios usted?! Eh, si no habla yo mato…!
ISMAEL
¡Tranquilo! ¡Patrón! Tranquilo, el patrón… ¡despierte!
KIKEG
¡Hablar! ¡Decirme quién ser o yo te mato, maldito!
Ismael salta de la cama y Kikeg lo arrincona blandiendo el arpón en un rincón.
ISMAEL
¡Patrón! ¡Por favor, socorro! Patrón!
La cabeza del patrón se asoma por la puerta, ¿con un farol? La luz sube.
POSADERO
Tranquilo, no tenga miedo. Kikeg no le va a hacer nada.
ISMAEL
¿Por qué no me dijo que era un salvaje caníbal!?
POSADERO
Le dije lo de la cabeza, creí que me había entendido.
ISMAEL
¿Qué cabeza?
POSADERO
Kikeg, enseñale tu cabeza.
Kikeg saca de la bolsa una cabeza humana disecada y reducida de tamaño y se la enseña.
KIKEG
¿Tú querer comprar?
ISMAEL
No.
POSADERO
Cabezas humanas reducidas, se venden como recuerdos.
KIKEG
Vendo barata.
ISMAEL
No. Gracias.
POSADERO
Hala, Kikeg, él duerme con tú, ¿entendido?
KIKEG
(Sonriendo)
Muy entendido.
POSADERO
Pues buenas noches.
Sale la cabeza del posadero. Kikeg deja el arpón junto a la cama, y abriendo las sábanas le hace un amable gesto a Ismael para que se acueste. Ismael, torpemente, le da las gracias con otro gesto y se acuesta. Kikeg se acuesta después de él, y baja la luz nuevamente. En la semioscuridad se oye.
ISMAEL
¿Así que te llamas Kikeg y eres arponero?
KIKEG
Sí.
ISMAEL
Yo me llamo Ismael, y quiero embarcarme a la caza de las ballenas.
KIKEG
Muy bien.
ISMAEL
…Buenas noches.
Kikeg ronca.
ISMAEL
¡…Maldito salvaje!
Escena 3. Vamos a buscar barco.
Por la mañana, sólo en la habitación, mientras se viste.
ISMAEL
Pero la noche pasó sin problemas y al final me dormí como un bebé. Kikeg roncaba como un babuino constipado y vendía cabezas humanas pero era mejor persona que muchos prestamistas y banqueros que conozco, así que en pocos días nos hicimos muy amigos…
Kikeg entra con una gran hogaza de pan y un caldero de comida.
KIKEG
Traigo desayuno de Ismael y Kikeg, abajo marineros comen todo, tu duermes como marmota.
ISMAEL
¡Gracias, Kikeg! ¿Otra vez sopa de pescado?
KIKEG
Patron solo sabe sopa pescado, diez años aqui siempre solo sopa pescado. Pero buena. Sienta aquí, sobre baúl, mi baúl, buen baúl.
Los dos se sientan a comer con dos cucharas del mismo caldero.
ISMAEL
¿Siempre llevas contigo este baúl?
KIKEG
Sí, si algún día muero, puede servirme de caja.
ISMAEL
¡Falta mucho para que mueras!
KIKEG
Nunca sabes. De todas formas, ahí me caben todas mis cosas. Viajes de ballenas son largos.
ISMAEL
¿Cuánto tiempo duró tu último viaje cazando ballenas?
KIKEG
Tres años y mitad de año.
ISMAEL
¿Y en todo ese tiempo nunca bajaste a tierra?
KIKEG
No, en tierra no ballenas.
ISMAEL
Uau. ¿Y cuántas cazásteis?
KIKEG
Más de cuarenta. Buen viaje. (Agarra y enarbola el arpón) ¡Con esto!
Kikeg hace pasar la punta del arpón cerca de la nariz de Ismael.
ISMAEL
¡Cuidado, que no soy una ballena!
Kikeg arponea la hogaza de pan y diestramente usa el arpón para acercarla.
¿Siempre usas un tenedor tan grande?
KIKEG
(Ríe)
Mi arpón es todo para mí. Con él doy en manzana a treinta metros de distancia.
ISMAEL
(Sonriendo incrédulo)
¿Treinta metros? No me lo creo, amigo.
KIKEG
Yo demuestro.
ISMAEL
A ver.
(Levantándose y encarándose con el público)
Por esta ventana puedes tirar tu arpón, a ver si le das a aquella lechuga de allí. (Señala a alguien de entre el público)
Kikeg se levanta y apunta con su enorme arpón a donde señala Ismael.
ISMAEL
(Cuando Kikeg está a punto ya de lanzar)
¡Espera! No, esa lechuga es muy fácil. Mejor allí, a esa calabaza (Señala a otra persona) Entre ese grupo de melones, la amarilla (dice el color adecuado)
Kikeg apunta nuevamente, pero esta vez es el propio Kikeg el que cambia de opinión cuando está ya a punto de lanzar.
KIKEG
¡No, no, espera! Así muy fácil. Yo en mar disparo desde barca, que se mueve mucho. Mira.
Kikeg se sube en la cama.
Tú mueves cama conmigo encima, así es como barca ballenera.
ISMAEL
De acuerdo.
Empieza a subir y bajar la cama de un lado, Kikeg mantiene el equilibrio mientras apunta al lugar señalado. El arpón amaga amenazando a toda la platea. Cuando está a punto de lanzarlo, se asoma la cabeza del patrón.
POSADERO
(Al verlos)
¡Eh! ¡Canibal, baja ese arpón! ¿Estás loco?
Ambos se detienen.
ISMAEL
Me iba a enseñar lo bien que arponea dándole a una calabaza a treinta metros.
POSADERO
¡Treinta bastonazos os daré como toquéis una sola de mis calabazas! ¡Un merluzo y un besugo, es lo que sois!
ISMAEL
Perdón.
POSADERO
Perdonado. La vida es corta. Dicen que hay un barco ballenero que está buscando marineros. Id al puerto dentro de media hora.
ISMAEL
¡Gracias, patrón!
POSADERO
De nada. Y tú guarda ese arpón para las ballenas.
Sale el posadero.
KIKEG
(A Ismael)
Tendrás que esperar caza de ballena para ver Kikeg disparar arpón.
ISMAEL
¿Cómo es?
KIKEG
Como es ¿qué?
ISMAEL
Una ballena de cerca.
KIKEG
Sube.
Ismael sube a la cama/barca. Todo el resto del escenario se sume en la penumbra. Como fondo del monólogo de Kikeg, vemos aparecer la forma o la sombra de una gran ballena, más o menos real, por algún rincón del escenario o del teatro.
KIKEG
(Canta, como en un ritual)
Vieja ballena extraña, entre galerna y tormenta
vives en el oceáno, tu hogar.
Eres grande en el poder que no se inventa
Reina sin fronteras de la mar.
Esta es canción de balleneros. Mira (señala) desde allí, hasta allí es de grande una ballena, veinte veces esta barca. Pero es animal noble, pacífico, si tú no atacas. El surtidor de su respiración llega a diez metros de altura. Cuando te mira uno de sus ojos, te ve… Y cuando van en manada, las madres juegan con los hijos, y hablan entre ellas, y mi espíritu sabe cuándo están alegres, porque las oigo. Me gustan las ballenas, ¿sabes? Pero tenemos que cazarlas. Las respeto, pero les clavo el arpón: aceite de ballena mucho dinero, muchos marineros viven de aceite. Lo usan todos para dar luz: por eso en barco ballenero hay siempre muchos faroles. Ballena es importante, por eso nosotros también somos importantes. Si tú respetas a tu enemigo, tu enemigo te respetará a tí, aunque tengáis que pelear, así funciona el mundo.
ISMAEL
¿Una ballena podría hundir una barca de arponeros, como esta?
KIKEG
(Riendo)
¡Como a cáscara de nuez! Con cabeza, o con cola, o tirando de cuerda que sujeta arpón… En muchos viajes se hunden una o dos.
ISMAEL
Pero no puede hundir un barco.
KIKEG
Dicen que sí puede.
ISMAEL
¿A tí te ha pasado?
KIKEG
No, pero me lo han contado. Ballena grande, enfadada y mala, hunde barco. También depende de barco. Si es nuevo y fuerte más difícil.
ISMAEL
¿Y cómo será ese barco que nos ha dicho el posadero?
KIKEG
Vamos a verlo. Yo embarcaré en barco que tú embarques.
ISMAEL
¿Por qué? Si nos acabamos de conocer.
KIKEG
Tú ahora eres mi amigo. Me gusta tener amigos.
ISMAEL
Gracias, Kikeg. Tú también eres mi amigo.
KIKEG
¡Vamos!
Salen.
Escena 4. Acab y el Pekod.
Sobre el escenario a oscuras una única luz ilumina a Acab, con una pierna hecha de mandíbula de ballena, que sostiene un barco entre sus manos. (Si hubiera alguna posibilidad de mostrar o sugerir alguna parte del barco a escala real (mástil, borda, timón, etc…) sería algo bueno.)
ACAB
(Habla manejando el barco entre sus manos, casi como un niño cuando juega)
Este es el mejor barco ballenero de toda la flota, tiene tres palos: es rápido y manejable. Lleva a 32 hombres de tripulación y cuatro barcas, para perseguir y cazar a las ballenas. Tiene grandes ganchos para colgar a las ballenas muertas de su palo mayor, y así poder sacar de ellas el aceite. El timón, está hecho de la mandíbula de una ballena, y sus dientes decoran toda la cubierta. Es un barco marinero, curtido en la caza de mil ballenas y sólo quiero enrolar a hombres expertos en ese arte. El nombre del barco es el Pekod, y yo soy su capitán. El capitán Acab.
Sube la luz y vemos a Ismael y Kikeg, que escuchaban al Capitán.
ISMAEL
Señor, deseamos enrolarnos. ¿Cuánto tiempo cree que durará el viaje que ahora emprende su barco?
ACAB
Todo el que sea necesario.
ISMAEL
¿Necesario para qué?
ACAB
Para cumplir su misión.
ISMAEL
¿Y qué misión es esa?
Pausa
ACAB
¿Qué misión suelen tener los barcos balleneros?
ISMAEL
Cazar ballenas.
ACAB
Pues esa misma será la misión del Pekod.
Ismael y Kikeg se miran.
ACAB
(A Kikeg, que lleva su arpón en la mano)
Tú eres arponero, ¿verdad?
KIKEG
Puedo dar en el ojo de una ballena a 30 metros.
ACAB
(Señalando fuera de escena?)
¿Ves aquel poste de allí? (Kikeg asiente) A ver si le das desde aquí.
Kikeg aparta a Ismael, contempla cuidadosamente el objetivo. Empuña el arpón, apunta y lo lanza como si fuera una jabalina. El arpón desparece fuera de escena. Ismael mira a Kikeg y al capitán Acab con asombro. Pequeña pausa.
ACAB
Estás contratado.
Ismael hace un gesto de alegría.
KIKEG
Gracias, señor capitán. Voy por arpón. Es importante.
Kikeg sale.
ACAB
(A Ismael)
¿Y tú qué experiencia tienes?
ISMAEL
He sido marinero en la marina mercante durante más de diez años.
ACAB
Eso no sirve. ¿Nunca has ido a cazar ballenas?
ISMAEL
No, pero aprendo rápido.
ACAB
Pero no en mi barco. Lo siento, no hay trabajo para tí.
ISMAEL
Pero señor…
Kikeg vuelve con su arpón.
ACAB
Es mi última palabra. (A Kikeg) Tú, sube a firmar el contrato, por favor.
KIKEG
(Por Ismael)
¿Y él?
ACAB
Él no.
KIKEG
Entonces yo tampoco.
ACAB
Te pagaré mejor que nadie. Necesito buenos arponeros.
KIKEG
No, lo siento, señor. Vámonos, Ismael.
Kikeg e Ismael inician la salida.
ACAB
Esperad. (A Ismael) ¿Dices que aprendes rápido?
ISMAEL
¡Sí, señor! Y sé llevar un barco, cocinar y remar como el mejor.
ACAB
¿Por qué quieres ir a cazar ballenas?
ISMAEL
(Sin saber muy bien qué decir)
Me gusta la aventura, señor… y la ballena es un animal que me intriga. Quiero verlas más de cerca…
Pausa.
ACAB
Y las verás. Te aseguro que las verás muy de cerca. Venid los dos a mi cabina, estais contratados. Subid ahora porque zarpamos con la marea, dentro de dos horas. Todo el resto de la tripulación ya está a bordo.
Acab sale. Ismael hace un gesto de alegría.
ISMAEL
(A Kikeg, en voz baja)
Gracias, amigo, si no es por tí no me coge.
KIKEG
De nada.
Kikeg se queda contemplando el barco.
ISMAEL
¿Qué pasa? ¿Vamos a firmar, no?
KIKEG
He oído hablar de este capitán Acab.
ISMAEL
¿Y qué has oído?
KIKEG
Te lo contaré cuando estemos en el mar. Es hombre extraño.
ISMAEL
Ah, yo creí que todos los capitanes balleneros eran así, ¿no?
KIKEG
No. Este es diferente. ¿Has visto su pierna de hueso de ballena?
ISMAEL
Sí.
KIKEG
Dicen que ballena arrancó pierna de un bocado en ultimo viaje suyo.
ISMAEL
Pero si la mayoría de las ballenas no tienen dientes.
KIKEG
Cachalotes sí dientes. Fue un cachalote. Blanco.
ISMAEL
Bueno, así en este viaje tendrá más cuidado.
KIKEG
Supongo, es hombre extraño… Pero vamos. La vida es corta, como dijo posadero.
Ambos suben al barco. Oscuro.
Escena 5. Acab y su ballena.
Cubierta del barco, por la noche, en el mar. En lo alto de las dos cofas, situadas en el palo mayor y en el palo de trinquete, Kikeg e Ismael hacen guardia. El balanceo del barco es perceptible durante toda la escena.
ISMAEL
(Llamando en voz baja)
¡Kikeg…! ¡Kikeg…! ¿Estás ahí…? ¿Estás despierto…?
Pausa
¡Kikeg…! ¡Caníbal del demonio, responde!
KIKEG
¿Qué pasa, cristiano mandón?
ISMAEL
¿Estás despierto?
KIKEG
¿Tú qué crees?
ISMAEL
Ya me cuesta mantenerme despierto, llevamos toda la noche aquí subidos, vigilando.
KIKEG
Pero aún no hay ballenas.
ISMAEL
Oye, entonces cuéntame cómo perdió su pierna el capitán Acab.
¿Quizás vemos en un globo de luz aparte, mientras habla Kikeg, la misma acción que vimos en el prólogo: Moby Dick saltando y cayendo encima del bote ballenero?
KIKEG
Me contaron fue cazando gran cachalote blanco. Capitán iba en bote, de arponero. Ballena se revolvió, hundió bote y mordió capitán en la pierna.
ISMAEL
¿Cómo es de grande la boca de un cachalote?
KIKEG
Como tres veces tu altura.
ISMAEL
¿Se lo podía haber comido?
KIKEG
Sí. Cachalotes comen calamares gigantes, de mas de 20 metros de largo. Pero capitán Acab viejo, seguro no tiene buen sabor.
Ríen.
ISMAEL
Sí, un poco rancio sí debe estar…
KIKEG
(Riendo)
La ballena lo escupió… A mí tampoco me gustan hombres viejos, tienen carne dura.
Ismael lo mira fíjamente, asustado.
Kikeg rompe a reír.
KIKEG
Es broma. Me llaman caníbal por tatuajes, pero no como gente. Mi abuelo sí comía… eran tiempos otros.
El capitán Acab aparece por cubierta, paseando, solitario. Su pierna de hueso suena marcando un ritmo extraño sobre la madera de la cubierta.
ISMAEL
¡Shh! Cuidado, ahí está el capitán.
KIKEG
Desde abajo lo que hablamos aquí arriba no se oye, si hablas bajo. Pero nosotros le oímos a él, porque la voz sube.
ISMAEL
¿Qué hace?
KIKEG
No puede dormir, pasea, piensa.
ISMAEL
¿En qué crees que piensa?
KIKEG
No lo sé.
Acab pasea. Ismael y Kikeg lo miran desde sus cofas de vigía. Al cabo de unos instantes, Acab se detiene mirando por la borda.
ACAB
(Hablando sólo, o quizás con Moby Dick)
Mi pierna antes no sonaba así. Yo era capaz de arponear cinco ballenas en un día, y subir a la cofa del palo mayor sin despeinarme. Era fuerte, y ágil. Era capaz de cualquier cosa. Pero tú has empezado a matarme, Moby Dick. Me has arrancado una pierna, y ahora me siento débil, viejo, y he visto de cerca a la muerte. Pero no me asustarás, vieja ballena. Aún soy capaz de enseñarte de lo que es capaz un hombre valiente. He organizado este viaje sólo para tí.
Moby Dick aparece en toda su fuerza, como un ser temible, ante los ojos de Acab.
Sí, te veo, vieja ballena, estás hecha para infundir el terror en mi corazón, pero no lo conseguirás.
ISMAEL
(A Kikeg, en voz baja)
Está hablando con una ballena, pero ¿tú ves algo?
KIKEG
No. No hay ballena aquí. Sólo en su imaginación.
Moby Dick salta y desafía a Acab.
ACAB
¡Ven! ¡Maldita ballena! ¡Ven! Eres monstruosamente grande, pero en tí también hay belleza. La belleza de la vida y de la muerte. Aún no me ha llegado la hora de morir, pero si lo hiciera, te juro que no te tengo miedo, y que te he de arrastrar conmigo a las profundidades! ¡Ven! Y dime aquí al oído donde puedo encontrarte…
Moby Dick se aleja y desaparece.
¡No, no te vayas! Aunque te escondas en el océano más remoto te he de encontrar.
Acab sale, renqueando con su pierna de hueso sobre la madera.
ISMAEL
Kikeg…
KIKEG
¿Si?
ISMAEL
¿Todos los capitanes balleneros suelen estar tan locos?
KIKEG
Me temo que no. Creo nos ha tocado más loco de todos. Pero también es gran capitán. Sabe todo sobre navegar y sobre ballenas.
ISMAEL
A mí me da miedo. Yo no me he embarcado para ir a la caza de una ballena asesina, yo quiero ballenas normales… Creo que deberíamos hablar con él.
KIKEG
¿Con capitán? En barco ballenero no se discute capitán. Se hace lo que ordena, punto.
ISMAEL
Pero aún así podemos preguntarle, ¿no?
KIKEG
Pregunta tú, yo no me atrevo. Ni se atreve resto tripulación.
ISMAEL
De acuerdo, lo haré yo. Durante el desayuno. Ahora vigilemos, que ya está amaneciendo.
Ambos callan y continúan oteando el horizonte. Oscuro.
ESCENA 6. Hablan con Acab.
Amanece en el barco. Ismael y Kikeg han bajado de los mástiles y andan aparejando las velas en los mástiles. Acab también en cubierta.
ACAB
¡Izad la mayor! ¡Izad! Tira con fuerza de esa driza, tú el nuevo, marinero de agua dulce! ¡Arriba con ella!
Ismael y Kikeg tiran de las drizas que suben las velas.
¡Dáos prisa! ¡Caza más esa escota, Kikeg! Tenemos que aprovechar el viento del amanecer para avanzar camino. ¡No tenemos todo el día! Donde vamos está aún muy lejos, marineros.
KIKEG
(A Ismael)
Mira esas nubes, y este viento…
ISMAEL
Se avecina una tempestad. Creo que avanzaremos mucho camino.
KIKEG
El viejo estará contento.
ISMAEL
Dice que vamos muy lejos. ¿Dónde crees que iremos?
KIKEG
(Encogiéndose de hombros)
Donde nos lleve el viento.
ISMAEL
¿Y cuándo crees que volveremos?
KIKEG
Cuando lo quiera el mar.
ISMAEL
Me preocupa que este loco sólo quiera encontrar a esa ballena.
KIKEG
¿A Moby Dick?
ISMAEL
Sí… (Al capitán) Capitán Acab.
ACAB
¡No sueltes la driza, marinero! ¡Tira, tira!
Acab le ayuda a tirar de la cuerda.
El viento está despertando, y no pienso desperdiciar ni un soplo, quiero volar con este barco! ¡Tirad! ¡Tirad!
Kikeg se junta con ellos a tirar de la cuerda.
ISMAEL
(Sin dejar de tirar de la cuerda y trabajar)
Capitán, ayer hablaba con algunos de la tripulación y en general… bueno, nos gustaría saber dónde vamos.
ACAB
A cazar ballenas, marinero.
ISMAEL
Pero algunos dicen que este viaje es sólo para cazar a Moby Dick, aunque tengamos que ir al océano más remoto.
ACAB
(Enfadado)
¿A quién le has oído decir eso!?
ISMAEL
A usted, capitán. Ayer, mientras hacíamos guardia este y yo…
Kikeg se las apaña para quitarse de enmedio sin que se note. Ismael busca a Kikeg, pero no lo ve…
Bueno, yo lo oí, con eso me basta.
ACAB
(Amenazador)
Espiar al capitán es un delito que te puede costar muy caro.
ISMAEL
Lo siento, señor, pero no le espiaba. Usted vino debajo de donde yo estaba y se puso a hablar.
ACAB
No se puede negar que tienes valor.
ISMAEL
No creo que sea valor, señor, sólo digo la verdad, aunque pienso que eso ayuda a ser valiente.
ACAB
Un marino filósofo, lo que me faltaba. ¿Cómo era tu nombre?
ISMAEL
Ismael, señor.
ACAB
Muy bien, Ismael, pues yo también te diré la verdad. Claro que quiero cazar a Moby Dick: me ha dejado cojo, y no quiero que nadie piense que le tengo miedo a una ballena. Somos hombres, y el deber del hombre es dominar a la naturaleza, también la suya, por nosotros y por nuestros hijos, ¿no crees?
ISMAEL
No lo sé, señor, nunca lo habia pensado.
ACAB
Pero aunque quiera cazarla, no estoy loco. No pienso obligar a mis hombres a hacer nada que ellos no quieran, ¿está claro?!
ISMAEL
Sí, señor.
ACAB
Y ahora déjame decirte que aunque reconozco tu valor, esta ha sido la última vez que pones en duda mis órdenes. ¿Está claro?
ISMAEL
Sí, señor.
ACAB
¡Pues ahora todos a las velas, este viento será tempestad en menos de tres olas! ¡Asegurad las escotas! ¡Quiero volar!
KIKEG
Señor, ¿no es peligroso tanta vela en una tempestad?
ACAB
¿Quién es aquí el capitán, arponero? Sé lo que me hago, he vencido a tormentas mucho peores que esta. ¡Largad la vela de trinquete! ¡Ya tenemos aquí la tempestad!
Escena 7. La tempestad.
El pekod se debate entre olas enormes y relámpagos que rompen la penumbra. El ruído del mar y del viento es atronador. En un juego de luces relampagueantes vemos destellos del barco (objetos) sumergiéndose en el agua oscura y volviendo a salir; de hombres (reales) agarrados al timón y a las cuerdas; de maniobras en medio del viento y del balanceo constante…
CANCIÓN
Abrid el pozo del abismo:
el mar tiene hoy ganas de juego,
y traed el barco hasta lo hondo
y más abajo, hundidlo
por el borde líquido del mundo
hasta el fondo, fondo, fondo…
y vuelve
arriba, ya subimos
cabalga en el lomo de la ola,
como pez con mástiles de espuma…
y vuelve
abajo, nos hundimos
directos al centro del infierno
hombres huérfanos de orilla…
y vuelve
arriba, ya subimos
hasta rozar las nubes con las manos
y ver luz en la cúpula del cielo…
y vuelve
abajo, nos hundimos
en una espiral que baja oscura
al oscuro cimiento de este mundo…
y vuelve
arriba, ya subimos
de nuevo abrazando la esperanza
del que sueña vivir un nuevo día…
y vuelve
abajo, nos hundimos
en el vaivén eterno, en la locura
del baile feroz de la Tormentas…
arriba, arriba
arriba, ya subimos…
abajo, abajo,
abajo, nos hundimos…
ACAB
¡Allí, allí, mirad! ¡Es la ballena blanca!
ISMAEL
¿Dónde? ¡No la veo!
ACAB
¡Allí! Vigía, tú también la ves, ¿no es cierto?
KIKEG
He visto algo blanco, pero no se si es ballena o espuma, capitán.
ACAB
¡Es la ballena, vigía! ¡Maniobrad! ¡Todo a estribor!
ISMAEL
¡Señor, si viramos con este viento podemos volcar el barco!
ACAB
¡Quién es el capitán aquí!? ¡Virad el barco! ¡No volcará, arriad la vela de trinquete! ¡Rápido, o de una patada en el culo mi pierna de ballena os hechará al agua!
ISMAEL
¡Señor, creo que no es una ballena!
ACAB
¡Aunque no lo sea no dejaré de ir a comprobarlo! ¡Virad! ¡Virad!
KIKEG
¡Igual sí lo es!
ISMAEL
¡No lo es!
ACAB
¡Virad!
KIKEG
¡Sí es!
ISMAEL
¡No es!
ACAB
¡Virad hacia esa mancha blanca!
CANCIÓN
Arriba, arriba
ya subimos…
abajo, abajo
nos hundimos…
siempre firmes al timón, siempre adelante
porque la muerte llega sin aviso, navegante…
ACAB
¡Ceñid el viento!
KIKEG
¡Es una ola, señor, es una ola! ¡Ahora la veo!
ACAB
¡Seguid, seguid…!
Lentamente oscuro, sobre las maniobras.
ESCENA 8. Ni rastro de ballenas.
Mar en calma, cielo despejado. Ismael baldeando la cubierta con un cubo. Kikeg detrás, cepillándola con un cepillo.
ISMAEL
Yo ya te dije que no era una ballena.
KIKEG
Igual era, pero después se sumergió.
ISMAEL
Yo creo que el capitán tiene tantas ganas de verla que se la imagina.
KIKEG
Pero tú no sabes nada de ballena.
ISMAEL
Pero sé de hombres, y el capitán es un hombre extraño.
KIKEG
Eso dije yo primer día, antes que tu, pero es buen capitán. También arponero, él.
ISMAEL
Puede ser, pero no me fío.
KIKEG
¿Por qué? El dijo que no pensaba obligar hombres a hacer nada que no quieren, ¿o no dijo?
ISMAEL
Sí lo dijo.
KIKEG
Pues ya está. A mí basta con eso.
ISMAEL
No se, me preocupa.
KIKEG
¿Por qué? ¿Al final barco naufragó en tormenta?
ISMAEL
No, no naufragó, canibal cabezón.
KIKEG
Pues ahi está, cristiano sabetodo, es buen capitán. Basta con eso.
Pausa. Trabajan.
ISMAEL
No se si bastará un buen capitán para llegar a buen puerto, como no se levante algo de viento.
KIKEG
Mar es así. Hoy tormenta, mañana calma chicha. Hasta llegar al Pacífico Océano tenemos mucho tiempo. Y trae más agua, no seas rata, agua en mar no falta.
ISMAEL
¡Pero hay que subirla con el cubo!
KIKEG
¡Pues sube el agua! ¡Perezoso!
ISMAEL
¿Perezoso yo!?
Ismael le tira por encima el cubo de agua a Kikeg. Bromeando.
¡A ver si te lavas más a menudo, caníbal!
Kikeg coge otro cubo y le lanza el agua a Ismael.
KIKEG
¡Tú necesitas lavarte, que hueles peor que ballena muerta una semana!
Se persiguen con los cubos intentando bañar al otro, como un juego.
ISMAEL
¡Salvaje apestoso!
KIKEG
¡Cristiano maloliente!
ISMAEL
¡Ya te daré yo agua, a ver si aprendes a limpiar una cubierta!
KIKEG
¡Já! ¡Yo limpiaba cubiertas cuando tú aún ensuciabas pantalones!
ISMAEL
¡Ven aquí!
KIKEG
¡Toma agua!
ISMAEL
¡Toma!
Kikeg se hace a un lado y el agua va a dar toda en la cara de Acab, que acaba de aparecer. Los dos se detienen asustados.
¡Perdón, señor! Estábamos jugando.
Pausa amenazadora. Acab se limpia la cara con las manos. Parece que vaya a matar a Ismael. Se le acerca, le arrebata el cubo y parece que lo va a tirar por la borda (el cubo). Pero en el último momento se detiene y arroja el agua sobre la cara de Kikeg.
ACAB
¡Creo que esto era para tí, salvaje caníbal! (Ríe)
Luego coge el cubo que Kikeg lleva en las manos y arroja el agua sobre Ismael.
¡Y esto también te estaba destinado, filósofo cagón!
Se los queda mirando. Ambos están paralizados sin saber qué hacer.
¿Qué pasa marineros? ¿Nadie tiene el valor de mojar a Acab?
Los dos se miran unos instantes, y luego gritando corren a coger dos cubos y se dirigen a Acab, quien sin embargo ha sido más rápido y con otro cubo los riega de arriba a abajo.
¡Parecéis viejas reumáticas en vez de marineros! ¡Intentad coger a este cojo, ratas de agua dulce!
El juego se generaliza, como niños, persiguiéndose los tres por toda la cubierta, entre gritos. Al cabo de unos momentos, Ismael se separa del juego y se dirige al público. El juego desaparece poco a poco en el fondo.
ISMAEL
(Al público)
Acab siempre me sorprendía: desde luego era un gran marino, estaba un poco loco, como todos los marinos, y sabía mucho de ballenas. Toda la tripulación le respetaba, y a mí también, la verdad, al ver que me atrevía a hablar con él. Pero había algo en el Capitán que me ponía muy nervioso. Y necesitaba tiempo para entender qué era. Pero en un viaje ballenero si algo hay de sobra es tiempo… muucho tiempo…
Acab sobre cubierta y Kikeg en la cofa, de vigía.
ACAB
¿Ves ballenas, arponero? Alégrame el día…
KIKEG
Ninguna, capitán, el mar es vacío.
ISMAEL
(Al público)
Y así un día…
ACAB
¿Algún surtidor en el horizonte, arponero?
KIKEG
No se ve ninguno, capitán.
ISMAEL
(Al público)
…y otro día…
ACAB
¿Alguna señal?
KIKEG
Nada, capitán.
ISMAEL
(Al público)
…y otro día…
ACAB
¿Algo?
KIKEG
Nada.
ACAB
Maldita sea mi estampa.
ISMAEL
(Al público)
Durante un mes, hasta doblar el cabo de Hornos, al sur de África, no vimos ni una sola ballena.
KIKEG
El océano es ancho…
ISMAEL
Y largo.
ACAB
(Aparte, a la ballena)
Sé que estás ahí, Moby Dick, y te juro que te encontraré.
Sale Acab.
ISMAEL
(Al público)
Pero a los dos días de entrar en el Océano Índico…
KIKEG
¡Por allí resopla…! ¡Surtidor a babor! ¡Surtidores a babor!
Acab entra en tromba.
ACAB
¡Por fin! ¿Distingues qué ballena es, arponero!?
KIKEG
No, señor. Podría ser un cachalote, pero no es seguro..
ACAB
Dime que es blanca, marinero.
KIKEG
No lo veo bien, señor, está muy lejos. Y va siguiendo a una gran manada.
ACAB
¡Dá igual! ¡Las perseguiremos! ¡Virad a babor! ¡Arriad los botes! ¡Vamos a cazar ballenas!
ESCENA 9. A la caza de una ballena.
ISMAEL
(Al público directamente)
Aquella fue mi primera vez. Bajamos a un pequeño bote ballenero, y nos alejamos de la protección del barco grande, armados símplemente con arpones y con cuerdas, el valor de aquellos hombres me dejaba sin aliento…
Mientras habla Ismael maneja al Pekod y a un pequeño bote ballenero, el cual vemos cómo se separa del Pekod y se acerca a una ballena que nada tranquilamente.
Cambia el plano y vemos a los tres personajes en una sugerencia de barca ballenera. Kikeg, de pie en una proa inestable, con el arpón, Ismael remando y Acab en la popa de la barca al timón. La representación del mar y del lomo de la ballena en la parte «real» de acción de los actores -algo deseable-, queda a la inventiva y al estudio de viabilidad en los ensayos.
ACAB
(En voz baja)
¡Rema, marinero mercante, rema!
ISMAEL
¡Ya remo!
ACAB
(En voz baja)
No grites, que no nos oiga la ballena. ¡Y rema!
ISMAEL
(En voz aún más baja)
¡Ya remo!
ACAB
(En voz baja)
¡Demuestra que te contraté para algo bueno! ¡Rema o te mando a los infiernos!
ISMAEL
(En voz baja)
¡Ya remo!
ACAB
(En voz baja)
¡Rema más! ¡Más cerca!
ISMAEL
(En voz baja)
¡Ya remo!
ACAB
(En voz baja)
¡Un poco más…!
ISMAEL
(En voz baja)
¡Ya remo!
La barca se acerca a la ballena.
ACAB
(En voz baja)
¡Un poco más…!
La ballena los ve y se agita.
ACAB
(Gritando)
¡Nos ha visto! ¡Se va a hundir! ¡Lanza ese arpón, arponero! ¡Y si no haces presa vete preparando para una buena patada en el culo!
Kikeg lanza el arpón.
ACAB
¡Buen disparo, qué ojo tengo!
ISMAEL
!El ojo lo tendrá el caníbal, señor!
ACAB
¿Y quién contrató al caníbal, listillo? ¡Preparáos para cabalgar!
ISMAEL
(Al público directamente)
Cuando la ballena sintió el arpón, se lanzó en una carrera a toda velocidad, arrastrando a la barca por la cuerda.
Acciona los objetos de manera que vemos a la barca unida por una cuerda a un arpón clavado en la ballena, que la arrastra a toda velocidad.
Kikeg, acusando el balanceo intenso de esta súbita carrera, sujeta la cuerda que da varias vueltas a un bolardo (poste destinado a esa función) en la proa. Ismael levanta los remos y Acab se dirige a la proa cruzando la barca agitada.
ACAB
Vamos, arponero, acabemos con la tarea, ¿o voy a tenerlo que hacer yo todo? Vamos a acercarnos a esa ballena, a ver qué cara tiene.
Entre los dos empiezan a tirar de la cuerda, acortando la distancia que los separa de la ballena.
El de agua dulce, suelta esos remos y ayuda también.
Ismael agarra la cuerda y entre los tres tiran.
¡Tirad! ¡Tirad! ¡Tirad, por todos los demonios del mar! ¡Tirad! ¿Tenéis músculos de trapo y manos de mantequilla?! El arpón está bien clavado y no se soltará. ¡Acercadme a ese monstruo para que le haga cosquillas! ¡Tirad! ¡Un poco más cerca!
La barca ya está junto a la ballena, que cada vez nada más lentamente, cansada.
Ya, fija la cuerda y coje las lanzas, el primero que le de en el corazón ganará una moneda de plata. Tú (a Ismael) preocúpate de que la barca no vuelque con nuestros movimientos.
Kikeg y Acab arrojan o clavan varias lanzas sobre la ballena, desde la barca inestable. Ismael contempla la escena mientras contrapesa con su cuerpo el balanceo de la barca.
KIKEG
Esa le ha dado, capitán. En todo el corazón. Está agonizando.
ACAB
Bien hecho. Te la has ganado.
Le da una moneda de plata.
Tirad de la cuerda, acerquémonos y dejadme verla bien.
Tiran. Los tres miran en dirección de la ballena. Acab la ve por fin con claridad. Se desespera.
(Para sí) No ibas a tener tan buena suerte, Acab. ¡No es ella!
Acab mira a la ballena muerta y se calma.
(A Ismael) A esto venimos aquí, Ismael, a cazar a estos enormes animales. Tú querías ver de cerca a una ballena. Ya la has visto, ¿era esto lo que querías ver?
ISMAEL
(Impresionado)
No lo se… Es gigantesca. Y el agua está roja con su sangre…
ACAB
Que a veces se mezcla también con sangre de los hombres que venimos a cazarlas.
ISMAEL
Usted perdió su pierna cazando a un cachalote, ¿no es verdad, capitán?
ACAB
Muchacho, no tientes tu suerte preguntando cosas dolorosas que no quiero responder. Me caes bien, pero en un barco ballenero el capitán es dios. Esta maldita ballena no es Moby Dick. Así que haremos el trabajo y seguiremos hacia el Océano Pacífico. No pararé hasta encontrarla.
KIKEG
Pero hemos visto manada de ballenas muy cerca, señor, deberíamos buscarlas… podemos cazar muchas…
ACAB
Este es mi barco, arponero. Y seguiremos buscando a Moby Dick, hasta encontrarla. Luego cazaremos más. Tengo la mejor tripulación del mundo. ¿O acaso tú tienes miedo?
KIKEG
¿Miedo, yo? No señor.
ACAB
Mejor. Suelta cuerda y rememos hasta el barco, desde allí acercaremos la ballena. Esta noche le sacaremos el aceite y mañana seguiremos viaje. No quiero perder tiempo. Adelante.
Acab se sienta. Kikeg va soltando cuerda mientras Ismael rema de vuelta.
ISMAEL
(Al público directamente)
Y así acabó mi primera caza de ballena. Luego nos acercamos al Pekod, soltando cuerda, y desde él, tirando de la cuerda, acercamos la ballena muerta junto al casco del barco…
Vemos (objetos manejados por Ismael) cómo la barca se acerca al barco, unida por la cuerda a la ballena que flota en el agua, muerta.
Pero por la noche me esperaba otro trabajo que tampoco había hecho nunca…
Oscuro.
ESCENA 10. La grasa de la ballena.
Noche. Cubierta. Muchos faroles. Ismael y Kikeg aparecen acarreando cada uno, con ganchos, un gran trozo de la grasa de la ballena (bloques con formas cuboides de un material intermedio entre la mantequilla y el tocino, de medio metro de lado). Se dirigen a un gran caldero humeante y los echan en su interior. Junto al caldero, hay un barril abierto.
KIKEG
Aquí ahora fundimos estos bloques de grasa sacados de cuerpo de ballena y hacemos aceite.
ISMAEL
¿Y qué se hace con el aceite?
KIKEG
Se almacena en estos barriles en la bodega del barco. Y cuando volvamos a tierra se venden. De cada ballena salen diez barriles, más o menos.
ISMAEL
¿Y de la ballena entonces sólo se saca la grasa, que se hace aceite?
KIKEG
Es el negocio, lo que venden, pero también cocinero saca carne para tripulación, marineros huesos para tallar figuras, y otras cosas.
ISMAEL
¿Y lo que sobra?
KIKEG
Se devuelve al mar, de donde vino…
Propuesta al límite (objetos, manipula Acab): aparte en el escenario vemos al pequeño Pekod que sujeta una ballena medio fuera del agua, enganchada mediante un aparejo de polea a la punta del palo mayor. El cuerpo de la ballena no sale completamente del agua, pero aún así su peso hace inclinarse al barco de una forma extremada a casi cuarenta y cinco grados. El cuerpo de la ballena deja ver, en la parte de arriba, el esqueleto de la misma, como una sardina a medio comer. El aparejo suelta el cuerpo de la ballena, que se hunde, al tiempo que el Pekod, cabeceando violentamente recupera su posición normal. En escena Ismael y Kikeg simultáneamente acusan el violento balanceo. Desaparece la visión del pequeño Pekod.
ISMAEL
¿Y qué pasa con ese cadaver inmenso?
KIKEG
Tiburones están muy contentos con cazadores de ballenas. Ellos comen.
Ismael y Kikeg miran por la borda del barco el supuesto festín de los tiburones con los restos de la ballena.
ISMAEL
¡Hay cientos de tiburones!
KIKEG
A veces cazo alguno, para hacer collar con sus dientes. Se vende bien.
ISMAEL
¿Cuántas ballenas hay que cazar para que un marinero gane suficiente dinero?
KIKEG
Cincuenta ballenas es buen viaje. Quinientos barriles de aceite muuucho dinero, todos contentos. Vamos remover.
Ambos cogen sendos palos para remover el caldero de la grasa, mientras siguen hablando.
ISMAEL
No se…
KIKEG
¿Qué no sabe cristiano sabe-todo?
ISMAEL
Cuando cazábamos a la ballena, ¿no oías su voz?
Aparece en algún lugar la ballena de Ismael, una hermosa representación de un ser enorme, armónico en su medio, que evoluciona grácilmente.
KIKEG
Sí, se oía.
ISMAEL
Sí… No me gustó.
KIKEG
¿Su voz?
ISMAEL
No, cazarla. Aunque es tan gigantesca que parece un monstruo, su sangre era muy parecida a la nuestra. Y su voz…
KIKEG
¿Qué pasa con voz de ballena?
ISMAEL
Me pareció entender lo que decía.
KIKEG
¿Y qué decía?
ISMAEL
Dejadme ir, tengo aún mucho que hacer en esta vida.
KIKEG
(Riendo)
Cristiano sabe-todo es hombre sentimental.
ISMAEL
Puede ser. Pero esa ballena era como mi abuelo.
KIKEG
¿Tenías abuelo gigante?
ISMAEL
No, pero me produce un sentimiento igual, como respeto: es más grande que yo, no se, sabe cosas que yo no sabré jamás…
La ballena de Ismael hace ruídos, hablando a la manera de las ballenas. Desaparece.
KIKEG
Yo también respeto ballena. Pero todos somos cazadores. También respeto a mí mismo. A mi familia… Ayudame poner aceite en barril.
Entre ambos levantan el caldero y vierten su (presunto) contenido al barril. Luego van a por más grasa y la echan en el caldero, mientras conversan.
ISMAEL
Ya. Entiendo que eres un cazador. Pero no entiendo al capitán, ¿y tú?
KIKEG
No mucho. Entiendo quiere cazar ballena que arrancó pierna. Pero no entiendo que no persigamos manada grande que vimos ayer.
ISMAEL
Yo no entiendo que persiga a Moby Dick. Querer vengarse de un animal que sólo actúa por instinto es propio de un loco.
KIKEG
No se. Loco somos todos. El sabe de sí. Yo trabajo por dinero, si capitán no caza ballenas yo no gano nada. Eso es problema.
ISMAEL
A mi me preocupa estar bajo el mando de un loco obsesionado con una venganza.
KIKEG
Habla con él.
ISMAEL
¿Yo?
KIKEG
A tí él respeta.
ISMAEL
Pero me dijo que era la última vez que discutía sus órdenes…
KIKEG
Inténtalo.
ISMAEL
(Dudando con la cabeza)
No se si por la mañana me atreveré…
Siguen removiendo el caldero de la grasa.
Oscuro
ESCENA 11. Avistan a Moby Dick.
Día. El caldero y el barril han desaparecido. Ismael y Kikeg están enrollando las cuerdas de los arpones (estacha) en sus cajas de madera correspondientes.
ISMAEL
¿Cuantos metros de cuerda lleva atada cada arpón?
KIKEG
Doscientos metros cada uno. A veces ballena se hunde profundo, y hay que soltar mucha cuerda, o si no vuelca barca.
ISMAEL
Y cuando varias barcas tiran arpones a una misma ballena, como a veces pasa, ¿las cuerdas no se pueden hacer un lío?
KIKEG
Claro que sí. Sucede muchas veces. Y también cosas peores.
ISMAEL
¿Cómo qué?
KIKEG
Como que al lanzar arpón, cuerda sale volando entre marineros que reman en barca, que se mueve mucho, y alguna vez…
Le lanza una lazada de cuerda al cuello a Ismael.
ISMAEL
¡Eh, cuidado!
Kikeg tira de la cuerda suavemente, de broma.
KIKEG
Al tirar ballena, ¡zas! La cuerda ha ahorcado a algún marinero. O lo arrastra al agua y se ahoga… cuerda de arpón es peligrosa como ballena misma.
Kikeg ata el extremo de la cuerda a su arpón. Saca también su cuchillo y lo afila con una piedra.
ISMAEL
¿Vas a matar a una ballena a cuchilladas, pedazo de salvaje?
KIKEG
No, este cuchillo es para cortar cuerda si te atrapa. Deberías tener uno, cristiano sabe-todo, capitán tiene razón, tú marinero de agua dulce.
ISMAEL
(Sacando su cuchillo)
Yo ya manejaba cuchillos cuando tú aún eras un bebé.
Siguen enrollando más rollos de cuerdas.
KIKEG
¿Qué es bebé?
ISMAEL
Un niño pequeño que aún se caga encima.
KIKEG
En mi tierra niños ya nacen sabiendo dónde cagar.
ISMAEL
En tu tierra los hombres son tan chulos como en la mía, por lo que veo.
Acab aparece en escena con un catalejo, sin que los otros se den cuenta. Mientras hablan no dejará de otear el horizonte con él.
KIKEG
¿Qué es chulo?
ISMAEL
El hombre que cree que él es el mejor.
KIKEG
(Asintiendo)
Todos los hombres somos grandes bebés chulos, cristiano.
ISMAEL
En eso tienes razón, salvaje. Niños grandes y arrogantes.
ACAB
(Interrumpiendo)
¿¡En qué momento se me ocurrió embarcar a un marinero de agua dulce y filósofo¡? ¡Estás contagiando al resto! ¡Aquí se viene a cazar ballenas, no a pensar!
ISMAEL
Lo siento, señor. No puedo evitarlo.
ACAB
Sí, lo sé. A veces uno no puede controlar sus propios pensamientos, ¿verdad?
Pausa. Ismael y Kikeg se miran. Kikeg le hace un gesto de que hable ahora con el capitán.
ISMAEL
Los pensamientos son libres, señor, van y vienen como les da la gana. Pero no siempre hay que hacerles caso…
ACAB
Empiezo a conocerte, Ismael. Quieres decirme algo. Dilo.
ISMAEL
Creo que es de locos perseguir a un animal para vengarse de una herida que él sólo le hizo por el instinto de defenderse.
ACAB
Moby Dick ya ha atacado otros barcos.
ISMAEL
Porque siempre le han atacado ellos antes.
ACAB
Bien, por eso tengo la obligación de matarla antes de que vuelva a provocar más desgracias. ¿No estás de acuerdo, arponero?
KIKEG
Sí, señor, pero esa ballena es peligrosa, y hay manada grande cerca, mejor ir por manada.
ACAB
¿Tienes miedo?
KIKEG
No, señor.
ISMAEL
Capitán, esa arrogancia puede llevarle a la tumba…
ACAB
Somos niños arrogantes, ¿no?
ISMAEL
Y a su tripulación, también.
ACAB
Ah… Entonces el que tienes miedo eres tú.
ISMAEL
¡No, señor! Pero nuestra misión es cazar las ballenas que podamos buenamente cazar, para nuestras familias, no convertirnos en reyes de las ballenas y castigarlas cuando se rebelan! Eso es una locura.
ACAB
Llevo cuarenta años cazando ballenas, Ismael, y no puedo olvidar lo que me hizo Moby Dick. No se si me creo el rey de las ballenas, pero no puedo dejarla escapar, lo siento.
ISMAEL
¡Pero no puede arriesgar la vida de sus hombres por esa venganza personal!
Se oye el grito (off) de un vigía.
VOZ OFF
¡Ballena a barlovento! ¡Ballena a estribor!
Acab inmediatamente mira a través de su catalejo.
ACAB
Reconocería esa joroba blanca en cualquier parte. ¡Es Moby Dick! ¡Es la ballena blanca! ¡Virad a estribor!
Se vuelve hacia Ismael y Kikeg.
¿Quién de vosotros quiere ayudar a este capitán cojo a cazar esa ballena? ¡Sabéis que yo solo no puedo hacerlo! ¡Sois la mejor tripulación del mundo! ¡Después de Moby Dick os prometo que cazaremos cien ballenas! ¿Quién ayudará a su capitán? ¿Quién cumplirá su deber y demostrará al mundo que el Pekod es el mejor barco? ¿Quién es el hombre que en los momentos duros sabe dominar su miedo?
KIKEG
¡Yo, señor!
Se oyen voces off: ¡yo también! ¡Y yo! ¡Le ayudaremos capitán!
Ismael y Kikeg se miran.
(A Ismael) Tengo que ir.
ISMAEL
(Suspirando)
Yo también voy. Soy parte de esta tripulación.
ACAB
¡Todos a los botes! ¡Preparad los arpones, cazadores!
Transición
ESCENA 12. El combate.
ISMAEL
(Al público)
Y así comenzó mi segunda vez, en la caza de las ballenas…
Vemos (objetos manejados por Ismael) cómo la barca ballenera se aleja del Pekod siguiendo a Moby Dick.
De nuevo en la inestable barca, Acab al timón, Ismael y Kikeg en los remos.
ACAB
(Al timón)
¡Remad, remad!
Ismael y Kikeg reman los dos.
ISMAEL
¿Por qué ahora no habla en voz baja, capitán?
ACAB
Esta ballena ya sabe que estamos aquí. Aunque disimule nos está esperando. ¡Remad con fuerza!
ISMAEL
(A Kikeg)
El viejo va a conseguir asustarme.
KIKEG
(A Ismael)
Yo ya asustado. Pero disimulo.
ACAB
Mirad cómo nos espera, deja que nos acerquemos. Prepara tu arpón, arponero.
La barca se acerca en silencio hacia el lomo de la ballena que sobresale del agua. Dentro Kikeg y Acab empuñan sus arpones. Ismael sigue remando.
Acércate, acércate más. Aún no, Kikeg, asegura el tiro, acércate más, marinero de agua dulce. Aún no…
Pausa mientras la barca se acerca cada vez más a la ballena. Tensión en el aire. Acab y Kikeg levantan sus arpones, y justo entonces con un movimiento rápido la ballena se sumerge.
Maldita seas… quieres jugar, ¿eh?
Los tres miran a su alrededor, por encima de la borda, intentado ver en las profundidades marinas, pero no ven a la ballena.
ISMAEL
No se ve nada, ¿dónde se ha metido?
KIKEG
Ha desaparecido.
Pausa tensa mientras los tres observan las aguas, intentando ver a la ballena.
ACAB
(Súbitamente)
Kikeg, deja el arpón y a los remos, rápido.
Acab deja también su arpón y cada uno empuña un par de remos.
ISMAEL
¿La ha visto, capitán?
ACAB
No, pero me huelo lo que intenta. Vigilad.
Nueva pausa mientras se asoman por la borda, cada uno por un lado, intentando ver bajo el agua.
KIKEG
¡Ahí viene, justo bajo bote!
ISMAEL
¡Nos embiste desde abajo!
ACAB
¡Remad a babor con todas vuestra fuerzas!!
Dan dos paladas, quizás a cámara lenta, lo justo para virar y desplazar algo la barca.
Vemos (objetos manipulados por Ismael) a Moby Dick surgir en vertical junto al bote, y desplomarse en el agua con gran ruído de espumas, a punto de alcanzarlo, pero sin hacerlo.
El bote cabecea con fuerza, al igual que sus ocupantes.
ACAB
¡El arpón, rápido, arponero!
Acab se levanta empuñando el arpón, pero el cabeceo de la barca le impide apuntar y lanzar, al igual que a Kikeg. Cuando el balanceo se calma, vuelven a buscar a la ballena.
KIKEG
¿Dónde esta?
ISMAEL
No lo se…
ACAB
¡A los remos de nuevo! Si quiere jugar jugaremos. Pero preparado para lanzar el arpón en cuanto esté a tiro.
Vuelven a empuñar los remos.
Pausa larga. Vigilan angustiosamente el agua.
ISMAEL
No veo nada, se ha ido…
ACAB
No, no se ha ido, a esa maldita le gusta luchar… Silencio…
Recorren con la vista todo el océano pero no ven nada.
ACAB
(Para sí, en voz baja)
¿Qué estás tramando, Moby Dick?
Súbitamente oímos un gran golpe, y ruído de madera rota, y vemos (objetos, manipulados por Ismael) que el Pekod se escora violentamente de un lado. En off oímos griterío de los marinero aún a bordo.
KIKEG
¡Allí! ¡Ataca barco!
ACAB
¡Maldita seas, ballena del infierno! ¡Ven y atácame a mí, no a mi barco!
Una nueva embestida sacude el barco. Nuevo griterío.
Los tres contemplan impotentes lo que ocurre. Poco a poco el barco comienza a escorarse y a hundirse.
KIKEG
¡Mira! El barco se está hundiendo.
ISMAEL
Cielo santo! La ballena ha roto el casco, el agua entra.
KIKEG
Y no han tenido tiempo bajar botes…
ACAB
Ojalá les deje hacerlo…
Vemos (objetos, manipulados por Ismael) la gran cola de la ballena alzarse y caer varias veces con estruendo sobre la última parte del Pekod que se hunde. Los botes son destruidos también.
ISMAEL
Pero Moby Dick no les dejó…
KIKEG
Esa ballena es mala.
ISMAEL
(A Kikeg)
Eso pensaría ella de nosotros, si pensara.
(Al público)
Al hundirse, el efecto de succión arrastró a todos los marineros que iban en él. No sobrevivió ninguno. Sólo quedábamos nosotros.
ACAB
¡Aquí! ¡Estoy aquí! ¡Ven a por mí!
Los tres miran lo que hace la ballena.
ISMAEL
¡Ahí viene, en superficie, nos embiste!
ACAB
¡Todo a estribor! ¡Remad, remad!!
La ballena no acierta al bote por muy poco, pero este cabecea de nuevo tan intensamente que Ismael, que intentaba remar con fuerza, cae al mar.
KIKEG
¡Hombre al agua!
Kikeg intenta ayudarle, preparando una cuerda.
ACAB
¡No hay tiempo para eso! ¡Ahí vuelve esa maldita! ¡Coge tu arpón!
Kikeg, ignorando a Acab, lanza algún tipo de flotador a Ismael.
KIKEG
Prefiero amigo vivo a ballena muerta.
ACAB
¡Maldito seas! ¡Pero esta vez no se escapará! Así, ven, muy bien! ¡Pasa por debajo de la barca, y verás…!
Acab coje su arpón, atado a su cuerda, va a arponear por un lado de la barca a Moby Dick, que en ese momento entendemos que está pasando por debajo, pero cambia de lado, para tener mejor tiro, y al hacerlo se enrolla en la cuerda del arpón. Cuando lo clava, la cuerda tira de él y cae al agua y desaparece.
ACAB
¡Te sigo, maldito demonio!
Kikeg sujeta durante un momento la cuerda en tensión, pero al ver que la ballena tira mucho, saca su cuchillo y corta la cuerda. Se queda mirando el lugar por donde desapareció Acab.
KIKEG
Tal capitán para tal ballena.
ISMAEL
(Desde el agua, agarrado a un flotador)
¡Ayuda!
Kikeg se vuelve y le tira la cuerda que tiene en la mano. Ismael se agarra y Kikeg lo acerca. Le ayuda a subir a la barca.
Ambos miran por todos lados en busca de la ballena o del capitán.
ISMAEL
¿Y el capitán?
KIKEG
Clavó arpón en Moby Dick, pero se enredó cuerda… y Moby Dick se lo llevó.
Pausa, mientras miran al mar.
ISMAEL
Vino a pescar una ballena, y la ballena lo pescó a él.
KIKEG
Era un buen capitán.
ISMAEL
No. Tú eres un buen hombre, a pesar de que eres un salvaje.
KIKEG
Y tú, para ser cristiano sabe-todo, tampoco estás mal.
ISMAEL
¿Crees que Moby Dick volverá?
KIKEG
No lo se. ¿Quién sabe lo que piensa una ballena?
ISMAEL
Quién sabe. (Mirando todo alrededor) Estamos solos en medio del océano, sin agua y sin comida, alejados de las rutas mercantes…
KIKEG
Pero estamos, no me quejo.
Se miran.
ISMAEL
(Sonriendo)
Estamos. Yo tampoco.
Se abrazan.
Lo peor es que roncas.
Oscuro
13. EPÍLOGO.
Ruído de las olas contra las rocas. Ecos de una vieja canción de marineros, mezclada con un sonido extraño. De la oscuridad emerge Ismael. Otea el horizonte. Al cabo de unos momentos habla directamente al público.
ISMAEL
¿Oís? Si escucháis bien, entre la música de la canción se oye también la voz de una ballena. Las ballenas sísaben cantar. Me lo contó un viejo ballenero, me dijo: «lo que yo oí esa noche, sólo podía ser una canción». Se llamba Kikeg.
Y sí, esto quiere decir que los dos nos salvamos. Anduvimos a la deriva durante dos días, sin comer ni beber, hasta que un barco ballenero que pasaba nos rescató.
Pero aquella primera noche en la barca, en medio de la soledad absoluta del océano, la pasamos en medio de una manada de ballenas, que vino a curiosear quiénes éramos, aquella manada grande que habíamos visto, con crías…
KIKEG
(Apareciendo)
Y si no era cantar lo que hicieron esa noche, yo soy un caníbal.
ISMAEL
Eres un salvaje caníbal.
KIKEG
Y tú un cristiano sabe-todo.
ISMAEL
(Por Kikeg)
Él sigue cazando ballenas.
KIKEG
Es lo que sé hacer. Y entre viaje y viaje coincidimos aquí, en la Posada del Chorro, y pasamos algunos días.
ISMAEL
Yo me quedé a vivir aquí y he escrito un libro sobre las ballenas. Pero sabemos aún tan poco…
KIKEG
Deberías venir conmigo, y aprenderías.
ISMAEL
Algún día sabremos demasiado para poder cazarlas.
KIKEG
Decididamente, cristiano sabe-todo es hombre sentimental.
ISMAEL
Lo soy. Entre otras muchas cosas…
¿Tú no?
Se miran sonriendo.
Aparece el posadero.
POSADERO
La sopa de pescado fría es lo peor, y la charla de un caníbal y un cristiano puede ser eterna. ¡A comer!
ISMAEL
Lo primero es una verdad eterna, posadero. Vamos corriendo.
POSADERO
¿A qué tanto hablar, comer es lo que importa, ¿no?
ISMAEL
(Asintiendo)
Me encantan los posaderos filósofos.
Salen. Oscuro. Fin.