SE VENDE

«Se Vende» se estrenó el 10 de octubre de 2018 en el Teatro Bulevar de Torrelodones. Luego realizó gira y entró en cartel en Madrid.

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PRIMERA PARTE

Personajes: Camila (más de 65 años) Carol (en torno a 50 años) Casilda (en torno a 50 años) Celia (en torno a 30 años)

1. VIENEN A VER EL PISO

Todas las escenas transcurren en el salón de un apartamento salvo dos, ubicadas en el portal de la finca.

En el salón hay un armario empotrado con cerradura. Debe hacerse claro al público la puerta de entrada al piso, una ventana a la calle y las salidas a la cocina y a la zona de dormitorios. Son las cinco de la tarde.

Desde los dormitorios entra Celia, latina, unos 30 as, empujando la silla de ruedas donde viene sentada Camila, anciana, descalza.

CELIA ¿Junto a la ventana, sera?

CAMILA Sí, mi amor, y no me llames sera.

CELIA Lo siento, es verdad.

CAMILA Llámame Camila, por favor, y tráeme las cosas, rápido.

CELIA Al tiro.

CAMILA ¿Qué tiro?

CELIA Perd, que voy corriendo.

La deja junto a la ventana y sale.

CELIA (off) Tiene un nombre precioso, patricio.

CAMILA ¿Patricia? No, es Camila.

CELIA (off) Ya, digo que es patricio.

CAMILA No te entiendo, hija…

CELIA (off) Digo que suena a patricio.

CAMILA ¿Camila suena a Patricio? Sigo sin entenderte, pero si tú estás contenta, pues yo también, mi amor, a mí ya…

CELIA (Entrando con algo de ropa) No, digo que suena a pituco, a la nobleza…

Camila la mira, confusa.

CAMILA

(Cayendo en la cuenta) ¡Ah! Los nobles patricios. ¡Por allá habláis muy… bonito! Demasiado. Anda, pon me eso.

CELIA Voy, sera.

CAMILA Camila.

CELIA ¡Perd, Camila! Qué hueá.

CAMILA Ay, hija, no te entiendo.

CELIA Perd, digo que estoy tonta.

Celia empieza a ponerle unos calcetines y unas zapatillas.

CAMILA Pero yo más. Setenta y tantas veces tonta, que se dice pronto.

CELIA Yo la veo regia.

CAMILA Aunque me des jabn no te voy a subir el sueldo.

CELIA Allá somos así, hablamos lindo, y lo hago con cari, porque me recuerda a mi madre.

CAMILA ¿También está tonta e impedida?

CELIA No, es así redulcecita, como usted.

CAMILA ¿Empalagosa, quieres decir?

CELIA No… simpática, tierna… dulce, no más.

CAMILA La vacuna de la polio la daban en un terroncito de azar, porque en realidad sabía a rayos.

Le pone las zapatillas.

CELIA ¿Y quién viene a ver el piso?

CAMILA Una sera, me dijo José María.

CELIA ¿Va a rentar la habitacin peque?

CAMILA No. Lo vendo entero.

CELIA (Sorprendida) ¿Lo vende?

CAMILA Para poder pagarte, hija. Con la pensin no me llega. Cuando vivía mi marido, que en paz descanse, era diferente, pero ahora… deben estar a punto de llegar.

CELIA ¿Le pongo el chal por los hombros?

CAMILA Hace calor, ¿no?

CELIA Más vale que se lo ponga, por si refresca.

Se lo pone, Camila se deja hacer.

CELIA ¿Y dde va a vivir, si lo vende? Lo que le entendí a su sobrino era que alquilaba una habitaci.

CAMILA ¿Mi sobrino? ¿Qué sobrino?

Celia la mira preocupada.

CELIA Si lo acaba de nombrar… el que me contrat, José María: un cuico con barba muy bacano…

Pausa, Camila la mira con la boca abierta.

CELIA ¡Su sobrino…!

Pausa.

CAMILA (Asintiendo) ¿…Qué le pasa?

CELIA Nada, nada, está estupendamente.

CAMILA Se me va la cabeza y encima vienes tú hablando tupamaro… no te asustes si hago cosas raras…

CELIA No se preocupe, Camila…

CAMILA Es una lata ser mayor y tonta, como yo… mi marido siempre me lo dice…

Celia la mira sorprendida

CELIA Aquí estoy yo para cuidarla, se lo digo en serio: yo veo en usted a mi madre.

CAMILA (ausente) Gracias, hija mía.

CELIA ¿Pero y dde vamos a vivir si vende este piso?

Camila la mira con rostro ausente, de vieja loca. Llaman al portero automático.

CAMILA Ahí están. El telefonillo. Abre, por favor.

Celia sale hacia cocina. Camila mira por la ventana. Cambio de luz.

2. PORTAL. A la vieja le queda poco

Carol, elegante y Casilda, comercial de inmobiliaria, con cartera, entran en el portal.

CASILDA (Confidente) A la vieja le queda poco.

CAROL ¿Y tú co lo sabes?

CASILDA Me lo ha dicho su sobrino: está un poco gagá, y por lo visto tiene una enfermedad que… vamos, que no… ¿me entiende? Que en…

CAROL Que está a punto de palmar.

CASILDA Mujer… que le queda poco, vaya.

CAROL Define poco.

CASILDA No se… hombre, mujer, me sabe mal… no soy dios…

CAROL Lo se.

CASILDA Nunca se sabe, pero… poco, meses… un a… dos…

CAROL Ni idea, vaya. ¿Y qué enfermedad es?

CASILDA No me lo dijo, pero si quiere se lo pregunto a ella.

CAROL ¡No, pobre! ¿Tú has conocido ya a la sera?

CASILDA He visto plano y fotos, pero a ella no. Su sobrino me dijo que estaba un poco… (hace un gesto con la mano)

CAROL ¿Otro poco, qué?

CASILDA Un poco ida, que se le iba la cabeza y que no la molestáramos mucho. Debe estar algo senil.

CAROL Ya. ¿Y co era el sobrino de la loca?

CASILDA (Siniestra) Ojos inyectados en sangre, us largas, y una expresin siniestra en una boca roja…

Carol la mira sorprendida.

CASILDA (Riendo) ¡Es broma! A mi hijo de 25 le encantan las series de vampiros y las veo con él, ahora que está de baja, porque le tienen que operar…

CAROL (Asintiendo, con humor) A todos nos gusta sacarle la sangre a los demás, ¿no?

Casilda la mira, descolocada.

¡Es otra broma! Me alegro de que el ser sea normal.

CASILDA Parece normal… espero que la abuela no sea la de Psicosis… En las fotos se ve un piso cuidado.

CAROL Pues vamos. Me gusta verlo a fondo, los armarios…

Carol inicia salida. Casilda la sujeta por una manga. Confidencial.

CASILDA Espere. Sabe que el piso se vende con la abuela dentro, y por eso el precio es tan bajo.

CAROL Eso ya me lo has dicho.

Hace ademán de salir. Casilda la retiene.

CASILDA Pero es que, como usted lo quiere como inversi…

CAROL ¿Quién te ha dicho eso?

CASILDA Nadie… suelo ser intuitiva… Por su edad y su aspecto pensé en una inversora.

CAROL ¿Qué le pasa a mi edad?

CASILDA ¡Nada! Se ve que tiene experiencia, simplemente.

CAROL Los motivos por los que me interesa son asunto mío.

CASILDA Por supuesto… so quería hacerle ver que si lo quisiera, como una suposici, yo no sé para qué lo quiere, pero si fuera para eso, sería un negocio redondo, porque tendría ya un inquilino seguro, que pagaría un buen alquiler, porque /

CAROL ¿Cuánto?

CASILDA ¿Cuánto qué?

CAROL Cuanto pagaría la sera como inquilina.

CASILDA Seiscientos fácil.

CAROL ¿Seiscientos?

CASILDA Es la media de la zona.

CAROL Pues vamos a verlo.

CASILDA De todas formas, como su asesora comercial, si me dice para qué lo quiere, podría informarla de otros pisos, y así le será más fácil.

CAROL Me gustan las cosas difíciles.

Carol va a entrar, Casilda la mira con disgusto y la retiene una vez más.

CASILDA Usted es la primera que viene.

CAROL Eso se lo dirás a todas.

CASILDA Pero en este caso es verdad. Quiero decir, yo nunca miento, o casi nunca, pero ahora menos que nunca.

CAROL ¿Cuándo se puso en venta el piso?

CASILDA Ayer vino el sobrino a la Agencia, hoy es la primera vez que lo ense. Así que tiene una ocasin parda.

CAROL ¿Co parda?

CASILDA La ocasin la pintan parda, ¿no dicen eso?

CAROL No. La pintan calva. ¿Siempre eres tan despistada?

CASILDA Me temo que un poco sí…

CAROL Las liarás pardas, entonces.

CASILDA ¿Co?

CAROL Déjalo, y vamos.

Casilda vuelve a retenerla. Carol bufa.

CASILDA ¿No quiere usted preguntar nada más antes de entrar?

Carol piensa.

CAROL ¿Cómo te llamabas?

CASILDA Casilda.

CAROL (Disculpándose) Es que soy muy mala para los nombres. Yo soy Carol…

CASILDA Lo sé, yo soy muy buena para los nombres.

CAROL (Muy sonriente y harta) Está claro que nos complementamos. Casilda, ¿podemos ya entrar a ver el piso?

Salen. Suena timbre.

3. Carol no es de fiar

Celia va a abrir. Casilda y Carol entran en el sal. Camila se ha quitado el chal.

CASILDA (A Carol) Este es el sal, y esta sera debe ser Camila, la duea del piso. (A Camila) Ella viene a ver su casa.

CAROL Encantada de conocerla, Camila. Soy Carol.

CAMILA Igualmente, Carol. Creí que sería usted más joven.

CAROL (Irica) ¡…Gracias!

CAMILA No se ofenda, míreme a mí.

CAROL ¿Y por qué creía que sería más joven?

CAMILA Como el piso no es muy grande, imaginé gente joven…

CELIA Igual lo quiere como inversi.

CAROL (A Celia) ¿Y tú quién eres?

CELIA La nana de la sera, perd, de Camila. Soy Celia.

CAMILA Un amor, el cielo en la tierra. Aunque habla raro.

CELIA Soy medio colombiana y medio chilena, pero muy fufa.

CAMILA ¡Ahí está!

CAROL ¿Fufa?!

CELIA Tierna, me gusta cuidar a los taitas.

CASILDA (Traduciendo) Abuelos. En la Agencia hay muchos latinos.

CAMILA Pero he tenido suerte: le recuerdo a su madre.

CELIA Es verdad.

CAMILA Aunque su madre no es tonta ni impedida, como yo, o al menos eso dice.

CELIA Usted no tiene nada de tonta, Camila.

CAMILA (Tiernamente) Aquí decimos vieja estida.

CASILDA Yo la veo muy bien, y me encanta hablar con usted.

CAMILA A mi no porque no sé quién es usted.

CASILDA Soy la comercial de la Agencia.

CAMILA (Sonriendo, confusa) ¿Agencia de viajes?

CASILDA No: la que vende el piso.

CAMILA No, esa soy yo, para pagar a este bomb.

CASILDA (Agachándose y hablándole alto) Sí, yo soy de la inmobiliaria que ensea el piso. (Camila asiente) Nos contrató su sobrino, ¿se acuerda?

CAMILA (Asintiendo) No (Pausa) Ah, sí, pero no me grite, no estoy sorda, solo tonta. (A Celia) ¿Co se dice tonta en tu país?

CELIA Gil.

CAMILA Uy qué corto, y qué rápido. (Selando a todas) ¡Gil, gil, gil, gil…!

Pausa, Camila ríe, las tres se miran.

CASILDA Si no le importa pongo un cartel en la ventana. Y dejo otro aquí preparado, esto va a ir rápido, como el gil.

Saca de la cartera dos carteles, uno que pone «Se Vende» a dos caras, y que cuelga de la ventana, de modo que se ve también desde la calle. El otro lo guarda en un cajón o tras algn mueble.

Voy ensendole todo, ¿le parece?

CAMILA Claro. Celia, ve a la cocina, por favor, y prepárame un poco de café. ¿Quieren ustedes un café?

CAROL No, muchas gracias, muy amable.

CASILDA Yo sí me animo, que hoy tengo un cacao…

CELIA ¿Con leche?

CASILDA No, mental, digo…

CELIA Y yo digo el café, que si lo quiere con leche.

CASILDA ¡Perd! Sí, por favor, con leche.

CAMILA (Riendo) ¡Gil!

Celia sale. Carol va mirando todo el salón con el ceño fruncido. Se asoma a la ventana.

CASILDA Están reformando la finca, por eso hay andamios. Se alquila fácil con una lavada de cara.

CAROL Con una reforma muy cara, dirás: ventanas, puertas, pintura, calefacci: un buen pico…

CASILDA (Bajando la voz) Pero ya sale alquilado, ni anuncio hay que poner.

CAROL Pero ¿y si yo quiero hacer la reforma ahora? ¿Y no cuando se muera la vieja?

CASILDA Ella no quiere reformas.

CAROL Pero yo sí, y ahora está barata la construcci, a esta la veo como una rosa, puede tardar siglos en morirse…

CASILDA (Negando) Tiene demencia senil…

CAROL Y tú cacao mental. Esta nos entierra a todos.

CASILDA (Negando, en voz baja) Es algo degenerativo, el sobrino me lo dijo.

CAROL Porque estará deseando pillar. ¿Hay un informe médico?

Casilda niega.

¿Tú me puedes firmar que se muere a los dos as?

CASILDA ¡Co voy a firmar eso?!

CAROL ¿No ofrecéis servicio de defuncin de inquilinos longevos? Así no salimos de la crisis… Es broma

CASILDA ¿Entonces lo quiere para alquilar?

CAROL Yo no he dicho eso.

Casilda empieza a hartarse de Carol, pero disimula.

CASILDA Tiene muchas posibilidades. Es un piso amplio.

CAROL (Con ironía) Segn a lo que llames amplitud.

CASILDA Frente a un chalet en la Moraleja es peque, pero los de allí compran estos pisos como negocio, dicen…

CAROL Mucho trabajo para poca renta.

CASILDA Nosotros alquilamos también. Si nos deja el piso podemos mejorar las condiciones de compra.

CAROL (Sonriendo) Buen intento. ¿Por aquí se va a la cocina, supongo?

CASILDA (Con cara de pocos amigos) Sí, por allí bao y dormitorios y por allí se sale a la escalera, no hay entrada de servicio.

CAROL (Irónica) ¿No me digas?

Carol y Casilda salen. Entra Celia con el café.

CELIA Aquí tiene su café, ¿no le fregará la tensión?

CAMILA (Cogiendo la taza, despistada) ¿Qué quieres fregar ahora, mi amor?

CELIA Que si no le hará mal a la tensi, el café.

CAMILA Igual me mata, pero así me reuniría por fin con Carlos, estoy muy mal, ya me ves…

CELIA …¿Carlos era su marido?

CAMILA Era y sigue siendo mi marido. Fiambre, pero an me dice cosas muy bonitas. Siempre ha sido muy atento.

CELIA ¿Y a él le parece chévere que venda el piso así?

CAMILA ¡Esa la entiendo! Sí, el hizo muchos negocios chéveres siguiendo mis consejos.

CELIA (Bajando la voz) ¿Pues sabe lo que le digo? Que la compradora me parece algo barsa.

CAMILA ¿Y tú eres del Madrid?

CELIA Perdón: digo que no me parece buena gente.

CAMILA (Se encoge de hombros) A veces las apariencias engan, hija.

CELIA Yo reconozco a los desalmados cuando los veo.

CAMILA Eso está bien. ¿Y en qué se lo notas?

CELIA Hay gente que so piensa en hacer negocios chimbos con las necesidades del primo.

CAMILA ¿Como t, cobrando por ayudar a una pobre anciana?

CELIA No, señora, yo/

CAMILA ¡Camila, coño!

CELIA Perd, Camila, yo no quiero aprovecharme de usted, es mi laburo y…

CAMILA ¡Estoy de broma, mi amor! Eres un cielo aunque no se te entienda.

CELIA Gracias, pero no es eso: a esta le da igual usted, so piensa en su negocio. Y la de la agencia, igual.

CAMILA A mí también me dan igual ellas: quiero que me paguen para pagarte.

CELIA No es lo mismo. Usted no tiene casi nada y esa Carol es de las que lo tiene todo.

CAMILA (Sorprendida) ¿Es que la conoces?

CELIA No, pero se le nota pituca…

CAMILA No se ni lo que es eso, pero tú eres un sol.

CELIA Gracias. Camila ¡El chal! Se va a enfriar.

CAMILA Tengo un poco de sofoco…

CELIA Está atardeciendo, y empieza el frío. Pgaselo…

Celia le pone el chal a Camila, que muestra cara de resignación.

CAMILA El sol da calor. Anda, cielo de verano, pásame mi labor, por favor. Voy a poner un poco la radio.

Celia le pasa una labor de punto.

Entra Carol y Casilda con un café en la mano.

CAROL (A Casilda) Ya tengo una idea general, ahora, si no te importa, me gustaría hablar un momento a solas con Camila.

CASILDA (En voz baja, a Carol) El sobrino me pidió que no la molestáramos, se deprime.

Celia disimuladamente ordena mientras escucha.

CAROL (ídem) A esta vieja no la deprime ni el tato.

CASILDA ¿Por qué? ¿Es que la conoce?

CAROL (Negando) Conozco el tipo. Parecen tiernas pero son correosas como la mojama. Mi abuela era así.

CASILDA (Preocupada) Yo solo le digo lo que me dijo el otro.

CAROL ¿Pero quién es el titular de este piso?

CASILDA No lo se, no tengo an la escritura…

CAROL Muy profesional.

Casilda se la queda mirando. ¿Tú quieres hacer negocio o no? (Casilda afirma) Pues hala. (Le hace un gesto de que se largue).

CASILDA Yo se lo he dicho. Me voy a la cocina a dejar esto (por la taza de café).

Sale Casilda. Celia quita el polvo con un trapo a los muebles. Camila hace punto.

CAROL (A Camila) Me gustaría hablar un momento con usted.

CAMILA (Sorprendida) ¿Conmigo? No se si podré ayudarla, a veces se me olvidan las cosas… (apaga la radio)

CAROL Yo la veo muy bien. (A Celia) Me gustaría hablar con ella a solas, por favor.

CELIA (Sin mirar a Carol) Camila, ¿quiere usted que me vaya?

CAMILA Sí, anda a ver si la otra quiere algo de comer y yo hablo con esta sera, no se qué puede querer de mi.

CELIA Si necesita cualquier cosa me llama, al tiro.

Celia sale, ignorando a Carol.

CAMILA (Para sí) Y dale con los tiros, será pistolera.

4. Conversaciones secretas y un armario

Pausa, Carol contempla a Camila, que se quita el chal y vuelve a su calceta.

CAROL Bueno, Camila, so quería conocerla un poco y que me contara. Es raro comprar un piso con su duea dentro, porque es usted la due, ¿verdad?

CAMILA (Confusa) …yo vivo aquí.

CAROL ¿Su nombre está en las escrituras?

CAMILA (Con extraza) ¿Se refiere usted a la Biblia?

Pausa.

CAROL ¿Se está usted quedando conmigo?

Pausa.

CAMILA (Algo asustada) No te entiendo, hija…

CAROL (Riendo) Me refiero a las escrituras de propiedad, no a las sagradas.

CAMILA (Sonriendo con tristeza) Ah… como dicen que en el fondo todo está escrito…

Pausa.

CAROL (Sonriendo) Usted no tiene nada de tonta, Camila.

CAMILA (Encogiéndose de hombros) Pero sí de vieja.

Carol piensa. Camila vuelve a hacer punto.

CAROL No me ha respondido a la pregunta.

Camila sigue, como si no hubiera oído.

Camila… ¡Camila!

Camila bisbisea cosas inaudibles. Carol grita.

¡CAMILA!

CAMILA (Asustada) ¡¿Qué pasa?!

Celia y Casilda se asoman desde la cocina.

CELIA ¿Pasa algo, sera?

CAMILA ¡Que no me llames sera!

CELIA Perd, Camila, como he oído quilombo. ¿Todo bien?

CAMILA ¿El qué ha oído?

CAROL Como a veces no oye bien he levantado algo la voz, pero no pasa nada, ¿verdad, Camila?

CAMILA (A las otras dos) No estoy sorda, pero no pasa nada. Podéis iros.

Salen. Camila vuelve a su calceta.

CAROL ¿Co se llama usted, Camila?

CAMILA Camila, aunque la tupamara dice que es patricio.

CAROL ¿Y sus apellidos? ¿La casa está a su nombre?

CAMILA Yo vivo aquí. Y me llamo Camila Guzmán Bueno.

CAROL (Asiente con la cabeza) ¿Y tiene usted hijos, Camila Guzmán Bueno?

CAMILA ¿Y qué le importa eso?

CAROL Por el tema de la herencia, a veces dan problemas.

CAMILA (Triste) No tengo a nadie, un sobrino, creo…

CAROL ¿Y vive aquí desde hace mucho tiempo?

CAMILA Desde que recuerdo, es decir…

Carol la mira, esperando.

…Que como no recuerdo nada, no le puede asegurar…

CAROL (Decepcionada) Ya. ¿Pero usted ha estado casada?

Camila se la queda mirando. Comienza a llorar.

Mujer, no me llore…

CAMILA Perd, quiero mucho a mi marido, era un buen hombre…

CAROL ¿Era…? ¿Muri..?

CAMILA ¿Mi marido ha muerto? Usted lo sabe, pero no me lo quiere decir…

Camila llora. Carol se desespera.

CAROL (suspira) Déjelo, hablaré con su sobrino… tranquila…

Carol piensa y luego llama.

¡Casilda! ¿Está usted ahí?

Entran Casilda y Celia.

CELIA (Al ver a Camila llorando, a Carol) ¿Qué le ha hecho?!

CAROL Nada, se ha acordado de su marido y se ha puesto así. (A Casilda) Debía ser un buen pájaro.

CELIA (Aparte, por Carol) ¡Qué llaga de mujer! ¿Esta usted bien, Camila?

Celia se agacha junto a la silla de Camila, cogiéndole la mano. Carol hace un gesto de que está un poco loca.

CASILDA (Asintiendo a Carol) El sobrino me había dicho que no la importunáramos.

CAROL Ya podía venir él. Sin escritura, la sera ida, el negocio raro: ¿con quién hablan las llagas como yo?

CASILDA Si le interesa para alquilar tengo más.

CAROL Gracias. Haga su trabajo que yo haré el mío.

CASILDA Mi trabajo es asesorar a/

CAROL ¡Basta!

Pausa tensa.

Cuando quiera su asesoramiento, se lo diré. Perdeme, pero ahora me gustaría hablar con la asistenta.

CASILDA ¿Con la asistenta?!

CAROL Alguien que conoce esto, los vecinos, la finca, el barrio… ¿Le parece a usted bien?

CASILDA Yo estoy para evitar molestias a los propietarios…

CAROL ¿Fastidiando a los compradores? Celia, me gustaría hablar con usted unos instantes.

Ambas la miran con cara de pocos amigos.

CASILDA Me salgo a fumar cinco minutos.

Casilda sale. Celia besa en la mano a Camila y se levanta.

CELIA Tú dirás.

CAROL (Indicándole que se acerque. Irica) Tutéame, mi amor, pero más cerca.

Celia se acerca a ella de mala gana.

CAROL (Hablando bajo) ¿Has notado algo raro en la sera?

CELIA Además de que está enferma, es mayor y se olvida de las cosas, no. ¿Se había dado cuenta?

CAROL Me doy cuenta de que la sera está mayor/

CELIA Pues no lo parece.

CAROL Perdona, so quiero quedarme tranquila porque es raro comprar un piso con su propietario dentro.

CELIA Necesita el dinero. Seguro que a usted no le pasa.

CAROL No, porque lo invierto bien. Ella lo necesita para pagarte a ti, ¿la conoces desde hace mucho?

Pausa.

CELIA Desde ayer.

CAROL Amor a primera vista.

CELIA Respeto a los mayores, y a los pobres.

CAROL ¿Y co te contrataron?

CELIA Vi un anuncio en un periico hace tres días, antes de ayer me entrevistó su sobrino y ayer empecé.

CAROL ¿Firmaste un contrato?

CELIA Sí, ocho horas pero interna y con Seguridad Social.

CAROL Muy bien. ¿Puede andar la sera?

CELIA ¿Y eso a usted qué más le da?

CAROL Las personas sin movilidad deben estar en sitios sin barreras arquitecticas, y aquí no hay ascensor.

CELIA ¿Quiere comprar el piso y enviarla a una residencia?

CAROL Eres muy malpensada.

CELIA Sino, ¿porqué pregunta esas cosas?

CAROL Igual pienso en pedir una ayuda para instalar ascensor, cari, y su porcentaje de invalidez ayuda.

CELIA Intuyo que su intencin no es tan caritativa.

CAROL Revalorizaría el piso, pero tú hablas muy bien.

CELIA ¿Le extra, en una cuidadora?

CAROL No, igual hasta tienes estudios.

CELIA E igual usted no.

CAROL Pero como tengo dinero no importa, ¿no? (Pausa, se miran) ¿Sabes si la sera puede andar algo?

CELIA Si pudiera no iría en silla, digo yo.

CAROL Cuando te contrató el sobrino, ¿te habló de plazos?

CELIA ¿Quieres saber cuánto va a durar la vieja?

CAROL Vaya lengua, la vieja.

CELIA Así la has llamado antes, lo oí.

CAROL ¿Y siempre se te pega lo malo de la gente?

CELIA Es il saber ponerse en su lugar.

CAROL Ponte en el tuyo y contéstame: ¿habló de algn plazo?

CELIA Contrato de un a, denunciable con un mes, punto.

CAROL O sea, que vienes en el paquete. ¿La sera ha mencionado otras propiedades?

CELIA No.

Entra Casilda.

CASILDA Ya estoy aquí. ¿Co van esas conversaciones secretas?

CAROL Terminadas, ahora me gustaría ver el piso a fondo.

CASILDA ¡Si so le ha faltado hacer catas en las paredes!

CAROL ¡Oye! ¿Tienes un cincel?

CASILDA Era broma.

CAROL Quiero ver bien los armarios y el altillo del ba, para saber el espacio de almacenamiento.

Casilda se agacha para hablarle a Camila.

CASILDA (Hablando el voz alta) Sera, ¿le importa si/?

CAMILA (Brusca) ¡No me llames sera!

CASILDA Perd…

CAMILA ¡No me gusta que me llamen sera! Las seras no se enteran de las cosas de la vida, yo sí. Llámame Camila.

CASILDA (Hablándole alto) ¿Camila, le importa/?

CAMILA ¡Que no estoy sorda, co! So tonta, aunque tú lo estás más, por lo visto, porque sigues gritando. Gil.

CASILDA Perdone, Camila, ¿le importa que abramos los armarios? La compradora le interesa verlos.

Camila mira a Carol como si no hubiera entendido bien. Pausa.

CAMILA Adelante, sin problema, so hay cosas viejas, como yo.

CAROL Empezaremos por el dormitorio.

Salen Carol y Casilda.

CELIA Cada vez me gusta menos esta sera, Camila.

CAMILA Y tu a ella, creo.

CELIA Mira hasta detrás de los cuadros. Como si buscara una caja fuerte, o algo así.

CAMILA ¿En serio?

CELIA Hay que ser tonta para buscar aquí una caja fuerte…

CAMILA Desde luego.

CELIA ¿Le parece que vaya a ver para que no revuelvan mucho? No me fío de ella ni de sus intenciones.

CAMILA Si te hace ilusi, anda. Yo estoy bien aquí.

CELIA Se le ha caído el chal, no se vaya a enfriar.

Celia le vuelve a poner el chal por los hombros y sale.

Camila se quita el chal. Mira hacia el dormitorio, suspira, pone la radio y lee.

Entra Carol, seguido de Casilda y de Celia.

CAROL Entonces, ¿el ico altillo es el del ba?

CELIA Sí.

CASILDA Y un trastero, abajo.

CAROL Estupendo, luego quiero verlo. Ahora…

Mira por todo el sal. Se dirige al armario.

(Comprobando que está cerrado. A Celia)

¿Podrías abrirme este armario, por favor?

CELIA No tengo la llave.

Carol se vuelve hacia Casilda. Casilda finalmente se agacha junto a Camila, que da un respingo.

CAMILA Está usted muy ágil, pero no me grite.

CASILDA ¿Tiene usted las llaves de ese armario, Camila?

Camila afirma. Busca en sus bolsillos y le da un manojito de llaves.

CAMILA Ahí debe de estar…

CASILDA Muchas gracias.

Casilda intenta abrir, probando todas las llaves. Pero no lo consigue.

CASILDA (Mira a Celia) A ver si t..

Celia se adelanta con cara de suficiencia y lo intenta, pero no lo consigue. Las tres la miran.

CAMILA La llave tiene que estar ahí.

CAROL Déjame intentarlo: a veces una mano extraa acierta.

Sigue intentándolo un rato, pero la puerta no se abre. Acaba sacudiendo con fuerza la puerta.

CELIA ¡Cuidado! ¡Va a romperla!

CAROL No se rompe, no…

CELIA ¡Pero por favor…!

CAROL (Sacudiéndola con fuerza) Es muy fuerte esta puerta para ser un armario…

Celia está a punto de echársele encima. Casilda la retiene con un gesto.

CASILDA Déjeme a mí, por favor.

CAROL (Tirando del pomo con fuerza) Estos armarios se abren fácilmente tirando…

CASILDA ¡Lo va a romper!

Celia y Casilda intentan hacerse con las llaves e impedir que tire de la puerta. Llegan casi a forcejear.

CELIA ¡Déjelo ya, co!

CAMILA ¡Esa boca! Malas palabras no, cojones! (Sonríe) Yo tengo bula.

Pausa.

CAROL

(Devolviéndole el manojo a la abuela) Perdeme, Camila, me gustaría mucho ver ese armario, y ninguna de estas llaves abre.

CAMILA Pues si no está ahí, no sé dde pueda estar… hace mucho que no abro ese armario.

Pausa. Carol mira a Casilda.

CAROL Necesito ver ese armario.

CELIA (En voz baja) Qué hija de perra.

CAROL ¿Qué has dicho?

CELIA Que pobre abuela, que no recuerda dde está la llave.

CASILDA Camila…

Agachándose de nuevo junto a Camila.

CAMILA (asustándose) ¡Ah, la gimnasta! Qué susto. Dígame.

CASILDA Camila, haga usted un esfuerzo, ¿no recuerda dde puede estar esa llave?

Camila piensa. Pausa larga. Las tres la miran.

CAMILA (Al cabo de un rato) ¿Qué me habías preguntado, mi hija?

Carol se desespera. Casilda se levanta.

CASILDA No se preocupe, Camila, no tiene importancia. Uy, se le ha caído el chal, yo se lo pongo…

Casilda le pone el chal a Camila.

CAROL Tengo que verlo, no voy a comprar un piso así…

CASILDA Es so un armario…

CAROL Un empotrado en el sal, es raro.

Casilda se vuelve a agachar junto a Camila.

CAMILA

(Asustándose) ¿Quiere una comba, para saltar? Tuve un novio boxeador, y debe haber una por ahí… igual en ese armario…

CASILDA ¿Y recuerda donde está la llave?

Pausa. Camila piensa. Las tres la miran.

CAMILA (Al cabo de un rato) Cuando es que no, es que no.

CASILDA Bueno, Camila, no se preocupe, pero de co era, usted se acuerda, ¿verdad? (Camila afirma) Explíqueselo a esta sera, que le interesa.

CAMILA Un pincel, era yo, aunque no se lo crean, frenaban los coches, por mirarme, y atropellaban a las abuelas en los pasos de… esos animales, africanos, a rayas, cebras! Una vez pillaron a una, por mirarme, en serio. No a una cebra, a una… abuela, como yo. Hasta los toreros me rondaban y me decían cosas, que no puedo repetir… porque yo fui siempre una mujer seria, con mis secretos, claro y mis locuras, como cualquier hijo de vecino, pero formal cuando tocaba serlo, nunca engaé a nadie…

CASILDA (Agachándose de nuevo, con suavidad) Perdone, Camila, le preguntábamos si se acordaba de co era el armario, no usted…

Camila la mira desorientada.

CELIA Déjela, mujer. A mí me interesa co era de joven.

CAROL Debía ser famosa si hasta boxeadores y toreros la rondaban.

Casilda las mira, confundida.

CASILDA (Levantándose con un gesto. Para sí, mirando el reloj) Pues hala, que largue la vieja.

CELIA Siga usted, Camila, ¿conoció a un torero?

Pausa.

CAMILA ¿Pero no querían saber co era el armario?

CASILDA Sí, sí, ¿es grande?

CAMILA Creo que sí. O me confundo… Tiene baldas. Aunque no estoy segura, hace mucho que no se abre. Es amplio. ¿O ese era el de la otra casa…?

La abuela les mira con tristeza, meneando la cabeza.

CASILDA (Enfadada) Yo le busco la llave y puede volver a verlo, si tan importante es para usted.

CAROL Como no eres tú la que compra…

Carol se acerca de nuevo a la puerta del armario. Saca una navajita e intenta mover el pestillo.

Con esto no hay puerta que se me resista.

Casilda la mira con estupor, y luego a Celia, sin saber qué hacer. La abuela mira por la ventana, como ida, por los huecos que deja el cartel. Carol sacude la puerta. Celia estalla.

CELIA ¡Deje eso! ¡Va a romper la puerta!

CAROL Las abro sin ningn da, pero esta puerta es rara…

Sigue intentándolo, con más fuerza.

CELIA ¡Ya está bien! ¡Dejen de molestar a una pobre anciana de forzar sus armarios! ¡Se acab, guarde usted esa navaja y largo de aquí!

CAROL ¿Co que largo de aquí?

CELIA ¡Ya has oído! ¡Largo o llamo a la policía! (A Casilda) ¡Y usted haga algo que para eso le pagan, co!

CAMILA ¡Esa boca, le!

CELIA Han visto el piso, si quiere vuelva otro día, pero ahora, váyanse. Lo que están haciendo no está bien.

CASILDA (A Carol) Creo que será mejor que nos vayamos, yo también tengo otro compromiso. Podemos volver cuando usted quiera. Yo tengo el teléfono de Celia, y le aviso.

CAROL ¿Camila no tiene teléfono?

Casilda niega.

¿Nadie la llama?

CASILDA Eso parece.

Pausa.

CAROL Bueno (a Casilda). Bcame esa llave por favor, y la escritura, y la informacin sobre la familia de la vieja… si no rige, habrá que ver si puede firmar, ya lo sabe. Hay mecanismos para estos casos… (se toca la cabeza). Desde luego quiero ver ese armario y el trastero de abajo.

Casilda asiente.

CELIA (En voz baja) Hija de puta.

Carol la mira.

CAROL ¿Qué has dicho?

CELIA Que así va que chuta, le ensea el trastero y yo le busco la llave, tranquila.

CASILDA El trastero se lo enseo ahora mismo. Vamos.

CAROL Muy bien. Nos vamos, pero volveremos. Buenas tardes.

Carol sale, Casilda las mira como disculpándose y sale. Celia vigila su salida. Camila se quita el chal.

5. Celia y Camila, buenas noches

Una vez han salido.

CELIA Ni muerta ves tú esa llave.

CAMILA ¿Qué dices?

CELIA ¡A esa ni las gracias! Los ricos nos ven como carne de can, o peor, como fuente de ingresos. ¿Ha visto co intentaba forzar su puerta!

CAMILA Pero no lo ha conseguido.

CELIA No, es una buena puerta.

CAMILA Mi difunto marido construyó ese armario. Es fuerte, como él (enciende la radio). A veces viene a visitarme.

CELIA ¿Pero no había muerto?

CAMILA Siempre ha sido un hombre de recursos…

Pausa.

CELIA ¿Quiere decir que viene… como un fantasma?

CAMILA Nunca ha sido un fantasma, a pesar de lo que digan.

CELIA ¿Entonces?

Camila la mira como ida.

CAMILA Entonces, ¿qué?

CELIA Su marido…

CAMILA Mi marido murió hace demasiado…

Celia cambia de tema.

CELIA En la cocina he visto un manojo de llaves en un caj. Igual está ahí la que abre el armario.

Camila se encoge de hombros.

¿Quiere usted que pruebe?

Camila vuelve a encogerse de hombros.

Voy a probar. Voy a por las llaves.

Sale Celia.

CAMILA (Hablando sola) Ve, ve a por las llaves. Esta nia no me gusta nada, Carlos, ni la otra, esto no me gusta nada…

Coge su libro y se pone a leer. Celia entra con las llaves y las va probando. Camila lee y se ríe de vez en cuando.

CELIA ¿Es divertido eso que lee?

Camila no oye. Sigue probando. Hablando para sí en voz baja.

Joder con la puta puerta…

CAMILA Eh, que te oigo.

CELIA No abre ninguna. ¿Co podemos hacer?

CAMILA No podemos abrir.

CELIA Pero van a volver, y habrá que abrirlo.

CAMILA No se.

CELIA ¿Quiere que llame a un cerrajero?

CAMILA Ni pensarlo. Ese armario está muy bien.

CELIA (Agachándose junto a ella, con ternura) Claro, Camila, pero entienda usted que tiene que poder abrirlo, si quiere vender el piso, ¿verdad? Si no, nadie va a querer comprarlo, ¿lo entiende?

CAMILA ¿Por qué me hablas ahora como si fuera tonta?

CELIA Perdone, no quería molestarla.

CAMILA Deja ese armario tranquilo, ¿entendido? Ya habrá tiempo. Los jenes tenéis mucha prisa.

CELIA ¿Usted no tiene prisa por vender?

Pausa.

CAMILA No tanta. Ya has acabado tu turno. ¿No quieres irte a dar un paseíto?

CELIA No, gracias, me voy a mi habitacin y la dejo tranquila. Si necesita algo me llama.

CAMILA Muy bien.

CELIA Que descanse, sera.

CAMILA ¡Me cago en la leche!

CELIA ¡Perd, Camila! Buenas noches.

CAMILA Hala, largo. Buenas noches.

Celia le re coloca el chal y luego sale.

Joder, con la asistenta.

Se quita el chal. Va al armario, saca una llave y abre. Cierra y se la vuelve a guardar.

Mejor ser fuerte, como t.

Sale accionando las ruedas de su silla. Oscuro.

SEGUNDA PARTE

6. Se abre el armario

Al día siguiente, a media mana, escena vacía. Se oye «Satisfaction» en la radio y a Camila canturreando en la ducha, off.

Celia entra con las ropas de la abuela en la mano. Mientras vigila la entrada a los dormitorios, las registra con prisa. Encuentra una llave. Corre al armario. La llave no abre. Sacude la puerta.

CELIA ¡Maldita vieja!

Sale corriendo. Vuelve de inmediato con otro manojo de llaves y las prueba, mientras sigue pendiente del sonido de la ducha. Ninguna abre.

Joder con Mick Jagger…

Vuelve a registrar las ropas de la abuela, y encuentra otra llave. Con mucha prisa se dirige al armario. La llave abre la puerta. Mirando constantemente hacia los dormitorios, Celia examina el interior del armario. Encuentra una maleta grande y pesada y la saca con dificultad. Está cerrada.

Mierda.

Busca entre las llaves que tiene y prueba varias, cada vez más nerviosa. Cesa el sonido de la ducha. Celia se asusta y se queda en vilo hasta que oye un secador. Celia respira y sigue. Una llave abre la cerradura. Levanta la tapa.

¡Shit!

Dentro hay otra maleta pequea cerrada. El secador se detiene. Celia cierra de prisa y devuelve la maleta al armario mientras entra Camila en silla de ruedas, en bata y con una toalla y la radio.

CAMILA (Entrando) Mi amor, ¿podrías secarme…?

Ve la puerta del armario abierta y a Celia con todas las llaves. Apaga la radio.

CELIA (Cogiendo las ropas de la abuela) Las iba a lavar y encontré la llave en un bolsillo, ¡qué suerte, verdad?!

Camila se acerca al armario y lo mira detenidamente. Celia sigue, para distraerla.

Así ya sabemos donde está por si insiste. Esa mujer es lo peor, hay una parte de la sociedad que ha decidido vivir, gratis, del trabajo de la otra, ¿sabe? Con inversiones, rentas, dividendos y todo eso, sin producir nada real, pero aprovechándose, porque tienen capital, de lo que ya hay. Para mí son despreciables, pero así es la cosa, y ella es de esas… creo yo.

Camila coje la maleta y la levanta, como para sentir su peso.

CELIA Parece pesada, yo se la saco…

CAMILA ¡No! No quiero sacarla. So tiene fotos y papeles viejos. Dame la llave.

CELIA ¿No es mejor dejarlo abierto, por si vuelven?

CAMILA (Negando) Ahora tenemos la llave. Son cosas viejas, (mirando a Celia) pero no quiero que nadie curiosee.

CELIA Yo no quiero curiosear, Camila.

CAMILA ¿No?

Pausa. Camila la mira fijamente. Celia niega.

¿Si no quieres nada de mí para qué has venido a esta casa, con lo bonito que hablas y lo que sabes?

CELIA He venido por el trabajo… su sobrino, ¿no se acuerda?

Camila le mira en silencio.

Vengo por el sueldo, yo necesito trabajar para vivir. ¿Sabe quién soy, verdad, sera?

CAMILA Se quién soy yo. Pero el resto a veces se me olvida.

La abuela se queda pensando, como ida.

CELIA No se preocupe. ¿Le seco el pelo? ¿Vamos dentro? No se vaya a enfriar…

Celia le pone el chal y empuja la silla hacia los dormitorios.

CAMILA Pero antes cierra el armario, por favor…

Celia cierra las puertas.

Con llave.

Celia cierra con llave. Camila le tiende la mano.

Yo las guardaré

Celia le da todas las llaves. Suena el timbre de la puerta. Celia sale a abrir. Camila guarda las llaves. Entra Celia con Casilda.

CASILDA (A Celia) Te llamé, pero lo tenías apagado. Buenos días. La sera de ayer se olvidó de medir el saln y viene de camino: debe estar a punto de llegar.

CAMILA Muy bien, ponme la toalla y pásame mi labor.

Celia le enrolla una toalla al pelo, como a una actriz italiana de los cincuenta. Y Casilda le pasa una labor de agujas.

Así la esperaré tan ricamente.

Comienza a hacer calceta. Casilda la mira, interesada. Celia ordena el sal. A Casilda.

Y ¿qué? ¿Se venden muchos pisos?

CASILDA ¡Qué va! Poco y por cuatro duros, vamos fatal.

CAMILA Nadie tiene dinero para comprar, ¿no?

CELIA So algunos.

CASILDA Y casi nadie quiere vender, porque es mal momento.

CELIA So los que no tienen más remedio.

CASILDA Así es.

CELIA Los que tenían más, tienen más por menos, y los que menos, menos todavía: las crisis son muy útiles.

CAMILA (Sonriendo) Celia es una experta en finanzas.

CASILDA Pues yo no, a mí me va de culo, y los que vivimos de esto nos estamos yendo a la mierda, con perd.

CAMILA Que bien hablan en su agencia.

CASILDA Perd, sera.

CELIA Bueno, tú al menos tienes un sueldo.

CASILDA Voy a comisi. Si no vendo, no cobro.

CELIA Nos tienen cogidos por donde yo me sé.

CASILDA ¿Quienes?

CELIA Los que siempre ganan.

CASILDA Yo quiero ser de ese equipo.

CELIA Pues habla con la que está a punto de llegar.

CAMILA (Haciendo punto) Esa no tiene donde caerse muerta.

Pausa. Las otras dos la miran.

CELIA ¿Por qué dice usted eso?

CAMILA Las conozco.

CASILDA ¿A quién?

CAMILA A las que fingen.

CELIA No la entiendo, Camila.

CAMILA Porque estas presa de tus prejuicios. Alguien con dinero de verdad nunca perdería tanto tiempo en un piso como este.

CASILDA Mujer, a ese precio este piso es un buen negocio.

CAMILA Para alguien con mucho dinero, no. O es una mandada, de las que se da ínfulas, ¿sabes? O una pelagatos.

CASILDA Pues yo si tuviera dinero se lo compraba.

CAMILA ¿Ves? Una pelagatos, con perd.

CELIA Habla como si tuviera mucha experiencia en ese mundo.

CAMILA ¿En cuál?

CELIA En el del dinero.

CAMILA No mucha, pero conozco a la gente, y a esa sera no le sobra su sueldo, o lo que tenga.

Llaman a la puerta.

CASILDA Pues ahí está.

Celia sale a abrir.

CASILDA Creo que vender como lo está haciendo es inteligente.

CAMILA Pues yo me siento una imbécil, aquí, con la calceta.

CASILDA Mujer…

Entran Celia y Carol.

CAROL (A Camila) ¡Pero qué guapa está usted hoy! Parece Sofía Loren.

CELIA (Aparte a Casilda) ¿Quién?

Casilda se encoge de hombros.

CAMILA Muchas gracias, es usted muy amable.

CELIA (Aparte a Casilda) Peludita y suave, como una tarántula.

CAROL Me gustaría medir el sal.

CAMILA Muy bien.

CAROL Y he traído una ganza especial para abrir puertas de armario… (a Celia) sin romperlas.

CELIA Hemos encontrado la llave. La tiene la sera.

CAROL No la llames señora, no le gusta… Camila, ¿verdad?

Camila asiente.

¿Puedo abrir el armario?

CAMILA (Asintiendo) Aquí está la llave. Celia sabe cuál. Es muy lista.

Le da la llave a Celia, que abre el armario. Carol se acerca a mirar. Casilda, disimuladamente, también.

CAROL (Mirando la cerradura y la puerta) Esto es casi una caja fuerte, y es muy profundo.

Camila asiente sonriendo, como si no hubiera entendido.

CAROL

(Mirando el interior) Madre mía, qué maleta más grande que tiene usted ahí. ¿Se va de viaje?

CAMILA ¿Dde voy a ir yo, con la cadera rota? Son so cosas viejas.

CAROL A mí me encanta ir al rastro a ver cosas viejas. ¿Qué son, recuerdos familiares?

CAMILA Algo así.

CAROL Perdone el atrevimiento: ¿no me dejaría verlos un instante? Mi pasin son las cosas antiguas…

Pausa. Las tres miran a Camila, que mueve la cabeza, como ida.

CAMILA No. Son cosas personales, de mi difunto marido. No quiero que nadie las vea.

CAROL ¿Y si se lo pido por favor?

CAMILA Además me pongo muy triste cuando se abre esa maleta…

Pequeña pausa.

CAROL Le prometo que no le diré a nadie lo que hay…

Camila tiene un arranque inesperado.

CAMILA (Chillando como una loca y arrancándose el chal) ¡He dicho que no!! ¡Cojones con la puta madre que te pari! ¿Es que nadie me entiende!!?¡Me cago en la hostia de la puta de la mierda de la maleta!!

Arremete con la silla de ruedas contra Carol, intentando pincharla con una de las agujas de hacer punto. Revuelo general. Carol se esconde detrás de Casilda.

CELIA ¡Sera! ¡Cálmese! ¡Por favor, sera!

CASILDA Camila, Camila… tranquila…

CAMILA (Chillando) ¡Hijas de puta! ¡Hijas de puta!

Camila intenta pinchar también con la aguja a Casilda y a Celia, que la esquivan, hasta que de repente se detiene, como si no se acordara de lo que estaba haciendo. Mira la aguja en su mano. Pausa, las tres la miran asustadas.

CASILDA (Aparte a las otra dos, en voz baja) Su sobrino me dijo que si la importunábamos mucho podía ponerse nerviosa…

CAROL ¿Y ahora lo dices?

CASILDA No es algo como para decirle a un cliente…

CELIA A mí también me lo dijo, pero creí que exageraba… pero no. Igual que mi madre. Pobrecilla…

CAROL La pobrecilla casi me ensarta como a un pincho. ¡Joder con la vieja loca!

CASILDA Parece que se está calmando.

Ambas miran a Celia, para que haga algo.

CELIA Sera, ¿está usted bien?

CAMILA (Negando) Tengo un problema.

CELIA ¿Qué problema, sera, Camila?

CAMILA (Sonriendo tímidamente, ensendo la labor)

Creo que se me ha ido un punto.

CAROL (Aparte a Casilda) O dos.

CELIA Camila, yo no se hacer punto, pero seguro que se puede arreglar. (A las otras) Ya no hay peligro.

CASILDA Yo sí se hacer punto.

Camila, con cara de pena, le tiende las agujas a Casilda, que se acerca con cuidado y las coge.

CASILDA (Mirando la labor, e intentando arreglarla, aparte a las otras)

La que no tiene ni idea es ella.

CELIA Pobre: está mayor y enferma. (Se agacha junto a ella, que está como ida). ¿Esta usted bien, Camila?

CAROL (A Casilda) Enferma su puta madre. Quería clavarla en serio.

CELIA (Que la ha oído. A Carol) Las de su clase creen que todos son de su condici.

CAROL Hija, ¿tú de qué vas?

CELIA ¿No le da vergnza hacer negocio con la necesidad ajena?!

Pausa. Las tres miran a Carol.

CAROL (Tras pensar un momento, encogiéndose de hombros)

Es el fundamento del comercio.

CELIA Ya sabía yo que usted no era buena gente.

CAROL ¿Y vosotras sí? También os beneficiáis.

CELIA Algunas más que otras.

Carol mira a Casilda

CASILDA Esto no lleva a ninguna parte. El negocio debe ser justo y punto. Creo que deberíamos medir.

CAROL Tienes raz. Empezaré por el armario.

CAMILA (sonriendo) No toque la maleta.

CAROL (A Casilda) ¿Me ayudas?

CASILDA (A Camila) ¿Le pongo un poco la radio?

Camila asiente. Casilda le da la labor a Celia, que le re coloca el chal a Camila y se agacha junto a ella. Carol saca un metro y comienzan a tomar medidas que anota en una agenda.

CASILDA

(Aparte a Carol) No sabía que estaba tan mal la vieja. Igual se podría reflejar algo de esto en la escritura de venta.

CAROL (ídem. Dejando de medir) ¿Qué quieres decir?

CASILDA Una cláusula que contemple que si ella se vuelve loca, se la pueda llevar a una residencia, o algo así… habría que hablar con un abogado…

CELIA (Que ha oído algo, acercándose, enfadada) Perdona, ¿qué estás diciendo?

CAROL ¿No sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

CELIA Peor es robar a una anciana indefensa.

CAROL (Sonriendo) Qué sabrás tú de ancianas indefensas…

Pausa. Celia la mira.

CELIA ¿A qué viene eso? ¿Es que la conoces?

CASILDA(En voz baja) Salgamos fuera, un momento, no le de otro arranque. (A Camila). Salimos fuera, a fumar. Enseguida volvemos, no se preocupe.

CAMILA ¿Sabéis que vais a morir, verdad?

CASILDA ¿Perd?

CAMILA Por lo de fumar.

CASILDA Ah, bueno, no se preocupe, no va a ser hoy.

CAMILA (Sonriendo) Nunca se sabe.

Las tres salen.

Camila se quita el chal con rabia y lo arroja por la ventana.

CAMILA ¡A la mierda con el puto chal ya! ¡Ojalá os caigáis por la escalera! ¡Trío de brujas!

Camila se levanta y se estira. Le da una patada a la silla, con rabia. Apaga radio. Saca un mil de entre sus ropas y marca, sin dejar de mirar a la puerta y andar estirando las piernas.

CAMILA (Hablando por el mil) Estoy hasta las narices, y no voy a aguantar mucho más este estido plan … Pídele paciencia a tu sera madre, que no te paga, si no me sacas de aquí mataré a esa asistenta. … No lo se, pero la compradora me da mala espina, y la asistenta también. … Por co preguntan… Más te vale, no aguantaré otro día más!

Corta con rabia y se guarda el móvil.

Estoy rodeada de iniles con ideas de bombero.

Se acerca y levanta la maleta del armario, para comprobar que sigue siendo pesada. Se oyen las voces de las otras que vuelven. Camila corre a su silla y se sienta de un salto, cogiendo la calceta y adoptando una pose dulce. Enciende radio. Entran las otras tres, con Celia delante, que lleva el chal en la mano, gritando enfadadas.

CASILDA (A Celia) ¡No seas tonta! ¡No vas a arreglar nada y le vas a dar un disgusto!

CELIA ¡Mejor un disgusto que una traici!

CAROL (A Casilda) Latina melodramática.

CAMILA ¿Qué pasa, hijas mías? Parecéis nerviosas.

CELIA (Apaga la radio) ¿Sabe lo que quieren hacer estas?

CAMILA No sé qué quieren hacer estas simpáticas jenes.

CAROL Gracias por lo de jenes.

CAMILA Se merecen más por lo de simpáticas, pero de nada.

CELIA (Por Casilda) Esta proponía bajar el precio e incluir una cláusula para llevarla a usted a una residencia.

CASILDA So en el caso de que se sintiera peor…

CELIA Tú lo ico que quieres es tu comisi, y lo demás te da igual.

CASILDA Yo quiero un negocio justo.

CELIA Quitarle el derecho a morir en su casa no es justo.

CASILDA (Aparte a Celia, en voz baja) ¿Pero tú no te enteras de que si no hay venta tampoco habrá dinero para pagarte a ti?

CELIA No todo el mundo es tan interesado como t!

Pausa.

CAROL Y usted, Camila, ¿qué dice de todo esto?

CAMILA Mi sobrino lo lleva todo.

CAROL El sobrino famoso.

CELIA Eso, hablen con él y déjenla en paz…

CAROL (A Celia) ¿Pero tú de qué vas, muchacha? Deja ya de enredar, por favor.

CELIA Me han contratado para cuidar de Camila. Ya ha medido el sal, así que váyase y hable con el sobrino.

CAROL ¿Me estás echando otra vez?

CELIA Pues ya ves.

CAROL Ni que fueras policía.

CELIA (Sacando el mil) No me importaría llamarla si siguen molestando.

CASILDA Un poco de calma.

CELIA Exacto, no quiero que me la pongan más nerviosa.

Pausa.

CAROL (A Casilda) Venga, vámonos. Quiero hablar con usted.

CELIA Pienso contarle todos sus trapicheos al sobrino.

CAROL Seguro que le encantará escucharte.

CELIA No se qué se refiere, pero está sera se merece que la dejemos en paz.

CAROL No lo se, apenas la conozco.

CELIA Yo he conocido a otras así. Usted no sabe cuando la gente está enferma de verdad, pero yo sí.

Pausa.

CAROL Me alegro por ti. (A Casilda) Vámonos.

CASILDA (Confundida) Hasta luego.

CAMILA Que tengáis un buen día, simpáticas.

CAROL Muchas gracias. Seguro que nos volveremos a ver.

CAMILA La vida da muchas vueltas.

Salen Casilda y Carol.

7. «Esta misma tarde»-monologo Casilda

Celia, con el chal en la mano.

CELIA Camila, puede confiar en mí, ¿sabe? Si la he molestado en algo antes, le pido disculpas. Estoy con usted cien por cien. Yo sé que a veces usted me entiende.

Camila la mira como si no entendiera nada.

¿No le gusta llevar esto, verdad?

Camila no responde.

Pero no hay que tirarlo por la ventana, mujer. No se preocupe. Puede confiar en mí, yo se que es usted buena, aunque haya gente que no. Y perdeme por dudar y decir cosas raras. (Se agacha y le besa la mano) Le ayudaré pase lo que pase, ¿de acuerdo? No le fallaré.

Camila la mira, sin expresión. ¿Quiere usted algo más? (Por la radio) ¿La enciendo?

Asiente.

Voy a cerrar el armario.

Cierra con llave y le da la llave a Camila.

Así.

Pausa. Camila mira al infinito, como ida.

¿Quiere que la deje tranquila, al solecito?

Camila asiente. Celia la coloca en la silla mirando a la ventana, frente al cartel de «Se Vende». Le da la calceta y su libro.

Si necesita algo, llama.

Celia sale. Camila mira para cerciorarse de que se ha ido y su cara de ida se transforma en un gesto de furia: está harta. Saca su móvil sin dejar de vigilar y lee un mensaje. Su cara se alegra.

CAMILA (Sin quitar ojo de la entrada. Marca un número, escucha unos segundos y habla en voz baja) ¡¡Por fin!! Acabo de leer el mensaje…¿Me escuchas…? No, cuanto antes: esta misma tarde. Espérame abajo en el coche a las tres… no, a las tres en punto, me sobra tiempo… a las tres. (Cuelga) ¡Bien!

Hace un extravagante gesto de alegría. De repente suena el timbre. Camila esconde el mil apresuradamente y vuelve a adoptar su expresin de orate. Celia entra.

CELIA !Espero que no sean ellas otra vez!

Abre la puerta y entran Carol y Casilda.

CASILDA (A Celia, selando a Carol) Quiere hablar contigo. En privado. No sé muy bien de qué va esto.

CAROL (Apaga radio, autoritaria, a Celia) Por favor, acompáme afuera un momento, dos minutos, pero es muy importante, y así no molestamos a Camila.

Celia duda, pero finalmente asiente.

CELIA (A Camila) Vengo enseguida, no se preocupe.

Camila las mira, algo sorprendida, pero sin decir nada. Salen Celia y Carol. Se produce un silencio embarazoso. Camila se hace la loca mirando por la ventana.

CASILDA Pues aquí estamos.

Silencio.

¿Usted entiende algo de esto?

Silencio.

Yo no.

Silencio.

¿Por qué quiere volver a hablar con la asistenta?

Silencio.

A mí desde luego no me lo ha dicho.

Silencio.

Es rara.

Silencio.

Es un huevo de rara, con perd.

Silencio.

Todo es raro, la verdad. Raro, raro, pero muy raro.

Silencio.

¡La situacin es rara de cojones, no me diga que no! Usted que no sé si me oye, yo hablando sola, como una idiota, las otras dos ahí fuera diciéndose no sé qué, el sobrino misterioso de la barba, que también era raro, usted enferma, y no se ni lo que le pasa, ¿qué le pasa a usted, Camila?

Silencio.

Raro de cojones. Yo no me entero, usted no me habla y a la otra no la entiendo. Estupendo.

Silencio. La Carol se las trae. Yo no se si es por ser rica o por ser mala, pero vaya con la compradora…

Silencio.

Mientras no sea peligrosa.

Silencio.

El otro día vi un documental sobre una asesina en serie.

Silencio.

Me puso los pelos de punta, y mira que a mí me gustan las series de terror, como a mi hijo, el pobre, pero es que esta era…

Silencio.

Rara, también. Muy rara.

Camila se vuelve a mirarla. ¡Ah! Ya se está asustando, eh, Camila!? Usted entiende más de lo que parece, pero a veces se hace la sueca, a mi no me enga.

Camila la mira en silencio. Por mí puede usted no hablar, a mí me encanta hablar sola, como las series de vampiros, que también nos encantan, a mi hijo y a mí, pero lo que le decía, la asesina esa buscaba señoras solas, muchas veces impedidas, en silla de ruedas, como usted, y las mataba y guardaba sus trozos en la nevera, bueno primero las cortaba en trozos -después de matarlas, quiero decir-, y luego al refrigerador, a alguna tardaron en encontrarla tres meses, igual era un congelador, no estoy segura, y cuando las había troceado cambiaba de casa, era una chacha, emigrante, pero menuda asesina, a una de las timas la mató justo cuando la señora se iba a mudar a casa de su hijo, justito la noche antes, la policía incluso sospechó del hijo, pero no, el pobre salía también en el documental, destrozadito estaba -no en trozos como la madre, si no muy triste, imagínate, la noche justo antes de irse, zas, la madre a la nevera, como un soufflé, se acabó la nueva vida, hay que joderse. Y salió en el telediario y todo, que hoy es como una película de terror, con tanto asesinato, y eso que era en Alemania, aunque puede ocurrir en cualquier lado, la verdad, porque hay mucha loca suelta, y no digo yo que la Carol esta sea una asesina en serie, pero ¿no es un poco rara? ¿Para qué mide tanto? ¿Y lo del armario? Ahí no puede guardarla, porque olería pronto (ríe), no me haga caso, que yo disparato mucho… O llevarla a una residencia siniestra, no se…

Camila sigue mirándola en silencio.

…a mi todo esto me parece muy raro, y sí que tardan estas dos…¿qué demonios le estará diciendo? Mira que hay gente rara…

Casilda se acerca a la puerta, y mira afuera. Camila saca las agujas de hacer punto y se las guarda en la manga, por si acaso.

Casilda vuelve junto a Camila.

Pero no me haga caso, Camila, que todo esto son tonterías que una dice, para entretenerse… ¿no se habrá asustado usted, verdad…?

Camila le sonríe y le hace un gesto con la mano para que se acerque, mientras saca las agujas. Cambio de luz.

8. ESCALERA. Carol se revela a Celia.

En la escalera (o portal). Celia y Carol hablan.

CAROL Soy policía.

Le entrega su credencial, Celia la lee con atención.

CELIA ¿Comisaría central de policía judicial?

CAROL (Asiente) Soy inspectora y estoy vigilando a tu señora desde hace bastante tiempo.

CELIA ¿Por qué? ¿Qué ha hecho?

CAROL Comprenderás que no te lo puedo decir. No creemos que sea peligrosa, pero tenemos que vigilarla de cerca, para que no huya.

CELIA En silla de ruedas no iría muy lejos.

CAROL No sabemos si finge esa minusvalía, como lo de hacerse la loca, por eso la vigilo tan de cerca.

CELIA No finge.

CAROL ¿Co lo sabes?

CELIA Mi madre acabó igual, con demencia senil, no es una macana. Cuando la veo se me pone un nudo en la garganta. Está igual que estaba ella. Hasta habla con el fantasma de su marido.

CAROL Quizás, pero puede estar fingiendo todo eso.

CELIA Si finge es una fantástica actriz, amerita el oscar.

CAROL No sería la primera actriz delincuente que conozco.

CELIA Y si ha hecho algo, ¿por qué no la detienen?

CAROL No te lo puedo decir.

Pequeña pausa.

CELIA ¿Entonces para qué me cuenta que es usted policía?

CAROL Porque me estabas estorbando en mi trabajo. Aunque supongo que no lo harías a posta… ¿verdad?

CELIA ¿Cree que yo… que yo estoy… ¿cree que soy su cplice, o algo así?

CAROL Dímelo t.

CELIA ¿Me está interrogando…? No se si es… legal…

CAROL (Con suficiencia) No creo que seas su cplice. Te lo cuento para que dejes de estorbar, porque te puede salir caro, y también para pedirte un favor.

CELIA Usted dirá.

CAROL Que me ayudes a vigilarla un par de días.

CELIA ¿Cómo?

CAROL No perdiéndola de vista y llamándome si pasa algo. Antes vivía en otro sitio, más controlado, pero se ha mudado aquí, y no tenemos vigilancia montada. Y si no pasa nada, me llamas cada hora para decírmelo.

CELIA Tengo muy poco saldo en el celular.

CAROL Pues me mandas un wassap y te llamo yo.

Pausa, Celia piensa.

CELIA No se si esto está bien, me han contratado para cuidarla…

CAROL Estás hablando con un policía que te pide ayuda. ¿Sabes lo que es obstruccin a la justicia?

CELIA Pero ¿qué ha hecho?

CAROL No te lo puedo decir, pero no es una buena persona. Ha hecho mucho dao a gente sencilla como t.

CELIA ¿En serio?

CAROL Sí. Me gusta co eres, yo también defiendo a la gente normal frente a tantos ricachones y sinvergnzas.

CELIA Creí que usted era rica. También usted es buena actriz.

CAROL Gracias, es mi trabajo. Me encantaría que me ayudaras a meter entre rejas a una buena pieza.

CELIA Igual antes era distinta, ahora lo que da es pena…

CAROL A punto estuvo de ensartarte con la aguja.

CELIA Por la enfermedad…

CAROL ¿Estás segura?

CELIA Bastante. Y usted misma dijo que no era peligrosa, ¿no?

CAROL Creemos que no. Y si haces lo que te pido, sin decir nada, seguro que no lo será.

CELIA ¿De qué quiere que le avise? ¿Qué tipo de cosas?

CAROL Sobre todo si quiere salir, vienen a verla o la llaman.

CELIA No tiene teléfono.

CAROL Que sepamos. Tú la has conocido hoy, ¿verdad?

CELIA Sí.

CAROL Intenta descubrir si finge o no.

CELIA Dale, de acuerdo.

CAROL Muy bien, vamos. Ni una palabra de esto a nadie,y sígueme la corriente ahí dentro.

Salen. Cambio de luz.

9. Celia se revela a Camila

Casilda, con las agujas en la mano, le está ensendo a hacer calceta a Camila.

CASILDA Dos al derecho, y uno del revés. Dos al derecho y uno del revés… y vuelta a empezar…

Entran Carol y Celia.

CAROL Le he pedido perdn a Celia porque igual fui un poco agresiva, y quería pedirle perdn también a usted, Camila, por si la he molestado en algo.

Camila la mira sin expresión, asintiendo con la cabeza.

CAMILA Te perdono, hija mía, aunque no sé por qué, lo ico que quiero es que me dejéis tranquila de una vez.

CAROL ¿Y a qué tanta prisa? ¿Tiene algo que hacer esta tarde?

CAMILA (Asintiendo) Morirme. Quizás hasta acabe en la nevera.

CAROL ¿En la nevera?

CASILDA ¡Es una broma! Es que antes hemos hablado de un documental… no tiene importancia…

CAROL ¿Un documental sobre neveras?

CASILDA No, ella acababa en la nevera…

CAROL No entiendo.

CASILDA Le he contado que vi un documental de una asesina en serie que asesinaba abuelas y las metía en la nevera, en trozos…

Silencio. Las cuatro se miran.

CELIA (Mirando a Carol) ¿Una asesina en serie?

CAROL  (A Casilda) Es un tema de conversacin muy ameno, va usted mejorando.

CELIA ¿Que venía a asesinar a una abuela?

CASILDA Sí, una chica que… era una tontería.

CELIA Una chica que, qué?

CASILDA Que era su asistenta, y emigrante, una tontería que se cuenta por decir algo, como tardabais tanto…

Silencio.

CAMILA (Sonriendo) Tiene un humor muy simpático. Y le gustan los vampiros.

CELIA (A Casilda) Pero tú estás un poco tonta, no?

CASILDA Perd, hablo mucho y digo tonterías, pero Casilda sabe que no tiene de qué preocuparse.

CELIA Por supuesto que no.

CAROL Bueno, me despido. A lo mejor vuelvo mana, con otra persona que quiero que lo vea. Te avisaré.

CASILDA (A Carol) Cuando usted quiera, ya casi vivo aquí. Y también me voy. Buenas tardes.

CELIA Adiós.

Salen Carol y Casilda. Celia las acompaa y vuelve enseguida.

CELIA Ya se han ido. ¿Quiere ver la tele en su cuarto? ¿Oír la radio? ¿Qué quiere hacer?

CAMILA No. Ha sido un día duro, me voy a descansar: te doy la tarde libre. Vete por ahí, a pasear.

Pausa. Celia duda.

CELIA No se preocupe, Camila, me quedo encantada. Ya le dije que puede confiar en mí.

CAMILA Gracias, mi amor, estoy mejor sola, no me apetece que haya nadie en casa, manías de vieja.

Pausa.

CELIA Camila, le digo de verdad, no se preocupe, estoy con usted.

CAMILA Ese es el problema: quiero que te largues por esa puerta, ¿te queda claro?

Pausa, Celia la mira asombrada.

CELIA Pero… No puedo irme, sera, le prometí a… su sobrino que no la dejaría a solas.

CAMILA En mi casa mando yo, no mi sobrino.

CELIA Pero él es quien me paga…

CAMILA Pero yo te digo que te vayas.

CELIA No puedo, sera. Además, el contrato es de pensin completa, no tengo donde ir.

CAMILA Te pago un hotel.

Pausa

CELIA Muchas gracias, pero no puedo aceptarlo. Prefiero quedarme, es mi contrato… ¿Se encuentra usted bien?

CAMILA (Conteniéndose) Muy bien, mi amor. Eres un sol, pero quiero que te vayas, así que llama a mi sobrino y le dices que yo te lo he pedido, a ver qué te dice…

Celia duda. Ordena:

¡Vamos…!

CELIA De acuerdo…

Celia saca el móvil y llama. Espera.

No lo coge…

CAMILA ¡Joder! A ver, déjame ese cacharro.

Celia le da el aparato.

¿Estás segura de que es este su número?

Celia asiente. Camila marca otra vez. Espera. Nadie lo coge. Le devuelve el móvil.

Este hombre es un desastre. ¿Qué hora es?

CELIA Las dos y media, con tanto quilombo…

CAMILA Sigue intentándolo, me voy a poner algo más codo, no dejes de llamar.

Camila sale accionando su silla de ruedas.

Celia piensa, con el mil en la mano. Se acerca rápido al armario y tira de la puerta, comprobando que está cerrada. Suena un mensaje entrante. Al mirarlo Celia se sorprende. Camila entra en su silla, vestida de calle y un mil en la mano.

CELIA ¡Qué guapa! ¿Va a a dar un paseo?

CAMILA ¿Has hablado ya con mi sobrino?

CELIA No.

CAMILA He encontrado un mil viejo que me dejó por si acaso, le voy a llamar yo, a ver si a mí me coge.

Marca. Celia se acerca a ella y le detiene en el marcado con un gesto.

CELIA Camila, no me voy a ir: sé que la policía la vigila.

Pausa. Camila la mira.

CAMILA Otra que anda viendo muchas series…

CELIA No, Carol es policía, y me lo ha dicho.

CAMILA No conozco a ninguna Carol.

CELIA No siga disimulando, Carol me ha dicho que seguramente finge su demencia, aunque yo me lo creí, es usted muy buena.

CAMILA (Desamparada) ¿Quién es Carol?

CELIA No cuela.

CAMILA (A punto de llorar) No conozco a ninguna Carol, lo siento, me hablan de gente que yo no… lo siento…

Llora. Celia vuelve a dudar de si tiene Alzheimer.

CELIA (Ensendole el mil) ¡Por dios! Camila, esa sera me ha ensedo la placa de la Comisaría Central de Policía Judicial, y la vigila a usted desde hace varios as aunque no me ha dicho por qué, pero yo la voy a llamar para decirle que usted me pide que me vaya y se ha vestido para salir, que es justo lo que me pidió que vigilara, porque no se cree su invalidez y teme que huya… ¿La llamo? ¡¿me entiende ahora, o va a seguir haciéndose la loca?!

Camila la mira sin expresin unos instantes. Finalmente se levanta de un salto.

CAMILA ¡Lo sabía!

Le da una patada a la silla.

¡Puto plan estido! ¡Y puta silla! ¡Así que esa es la bruja! La calé desde el primer momento, porque veo las cosas como son. Y t, ¿quién eres?

CELIA Celia, su cuidadora…

CAMILA Eso ya lo se, pero ¿no eres otra persona? ¿Por qué no has llamado a esa policía, como es tu deber?

Pequeña pausa.

CELIA Porque no me gusta la policía. Nunca me ha gustado. Estuve un tiempo sin papeles, y no me caen bien. En mi país no nos gusta llamar a la policía para denunciar a un primo que no nos ha hecho nada.

CAMILA Me gusta ese país.

CELIA Y normalmente la gente a la que no le gusta la policía se ayudan unos a otros…

Pausa.

CAMILA Ah… ya. Se ayudan.

CELIA Claro, ¿por qué te vigila la policía, Camila?

CAMILA (Acusando el cambio de tratamiento, con ironía)

Por favor, tutéame. ¿No te lo ha dicho Carol?

CELIA No podía, me dijo que no te contara que es policía.

Pequeña pausa.

CAMILA Me vigilan porque les doy miedo. Sé mucho de mucha gente importante y no quieren que hable. Corrupcin y esas cosas… (Celia asiente) ¿Y en qué tipo de ayuda estabas pensando?

CELIA Tú eres la que no tiene prejuicios, así que valora tú que yo no llame a la policía, que es mi deber, como dijiste antes, para advertirle de que te vas.

Pequeña pausa.

CAMILA ¿Cinco mil euros?

CELIA (sonriendo) Creo que se queda corto.

CAMILA Eres ambiciosa. Llego a diez mil, pero es mi tope.

CELIA Pues yo pensaba en un poco más.

CAMILA ¿Cuanto?

CELIA Doscientos mil euros estaría bien.

Camila se ríe con incredulidad.

CAMILA Chica, tú estás mal de la cabeza, yo no tengo ese dinero, y nunca lo he tenido.

CELIA Creo que tienes bastante más en esa maleta, Camila Guzmán Bueno, viuda de Pe, ex-capos de la costa.

Pausa. Celia saca su mil del bolsillo.

CAMILA Tú no te dedicas a cuidar a las personas, ni te llamas Celia, ¿me equivoco?

CELIA Sí y no. Me llamo Celia, pero trabajo en una agencia de investigacin privada. Nos contrató tu hijo.

CAMILA ¡Ja! Lo sabía. Mi hijastro, querrás decir, y la zorra de su mujer, ¡esa desgraciada!

CELIA Quiere encontrar el dinero con el que ahora pretendes huir: dice que es de su padre, de sus negocios urbanísticos.

CAMILA ¡Machista de mierda! Yo le ayudé a ganarlo.

CELIA

(Mostrando el mil) Por doscientos mil en mano no les avisaré ni a ellos ni a la policía, ni les diré que te vas a las islas Cayman en el avin de las cuatro. Les diré que eres una viejecita pirada y que de momento está todo controlado.

Camila la mira.

Soy buena en mi trabajo. Igual que tú en el tuyo, o Carol en el suyo: ¡este país está lleno de grandes actrices! Me llegué a tragar lo de tu alzheimer, enhorabuena! Eres una crack. Pero tu forma de echarme, y lo de pagarme un hotel, me hizo sospechar. (Ensea el mil) Y me acaban de confirmar tu viaje.

CAMILA Ya sabía que la idiotez de la silla y la cuidadora me iba a traer problemas…

CELIA Pues el juez se lo crey.

CAMILA Otra lumbrera como mi abogado! Empadronarme aquí, ponerlo a la venta, una cuidadora… ¡tonterías!

CELIA Gracias a eso te devolvieron el pasaporte: fue una obra de arte, tu abogado es un genio, despistó al juez y a los medios.

CAMILA Una estatua le voy a hacer.

CELIA Y lo de hablar con el fantasma de tu marido es muy bueno, casi me lo trago.

CAMILA Yo le hablo en serio, no sé si me responde.

CELIA Llegué a creer que estabas loca.

CAMILA ¿Y ahora qué hago contigo…? Sabes que perderás tu trabajo si me dejas escapar.

CELIA Abriré mi propio negocio en otro país: yo también me voy hoy. Por eso necesito el dinero… en efectivo.

CAMILA ¿Esa policía sabe quién eres?

CELIA Cree que soy tu asistenta y duda de tu locura.

CAMILA ¿Al menos eres latinoamericana?

CELIA De Leganés, abuelos chilenos… Pinochet.

CAMILA Dicen que era un cabrón.

Celia asiente.

Si me detienen adis a tu negocio: lo diré todo.

Camila mira su reloj.

Hay que joderse. Espera aquí.

Camila se dirige al armario, saca la maleta y sale con ella hacia el dormitorio. Celia escribe un mensaje en el mil. Camila vuelve con un sobre.

CAMILA (Dándole el sobre) Doscientos mil. Cuéntalo.

CELIA (Lo ojea por encima y lo guarda en el bolso) Si falta algo llamaré a Carol, intuyo que tienes prisa.

CAMILA (Con ironía) Supongo que tú también. Adi.

CELIA Buen viaje. Si algo falla, siempre puedes dedicarte al teatro.

CELIA Lo tendré en cuenta.

Celia sale. Camila se queda mirando el vacío.

CAMILA (De repente) ¡Me cago en todos los corruptos! ¡Incluida yo! ¡La adorable latina era una hija de puta, qué le vamos a hacer! (Mientras saca un bolso grande, en el que va metiendo ropas a toda prisa, moviéndose con gran agilidad) ¡Contratada por otro hijo de puta que desde luego no va a ver un duro más! Así es la vida, unos dan y otros toman y toman y toman, y tomemos las de villa diego. Esta no me denuncia porque perdería sus doscientos, y lo mío es ahora o nunca: policía hija de tu madre: ya te pongo cara, nos has estado jodiendo durante diez as, Carol, pero no nos vas a joder más. ¡Bye bye, au revoire! Una servidora se larga de este país de mierda y se lleva su dinerito, el poco dinerito que le han dejado estos funcionarios tarados, por no hablar de los banqueros. En fin, por poco, pero yo gano y nadie pierde, ¿qué son quince millones comparado con lo que se despilfarra en tonterías o en untar a corruptos de medio pelo? Mas vale un corrupto como dios manda que mil defraudadores mindundis, ¡al menos nosotros hacemos historia!

Suena el timbre de la casa.

Coño. ¿Quién será ahora?

Se queda quieta. El timbre vuelve a sonar.

Mierda.

Esconde el bolso. Se sienta en su silla de ruedas y va a abrir.

10. Todo se complica

Entra Camila, en su silla, seguida de Casilda, nerviosa.

CASILDA Perdone por venir sin avisar, pero tenía que hablar con usted. Su sobrino no me coge el teléfono.

CAMILA Ya lo mataré cuando lo vea. Tengo so un minuto.

CASILDA (Al verla vestida) ¿Va a salir con Celia?

CAMILA No, Celia no está. Vienen a verme unos amigos. ¿Qué querías?

CASILDA No la entretengo, Camila, no la entretengo, la verdad es que me ha costado mucho venir, no me gusta pedir y siempre he trabajado para tener lo que tengo, que no es mucho, pero este trabajo es mi tima oportunidad, y es un trabajo muy malo, pero tal y como está todo/

CAMILA Me estás entreteniendo.

CASILDA Perd, intentaré ser breve, el caso es que si no firmo un pre contrato esta semana me despedirán…

CAMILA ¿Pero no trabajabas a comisi?

CASILDA Pero igual me despiden.

CAMILA Qué mierda de trabajo.

CASILDA Mi supervisor dice que, si no firmo una pre venta, estoy fuera, y solo tengo la suya…

CAMILA Vuelve mana, que es viernes, y firmamos.

CASILDA (Agobiada) Mañana no puede ser, tiene que ser hoy mismo, estoy en un lío muy grande… mi hijo está enfermo…

CAMILA (Cortándola) Ahora no puedo. Mana me lo cuentas.

CASILDA No, por favor, Camila, lo siento, tiene que escucharme (comienza a llorar, Camila la mira, espantada) No quiero pedir favores, pero no tengo más remedio…

CAMILA Ahora no puedo, hija, lo siento mucho…

CASILDA (Sigue llorando) Es so un momento, déjeme que le explique, operan a mi hijo mana, veo a mi jefe esta tarde y si firman, aunque luego no salga, me pagará hoy y/

CAMILA Vuelve luego, a las siete y me lo cuentas…

CASILDA (Llorando) Ya no estará mi jefe, necesito que me firme, si luego hay gastos yo los pago, pero tiene que ser ahora…!

Camila la mira con odio, sin saber qué hacer.

Entra Celia sin que se den cuenta.

CELIA ¿Se puede? La puerta estaba abierta…

CASILDA (En lo suyo, a Camila) …Hoy me he enterado: tengo que entregar todo el dinero de la operacin mana a primera hora, si no, se cancelará… lleva meses esperando y no he conseguido ahorrar todo, pero no puedo fallarle, necesito el dinero de esta comisi… (Llora)

CELIA Hola… Casilda, ¿qué pasa?

CASILDA Nada, que tú eres un sol y yo un desastre (se aparta a llorar).

CELIA (A Camila, en voz baja) ¿Qué le pasa?

CAMILA (En voz baja) ¿Por qué has vuelto?

CELIA He estado pensando/

CAMILA Mal hecho.

CELIA (A Camila) Tengo que hablar con usted.

Camila mira con odio a Casilda, le hace un gesto a Celia para que espere.

CAMILA (A Casilda) Vuelve luego, por favor, y podré atenderte.

CELIA Si quiere podemos hablar delante suyo, por mí…

CAMILA No, gracias.

CASILDA No se preocupen. Espero allí. Y mientras hago una llamada.

CAMILA Joder. Espera en la cocina, por favor.

Sale Casilda. Camila pone la radio. Celia y Camila hablan en voz baja y rápida.

CAMILA ¿Qué quieres?

CELIA Según la ley de la oferta y la demanda tengo algo que usted necesita y puede pagar. En este rato me he dado cuenta y el precio ha subido.

CAMILA Ni hablar.

CELIA Igual a ella también le interesa, se la ve desesperada por su hijo… ¡Casilda…!

CAMILA Calla, ¿cuánto quieres?

CELIA El doble de lo que ya tengo en este bolso.

CAMILA Serás hija de puta.

CELIA Reflejo de lo suyo, sera.

Pausa.

CAMILA Espera aquí, y calladita.

CELIA Soy una profesional.

CAMILA Y tanto.

Camila sale en su silla hacia los dormitorios. Entra Casilda. Celia se intenta hacer la sueca mirando su mil.

CASILDA (A Celia) ¿Y Camila?

CELIA Ha ido un momento a su cuarto.

CASILDA ¿Te ha comentado algo sobre mí?

CELIA No…

CASILDA Igual cree que me quiero aprovechar de ella, o algo.

CELIA Seguro que no, es una taita muy bacana.

CASILDA ¿Perd?

CELIA Una viejecita muy buena.

CASILDA Ya pero yo vengo y le monto la escena, a ella, que es tan… pura, tan sin doblez.

CELIA También tendrá sus cosas, seguro.

CASILDA Qué va, es como t: buena gente, viéndote me avergnzo an más…

CELIA No es para tanto…

CASILDA Mana operan a mi hijo, tengo que llevar el dinero a primera hora o se suspenderá y lleva esperando meses.

CELIA Pobre.

CASILDA Si me firma el pre contrato, mi jefe me adelantará el dinero. Aunque luego no compre, tiene que firmar hoy.

CELIA Vuelve a la cocina, me ha dado la tarde libre: le comento una cosa y te dejo tranquila con ella.

CASILDA ¿Pero y no te parece mal lo que estoy haciendo?

CELIA Seguro que hay cosas peores.

CASILDA (Emocionada) ¿No podrías decirle algo? A ti te aprecia, ¿no?

CELIA Cada vez más. Le digo, pero que no te vea.

CASILDA Muchísimas gracias, pensar que hay gente que no quiere inmigrantes, sois pedazos de pan bendito!

CELIA ¡Vete!

CASILDA Sí, espero en la cocina. Gracias. Eres un sol… (al salir se tropieza con el bolso de ropa) ¿Y esta bolsa?

CELIA No se, vete…

Casilda sale. Entra Camila, en la silla de ruedas, con el chal en el regazo.

CAMILA ¿Y Casilda?

CELIA En la cocina, esperando que yo me vaya.

CAMILA Ya somos dos.

Desdobla el chal, y saca otro sobre.

Entra Carol. Camila esconde de nuevo el sobre a toda prisa y adopta pose de abuela.

CAROL Hola, la puerta estaba abierta…

CAMILA ¡Muy bien, viva La Puerta Abierta! Que pasen todos.

CELIA (Sorprendida) Hola… creí que no volvería hasta mana.

Viendo a Camila vestida y a Celia con un bolso.

CAROL (Mirando a Celia) ¿Qué, de paseo?

CELIA No, salía un momento a un recado, a la farmacia. ¿Verdad, Camila?

CAMILA Sí, me duelen la cabeza y los pies. Y lo de en medio.

CAROL Pues se ha puesto usted muy guapa, como para salir…

CAMILA Al cementerio. ¿Y a usted qué tripa se le ha roto ahora?

CAROL Quería hablar con Celia, si no le importa.

Pequeña pausa. Camila la mira inexpresiva.

CAMILA (Con segunda intención para Celia) No me extra, es una chica estupenda. Oro en polvo. Voy adentro.

CELIA ¿No quiere que le guarde el chal? Para que no se caiga otra vez por la ventana…

CAMILA(Negando) Adoro este chal, me lo regaló el mejor hombre del mundo: mi marido, que en paz descanse.

Camila apaga la radio y sale en su silla.

CAROL (En voz baja a Celia) He averiguado que trabajas, desde hace poco, en una agencia contratada por el hijo de Camila, que no quiere el dinero para devolverlo, precisamente. Me lo ocultaste: eso es obstruccin y quizás complicidad…

Pequeña pausa.

CELIA ¿Me vas a detener?

CAROL No me queda otra opci, a no ser que me ayudes.

CELIA ¿A qué?

CAROL A encontrar el dinero.

Pausa, Celia piensa.

CELIA Te ayudaré, pero creo que no está en esta casa.

CAROL Tiene que estar en esa maleta.

CELIA Yo también lo pensaba… pero hace un rato abrió la maleta, y so había fotos viejas.

CAROL …No se si puedo creerte…

CELIA Pues pide una orden y registra la casa. Creo que no está, pero puede que lo traigan pronto.

CAROL ¿Por qué?

CELIA Su abogado, el falso sobrino, me dijo ayer que igual en un par de días se acercaba a traerle «cosas».

Pequeña pausa.

CAROL Sin dinero no hay nuevos cargos. Necesito encontrarlo, lo tiene que tener en efectivo.

CELIA Te ayudaré, si me prometes no divulgar nuestro acuerdo.

Carol se acerca a Celia y la mira a los ojos.

CAROL ¿No me estarás engando, verdad? Ese dinero no es suyo, es de los contribuyentes.

Celia mantiene la mirada.

CELIA (Afirmando con vehemencia) A mi tampoco me gusta esta gente, pero no quiero perder mi trabajo. Soy inmigrante ¿sabes?

CAROL Voy a confiar en ti, pero cuidado con lo que haces…

CELIA Vete, te avisaré si pasa algo pero, de momento no hay ningn signo de movimiento.

Entra Casilda, con la bolsa de Camila.

CASILDA Esto no será que Camila se va de viaje, ¿verdad, Celia?

Viendo a Carol.

Ah, no sabía que estaba usted aquí…

CAROL Me olvidé la agenda. ¿Eso estaba en el armario?

CASILDA Estaba el pasillo y como tenía tanta prisa, he pensado que igual se iba, tengo que hablar con ella…

Pausa. Las dos miran a Celia.

CELIA No se va a ningn lado, que yo sepa.

CASILDA Pobrecilla, es verdad, dde va a ir. (A Carol) ¿Necesita alguna informacin más sobre el piso?

Carol niega, mirando a Celia.

CELIA Ha vuelto por la agenda, pero ya se iba, ¿no?

CAROL No, he cambiado de idea, antes quiero despedirme de Camila. Por si acaso es verdad que se va…

CASILDA (Negando) A mi me dijo que venían a verla unos amigos.

Celia se encoge de hombros, sin saber qué decir.

CAROL Para ser una vieja loca abandonada, parece que tiene mucha vida social.

CASILDA ¡Eso parece! ¡O igual vienen a que les haga acupuntura, con las agujas! (Ríe) (A Celia) Tú también tenías prisa, ¿has hablado eso tan importante?

Carol la mira, sospechando.

CELIA Aún no, pero tampoco era importante… ¿sabes? Me voy a hacer el recado y luego lo hablo.

CASILDA Como dijiste que ya no volvías esta tarde…

CELIA No dije eso, lo entendiste mal.

CASILDA «Espera, tengo la tarde libre, le comento y os dejo a solas». Seré tonta, pero tengo buena memoria.

CAROL ¿Te daba la tarde libre?

CELIA No, voy por Ibuprofeno y vuelvo…

Se dirige a la salida.

CAROL (Cerrando el paso) Quédate, por favor. Quiero hablar contigo. (A Casilda) A solas. Será so un momento.

Casilda las mira un instante, antes de entender.

CASILDA (Entendiendo, aunque extrada) ¡Vuelta a la cocina! Parece que la chacha sea yo.

Casilda sale.

CAROL (Sacando un walkie) Me dices lo que está pasando o te detengo. Tengo una patrulla a la espera.

Pequeña pausa.

CELIA El dinero está aquí, en la maleta. Pero tengo que avisar a mis jefes en persona, me prohibieron usar el mil, por si está pinchado. Por eso tengo que salir, pero vuelvo. Ya sabes quién soy, ¿dde voy a ir?

CAROL ¿Y por qué no me lo dijiste antes?

CELIA (Suplicante) Es mi primer trabajo en la Agencia y me ha costado mucho lograrlo. Déjame avisarles y demostrarles que valgo, y luego entráis vosotros. Tendrás tu dinero y tus cargos. Por favor, necesito este trabajo.

CAROL ¿Se iba a ir?

CELIA Esta tarde.

CAROL ¿Puede andar?

CELIA Mejor que tú.

CAROL ¿Cómo piensa sacar el dinero?

CELIA Creemos que tiene apoyo en los aeropuertos.

CAROL Y de cabeza está perfectamente, claro…

Entra Camila, en silla de ruedas.

CAMILA Como una rosa, igual que de oído. El secreto está en comer sin gluten.

Carol y Camila se miran.

CAROL ¿Y por qué no te levantas de la silla, Camila?

CAMILA La subnormal de la agencia an no sabe nada.

CAROL Pronto se enterará.

CAMILA ¿Para qué adelantarlo? La edad te ensea las virtudes de la inercia. Ya me habéis pillado: relax…

Carol ensea su identificación. Camila asiente.

CAROL Soy inspectora de la Unidad de Delincuencia Econica y Fiscal. Camila Guzmán Bueno, nombre de soltera, viuda de Carlos Pe, constructor, le ha sido encontrada una maleta con varios millones de euros, tras cometer perjurio sobre su patrimonio. ¿Puede explicar de dde sale ese dinero?

CAMILA (Volviendo a hacerse la loca) …no me acuerdo…

CAROL (A Celia) ¿Puedes traer la maleta?

Sale Celia.

11. Carol y Camila

CAROL (A Camila) Enhorabuena: casi me engaa haciéndose la loca.

CAMILA (Desafiante) Estoy loca: es ahora cuando te estoy engando.

CAROL Poner en venta esto, la cuidadora… todo un alarde.

CAMILA José María es un genio. Él es el culpable de todo.

CAROL (Sonriendo) Para tener su edad, Camila, está usted impresionante.

CAMILA Tu madre, ¿está bien?

Se miran.

En la vida hay que saber improvisar, ¿sabes? Pero no hay que ser rencorosos.

CAROL ¿Usted cree?

CAMILA El dinero te da vida, pero hay que tener cojones para vivirla, ¿sabe, inspectora de policía? Hay gente a la que el dinero no le sirve para nada, porque no se atreven a nada. Yo sí. Nosotros sí.

CAROL Vivían intensamente.

CAMILA Con y sin dinero hay que echarle cojones a la vida. Mi abuela tuvo alzheimer cuando yo an no tenía un duro. Y todos los días me la llevaba a la playa y me baba con ella, todos los días!

CAROL ¿Para ver si se ahogaba?

CAMILA Vivía por ella, me tocó y cumplí, sin medias tintas. Sus timos as los pasé a su lado, con dieciséis, murió en mis brazos, sin saber quién era yo. Y desde entonces he vivido así, no sé vivir de otra manera. Con cojones. Si lo hago bien, bien, si lo hago mal, mal, pero disfrutando. No me voy a cortar a mis as.

CAROL De coger lo que no es suyo no se ha cortado, no.

CAMILA (Negando) Si no lo cogías t, lo hacía otro. Ahora so pagan los que no se metieron en política para cubrirse las espaldas, o se metieron y perdieron, como nosotros. Pero pringada en las comisiones hay mucha gente. ¿O no, sera policía?

CAROL No se, so se que hasta que explique el origen de esa maleta, el juez seguramente le va a retirar de nuevo el pasaporte y la va a poner a pensin completa. Le encantará saber de su rápida mejora.

CAMILA Pues a mí lo que me falta por saber es cuánto quieres, de lo que hay en esa maleta.

Pausa.

CAROL ¿Por qué crees que me vas a poder comprar?

CAMILA Porque estás a punto de jubilarte y has venido sola.

CAROL Era la única que creía que an escondías dinero y fingías. Todos te creían, hasta el machito del juez… Ahora les demostraré que yo tenía raz.

CAMILA Superpolicía, enhorabuena.

CAROL Alguien tiene que mantenerse fiel a su puesto.

CAMILA Y te ha tocado, pobre.

CAROL ¿No crees que alguien pueda ser feliz simplemente haciendo bien su trabajo?

CAMILA Puede, pero tú no.

CAROL ¿Y eso?

CAMILA Intuici.

Entra Celia con la maleta del dinero de cuya asa cuelga una bolsa de mano con los billetes de avión, y se la da a Carol.

CELIA En esa bolsa están los billetes de avión.

Carol entreabre la maleta y mira dentro. La cierra.

CAROL Impresionante.

Pausa.

CAMILA (Por Celia) Pues esta ya ha negociado su parte.

CELIA (Saltando) ¿Qué dices, carrilera?!

CAMILA Doscientos mil tiene ahí en el bolso, y había vuelto a por más, menos mal que le recuerdo a su madre. Yo también me he acordado de la suya.

CELIA Ahora sí que habla como una rayada. No tengo nada en el bolso.

Le enseña el bolso a Carol, que lo revisa.

CAROL Nada.

CAMILA Por eso tardabas, cobarde, lo has vuelto a meter en la maleta.

CELIA (A Carol) No le hagas caso, está toyeando.

CAMILA ¡Habla bien, coño!

CELIA Digo que miente la sera…

CAMILA (A Carol, por Celia) Tú misma. Ya has visto el dinero. So te digo que ésta, si te decides, es de las nuestras. Yo puedo ser razonable. Y como tú has dicho, nadie más lo sabe.

Pausa. Carol y Celia se miran. Camila mira su reloj. Entra Casilda.

CAMILA ¡La vampira!

CASILDA ¿Os falta mucho? Tengo que hablar con Camila.

CAMILA (Retomando tono de abuela) ¡Ni que fuera ministra! ¡Todos me solicitan! ¿Qué quieres, hija mía?

CASILDA Preferiría hablarlo a solas.

CAMILA Seguro que a Carol y a Celia no les importa darse un poco de conversacin en la cocina, ¿verdad, chicas?

Pausa.

CAROL Aprovecharé para darle un vistazo a esas fotos antiguas que tiene en esta maleta, gracias por dejármelas ver.

CAMILA Me alegra que te interesen mis estampitas viejas. (A Celia) Tú vigila que no se pierda ninguna, valen mucho… sentimentalmente hablando.

CELIA Por supuesto, sera.

CAMILA ¡Qué no me llames sera! ¡Por dios!

CELIA Es una crack…

Salen Carol y Celia, con la maleta.

CASILDA Me alegra que se esté haciendo amiga de Carol.

CAMILA Ua y carne, nos estamos haciendo.

CASILDA Camila, no sé co decirle esto…

CAMILA Rápido, a ser posible.

CASILDA Carol está interesada en comprar este piso…

CAMILA ¿Y?

CASILDA Y he llegado a un pre acuerdo con ella, si usted me lo firma ahora mismo, para que mi jefe lo vea, mana ya hablamos de las condiciones…

CAMILA Dame que te lo firmo.

CASILDA ¿En serio!? ¡Gracias! Debe estar por aquí, por aquí, por aquí… tengo tantos papeles…

Rebusca en su cartera.

CAMILA Aunque es raro firmar primero y hablar después.

CASILDA No, si las condiciones no le gustan, cancela el pre acuerdo y listo.

CAMILA Pero entonces me cobran, ¿no?

CASILDA Muy poco, y yo se lo pago, Camila, se lo prometo, necesito presentar a mi jefe algo firmado hoy.

CAMILA Anda trae, conozco a las personas, y hoy me siento generosa, además de loca.

Casilda le da un papel y ella lo firma.

CAMILA Toma. Y ahora te iras de una vez, ¿no?

CASILDA Solo una cosita con Carol, que me firme y listo.

Camila mira su reloj.

CAMILA ¡Por dios! ¡Carol! !Ven aquí!

Celia y Carol entran, con la maleta.

CAMILA Casilda quiere que le firmes, así se podrá ir y nosotras podremos hablar de lo que tenemos pendiente.

CASILDA ¿Qué hay pendiente? ¿Hay algo pendiente?

CAMILA Nada, detalles personales.

CASILDA ¿Pero afectan a la venta?

CAROL No, trae ese papel y te lo firmo.

Casilda rebusca y le da el papel, sorprendida. Carol hace un garabato y se lo devuelve. Casilda se les queda mirando, confusa.

CAMILA ¿Y ahora qué pasa?

CASILDA Nada, pero…

CAROL ¿Qué?

CASILDA Ha sido muy, no sé…

CELIA ¿Muy qué? Ya tienes tu papel, ¿no era eso lo que necesitabas para lo de tu hijo?

CASILDA Sí, es verdad, sí. Muchas gracias a todas. Me voy.

CAROL Adiós.

CELIA Adiós.

CAMILA Y vuelve pronto, querida…

Sale Casilda.

CAMILA …al infierno de donde saliste. (Mirando el reloj. A Carol) ¿Bueno, qué? ¿Os habéis decidido?

CAROL Quizás podamos llegar a un acuerdo.

CAMILA Mi intuicin no falla. (A Carol) Al grano.

CAROL Dos millones.

Camila mira a Celia.

CELIA Y yo no voy a ser menos.

Camila se levanta de un salto de la silla.

CAMILA ¡Sois unas hijas de puta! ¡Tú me habías pedido doscientos!

CELIA Cuatrocientos, pero no veo por qué voy a ser menos que esta.

CAMILA ¡Eso es una barbaridad!

CAROL Ni la mitad de lo que tienes ahí, calculo.

Camila se las queda mirando, sin saber qué decir.

CAROL Es eso o nada, y además la cárcel.

Pausa.

Suena el timbre. Las tres se miran. Por gestos Carol pide silencio y le dice a Camila que se siente, y a Celia que vaya a abrir la puerta. Camila está muy enfadada, pero se sienta.

Celia sale y entra con Casilda, con un papel en la mano.

CASILDA Lo siento, perdón, firmasteis un papel que no era, fue tan rápido…

CAROL La madre que te parió.

CAMILA ¡No te preocupes, pasa! Firmamos lo que haga falta. Estábamos aquí charlando tranquilamente.

CASILDA Ah, creía que todas teníamos prisa.

CAMILA ¿Has oído hablar de la piedra filosofal? ¡La prisa se transforma en pausa y el tiempo en oro… Estamos decidiendo cosas…

Celia y Carol la miran asustadas.

CASILDA ¿Qué cosas?

CAMILA (Camila mira a las otras dos) Cosas de vieja loca, indecisa…

CELIA (A Casilda) No le hagas caso… (hace un gesto de que está loca)

CAMILA ¡Las viejas locas están dispuestas a armar quilombo! Y a llevarse por delante a sicarios hijos de puta!

CAROL (Aparte, a Casilda) Se le ha vuelto a ir la cabeza. Trae que te firmo eso.

Casilda le da el papel, Carol lo firma y se lo devuelve.

CASILDA (A Carol) Pobrecilla, me da una pena…

CAMILA El mundo es ancho y ajeno, y quien roba a un ladrn tiene cien as de perd, pero no por mucho madrugar amanece más temprano! Trae ese papel que también te lo firmo.

Casilda le da el papel. Todas la miran, expectantes. Camila se guarda el papel.

O mejor te lo firmo luego. Estábamos discutiendo unos detalles de la venta, ¿serías tan amable de esperar dos minutos en la cocina? Si tengo tiempo luego, igual te cuento una historia increíble, Casilda, y puede que incluso te lleves un dinero extra. O no.

Casilda mira a las otras sin saber qué hacer. Carol le indica por gestos que vaya.

CASILDA Bueno, pero no puedo esperar mucho.

CAMILA No te preocupes. ¡El tiempo es tan intangible!

CAROL Ve, lo arreglamos en seguida.

CASILDA (Saliendo) Pobrecilla…

Sale Casilda. La otras discuten atentas a que no se les oiga desde la cocina.

CAMILA (A Carol y Celia) No hay trato.

CELIA ¿Co que no hay trato?

CAMILA ¡A tomar por culo! ¡Vosotras, por corrupci, a la cárcel! (Carol enciende la radio) donde quizás nos veamos, aunque ya no creo que la pise, y menos tras devolver el dinero a los contribuyentes. Y yo a lo mio, ya estoy acostumbrada.

CAROL No digas tonterías…

CAMILA ¡A mí no me tocáis las narices vosotras! Que cada palo aguante su vela. Se acab, mi abogado está a punto de llegar y le diré que llame a la policía para devolver el dinero. En las islas Cayman hablan tupamaro y ya no me apetece: (por Celia) culpa tuya. Mi marido me sigue diciendo cosas, con eso me entretengo. A joderse todo el mundo. Y ahora mismo le cuento todo a la orate de la Agencia (alzando la voz)-¡Casilda ven!

Camila se levanta de la silla, pero Carol y Celia se abalanzan para hacerla sentar nuevamente.

CAROL ¡Espera, hablemos!

CAMILA ¡No hay nada que hablar!

CELIA Podemos negociar…

Forcejean, Camila intentando levantarse, y las otras mantenerla sentada sobre la silla de ruedas.

CAROL (A Celia) ¡Te dije que no pidieras tanto!

CELIA ¡Mira quién habl!

CAMILA ¡A tomar por culo!

CAROL Por favor, espera, lleguemos a un acuerdo…

Entra Casilda. Carol y Celia disimulan, detrás de Camila, con una mano en sus hombros.

CASILDA ¿Ya?

CELIA No, aún estamos hablando.

CASILDA Gritando… (Apaga radio) ¿Va todo bien? Ha llamado…

CAROL Es que, ya sabes…

Hace un gesto de locura.

CAMILA ¡Estoy como una puta cabra! ¡Hasta veo al fantasma de mi marido detrás tuya!

Casilda da un salto y se vuelve.

Soy una bromista, !así que cuidado!

CASILDA ¡Qué susto! (A Celia) ¿Seguro que está bien?

CELIA No te preocupes. Igual es mejor que te vayas y vuelvas en veinte minutos.

CAMILA Si te vas no hay firma, tú verás. Ya no estoy loca.

Casilda duda.

CASILDA ¿…espero mejor en la cocina? (Las tres asienten) ¿Seguro que está todo bien?

CAROL Perfectamente.

CASILDA ¿Camila?

CAMILA De lujo, feliz estoy.

CASILDA Pues me retiro, me avisáis…

CAMILA Descuida que te avisaremos.

Sale.

CAROL A ver, hablando se entiende la gente razonable.

CAMILA ¡Nosotros no somos gente razonable! Somos corruptos, gangsters, ladrones, delincuentes. ¿Lo sabes, no?!

CAROL Bueno, esos también negocian.

CAMILA ¡Co lo sabes! (Por Celia) ¡Y esta mosquita muerta también! ¡Hipritas!

CAROL Creo que ambas podemos bajar nuestras… aspiraciones, y dejarlas en… ¿un milln cada una?

Celia asiente y Camila se carcajea.

CAMILA ¡Ni de co! Un milln para las dos y punto. Ni un euro más. Me habéis tocado los cojones, y cuando alguien me toca los cojones me encabrono y se acab. He vivido mucho y seguiré viviendo mucho, aquí o allí. Es mi tima oferta, y si no: ¡quilombo, lo juro por mi abuela!

Pausa.

CELIA Bueno…

CAROL ¡Tú tienes la culpa, joder!

Camila mira su reloj.

CAMILA El tiempo se acaba, mi abogado está a punto de llegar.

CAROL (A Camila) Tengo que hablar a solas con ella (Por Celia).

CAMILA Tenéis un minuto, voy a prepararme.

Camila inicia salida en su silla. Se detiene. Vuelve a por la maleta con los billetes de avin y la agarra, pero Carol también. Se miran.

Camila cierra la maleta con una llave que lleva al cuello, le da la llave a Carol y agarra la maleta.

¿De acuerdo?

Carol coge los billetes, se los guarda junto con la llave y so entonces asiente. Camila se lleva la maleta y sale hacia el dormitorio.

CAROL (A Celia) Llevo diez as persiguiendo ese dinero, y planeando esto y ahora me has jodido. De ese milln me voy a quedar setecientos, y tú trescientos, ¿está claro?

CELIA ¿A santo de qué?

CAROL A santo de que si no te voy a hacer la vida imposible. Te vamos a inspeccionar y no vas a tener dinero ni para pagar los taxis a los juzgados. Te lo juro por mis muertos y por el fantasma del marido de la vieja.

CELIA Te denuncio.

CAROL Hazlo y te quedas sin nada y con antecedentes.

Pausa.

Tenías doscientos. Viniste por más y te llevas trescientos. No está mal. Eres joven. Hay que adaptarse. Y te prometo que si te he visto no me acuerdo.

Pausa. Celia piensa.

CELIA ¿Cuántas veces has hecho tú esto?

CAROL Es la primera. Y la tima.

CELIA Qué noble.

CAROL Pues te lo creas o no, a tu edad no hubiera sido capaz.

CELIA ¿Y qué pas?

CAROL Me harté de meter entre rejas a gente que a los pocos as salía millonaria de la cárcel.

CELIA Las nuevas generaciones estamos más preparadas.

CAROL La educacin ha mejorado mucho en este país.

Entra Casilda.

CASILDA Lo siento, se está haciendo tarde, mi jefe se va pronto. ¿Y Camila?

Carol mira a Celia, buscando una confirmación. Celia confirma el trato con la cabeza.

¿En serio que está todo bien?

Responden a la vez:

CELIA -Más o menos.

CAROL -Estupendamente.

CAROL (Llamando, hablando alto) ¡Camila! Ya puede usted venir. Fírmele a Casilda su papel, que se tiene que ir.

Las tres esperan, pero Camila no aparece.

CAROL ¡Camila!?

Carol y Celia se miran.

CELIA ¿Camila, está usted ahí?

Silencio.

CAROL Tú mira en el baño.

Celia y Carol salen hacia los dormitorios. Casilda les mira extrada.

CASILDA ¿Pasa algo?

Vuelven a entrar.

CAROL (Aparte a Celia) No está.

CELIA (Ídem) Y la maleta tampoco.

CAROL (Ídem) ¡Hija de perra, pero si no hay otra salida! ¡Busca bien!

CELIA (A Casilda) Espera aquí.

Vuelven a salir las dos cada una hacia un lado.

CASILDA ¿Pero alguien me puede explicar qué está pasando aquí?

Deambula de un lado para otro, hablando en voz alta para las otras.

¡Celia?! ¿Está todo bien, puedo ayudar? ¿Dde está Camila? Yo tengo que irme, mi jefe se va siempre antes de las cuatro, para eso es el jefe, dice él…

Vuelven a entrar, Carol empujando la silla vacía.

CAROL (Aparte a Celia) ¡No está en ningun lado!

CELIA (Ídem) ¡Los andamios!

Ambas se miran.

CAROL (Ídem) La ventana del bao estaba abierta… ¡vieja loca!

CASILDA ¿Pero qué pasa? Camila me tiene que firmar esto…

CAROL (Mirando los billetes) Avión de las seis a Miami. (A Celia)) Tengo el coche abajo, vamos.

CELIA Vamos.

CASILDA ¿Pero dónde está Camila? ¿Dde vais? ¿Qué sucede?

CAROL Se la han llevado de urgencias, en helictero, por la ventana, se encontraba mal…

CELIA Como no hay ascensor… Tengo que ir corriendo…

CASILDA ¿Pero qué dices? Me tiene que firmar esto…

CELIA Ya se lo digo yo… Lo siento. Adi…

Salen ambas. Casilda se queda con su papel en la mano.

CASILDA ¡Pero esperad…!

Duda, no sabe si salir o esperar.

¡Eh, eh! ¡Esto es absurdo! Me cago en la madre que las parió a todas! ¡Y qué hago yo ahora!? Joder…

Mira por la ventana. Al borde de las lágrimas, mira el papel y tiene una idea. Rebusca en su cartera, saca el otro papel que sí firmaron. Los mira ambos. Se acerca a la ventana y saca un bolígrafo, los superpone sobre el cristal y empieza a copiar la firma en el papel bueno.

Suena la radio. Ruido de una cerradura y la puerta del armario se abre. Sale Camila, andando, vestida de traje masculino, con sombrero y gafas de sol, irreconocible. Lleva la bolsa y la maleta.

Casilda mira la aparición atónita, hasta que Camila se quita las gafas y el sombrero y muestra quién es.

CAMILA Armario con dos puertas bueno es para escapar, adaptacin de Calder, para que digan que somos incultos, mi amor. ¿Qué tal, Casilda, qué haces?

CASILDA Falsifico su firma.

CAMILA (Apreciativa) Así se empieza. ¿Se han ido ya las chicas?

CASILDA (Afirma) No se si al hospital o al aeropuerto, no me he enterado. Puede usted andar.

CAMILA Y más cosas.

CASILDA ¿Como ha entrado en el armario?

CAMILA Una puerta falsa en el dormitorio.

CASILDA La verdad es que no entiendo nada.

CAMILA ¿Cuánto necesitas para lo de tu hijo?

CASILDA Dos mil euros me faltan.

CAMILA (Sacando de su cartera) Aquí tienes diez mil, y sigue sin entender, por favor.

CASILDA ¡Gracias, le aseguro que ya rayo en la baba!

CAMILA Me alegro. ¿Es grave lo que tiene tu hijo?

CASILDA Cejas, orejas, pulos y labios, lleva meses en la lista de cirugía plástica y está desesperado, el pobre. Tiene cara de buenazo, y quiere parecer más malote… nivelar su psiquis.

CAMILA (Pausa, mirando a público) Este país, mi amor, se va a la mierda, desde luego.

Le suena el móvil. Lo coge.

Sí, José María (…) bajo. Plan b: Atocha, vía Lisboa (…) Muy bien.

(A Casilda) Y yo también me voy. ¿Me ayudarías a bajar este bolso?

CASILDA Si quiere le bajo la maleta que pesa más.

CAMILA No gracias, prefiero bajarla yo.

CASILDA (Agarrando la maleta) En serio, que no me cuesta nada, estoy fuerte.

CAMILA (Ídem. Sombría) Y más muerta que Drácula si no la sueltas.

Casilda la mira con sorpresa, soltando.

¡Es broma! No te preocupes, me gusta bajarla a mí, me hace sentir joven. Ve bajando, quiero despedirme.

CASILDA ¿De quién? No queda nadie.

CAMILA Del piso. Le tengo aprecio… a los pisos en general.

CASILDA Uf… a mí me dan mucho trabajo…

CAMILA Está claro que tenemos perspectivas diferentes… Espérame abajo, por favor.

CASILDA Lo que usted diga.

Casilda coje el bolso y sale.

Camila contempla un timo momento el apartamento. Ve el cartel de «Se Vende» que cuelga en la ventana. Se acerca y lo sustituye por el otro, que ahora pone «Vendido».

CAMILA (Dialoga con su marido imaginario) Todo el pescado vendido. Vamos, mi amor, aquí ya no tenemos nada que hacer… Allí sí, uy, allí an se puede hacer mucho… Debajo de un rododendro, no: viviremos en una casita fantástica que nos construiremos en la playa… vas a flipar, así que deja de armar quilombo…

Sale

VOZ OFF FANTASMA Camila, estoy orgulloso de ti, eres una mujer de bandera! Te sigo.

Baja la luz hasta el oscuro y fin.